Centros peatonales muy concurridos, plazas con deportistas haciendo ejercicios y niños jugando, largos paseos por la costa, personas descansando en las playas. Esas imágenes no se esperaban ver durante los primeros días de agosto en Mar del Plata, cuando todavía repercute el brote de Covid-19 que pegó con fuerza durante julio.

Tras meses de confinamiento, la relajación es natural. Pero las aglomeraciones son alarmantes y la pregunta es inevitable: ¿hay responsabilidad social para afrontar la pandemia?

En fase 4, Mar del Plata obtuvo algunas licencias necesarias para el esparcimiento y la economía. Incluso, hasta no hace tanto tiempo muchos deseaban dar un paso más hacia adelante. Pero lo ocurrido durante el mes de julio (821 casos positivos detectados) cambió los planes y el objetivo ahora es no retroceder a Fase 3.

Si bien quedó demostrado que no hay receta efectiva al cien por ciento para disminuir la cantidad de casos -mientras se espera por la vacuna-, está claro que es necesario cumplir con las normas básicas para estos tiempos de emergencia sanitaria: uso de barbijo o “tapaboca”, mantener una distancia mínima de dos metros, evitar reuniones. Y algunas imágenes que se observaron en distintos puntos de la ciudad durante los últimos días generaron un estado de alarma.

Se hicieron comunes los partidos de fútbol y encuentros sociales en distintas zonas verdes de la ciudad. O las distintas actividades recreativas en cercanías del mar. También crecieron las reuniones familiares, que desde este lunes estarán prohibidas por quince días por un DNU (Decreto de necesidad y urgencia) impuesto por el Gobierno.

Otro de los detalles llamativos es que hubo grupos de personas que escogieron espacios públicos resguardados de la vista de las autoridades para realizar reuniones sociales a cielo abierto, con comida y bebida incluida a manera de pic-nic. Situaciones de tal naturaleza fueron observadas, por ejemplo, en los espacios libres situados detrás del museo MAR.

En este contexto, una buena noticia se transforma en motivo de preocupación: para el martes y miércoles el Servicio Meteorológico Nacional pronostica temperaturas máximas cercanas a los 20 grados en la ciudad. Cuando eso ocurre en esta época del año donde lo habitual es el frío, se teme que las escenas observadas este fin de semana se repitan o incrementen. Por eso, el cumplimiento de las normas durante estos días puede resultar decisivo para lo ocurra en el futuro inmediato.