Interés general

Cuando falta una madre: el poder del acompañamiento en las infancias

La ONG Huellas propone el voluntariado para acompañar y como puente entre la soledad y la esperanza.

El Día de la Madre es una fecha que invita a reconocer el amor, la entrega y el cuidado. Pero también puede ser un día de contrastes dolorosos para quienes crecieron sin ese abrazo, o sin una figura materna estable. Según datos oficiales, en Argentina miles de niños y adolescentes viven sin cuidados parentales adecuados.

Un relevamiento conjunto de Senaf y Unicef (2022) indicó que unos 9.754 de niños y adolescentes están bajo medidas de protección excepcionales (internados en instituciones o al cuidado de familiares ampliados). La ausencia de un vínculo afectivo estable en la infancia impacta profundamente en el desarrollo emocional, la confianza y la capacidad de relacionarse saludablemente.

Por eso, acompañar no es un gesto menor. Es ofrecer una oportunidad de reparación emocional, una chance de construir un vínculo estable donde antes sólo había incertidumbre. El voluntariado se convierte en un puente entre la soledad y la esperanza.

A través del juego, la conversación, la escucha y la contención emocional, se crean espacios donde el afecto es posible y la confianza vuelve a crecer.

El voluntariado como puente

En Huellas cada sábado, jóvenes dedican dos horas a compartir con niños que viven en hogares convivenciales. Desde su creación en La Plata en 2007, Huellas ha empoderado a miles de personas mediante experiencias de voluntariado que transforma la vida de niños y de adultos.

“Cuidar, sostener y acompañar son gestos que trascienden los lazos de sangre: son expresiones humanas esenciales que permiten a cada niño sentirse visto y querido. Quienes son voluntarios en casas hogares viven esto de cerca; saben que acompañar transforma vidas”, reflexiona Ezequiel Rodríguez, fundador de la ONG Huellas, organización que desde 2007 convoca a jóvenes a donar tiempo en hogares de niños, entre otras instituciones.

En un contexto donde muchos niños viven en hogares sin referentes afectivos estables, compartir momentos de conexión genuina, de manera constante y confiable, también es una manera de cuidar. “Ser voluntario implica mucho más que dedicar tiempo: significa brindar presencia, escucha y afecto, gestos que pueden tener un impacto profundo en la vida de un niño que crece sin una figura materna constante. Cada encuentro siembra una pequeña huella que puede marcar una diferencia inmensa”, agrega.

Para formar parte del staff de voluntario de la ONG Huellas, con la iniciativa de regalar tiempo a un niño que lo necesita, se puede visitar huellas.social/Voluntariado o seguir las redes de la ONG en @huellas.social para conocer más sobre cómo involucrarse.

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...