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Opinión 23 de abril de 2020

Cuarentena: La paradoja de respetar el aislamiento para estar más unidos

Ariel Ciano, concejal del Frente Renovador.

Por Ariel Ciano 

“Ahora que no hay vacunas, ni letanías…”, canta Joaquín Sabina en una de sus canciones que describen con poesía muchos momentos de nuestras vidas. Hace unos días escuchando justo “Ahora que” recordé a un amigo que está dando pelea, desde su lugar, a la pandemia. Le escribí para “abrazarlo” y ello, entre otras cosas, me hizo pensar en lo que nos toca vivir en este tiempo.

En otras circunstancias, hoy estaríamos hablando del final de una de una de las mejores temporadas de verano de los últimos años y empezando a vivir el otoño con sus típicas hojas secas, pero algo tan penoso como invisible nos impactó.

Mar del Plata, el país y el mundo se enfrentan a un nuevo paradigma: el de trabajar unidos en medio de la pandemia del corona virus a favor de la salud de todos, fundamentalmente de quienes más en riesgo están. Porque esto no se trata de la dicotomía la economía y la salud, sino de la pelea de la salud contra un virus devastador. Y claro que hay excepciones y escépticos, pero es sin dudas una gran mayoría, una inmensa mayoría la que hoy está ansiosa mucho más por salir adelante, que por salir a la calle.

En plena era de la información y las pantallas digitales vemos como animales ganaron las calles en lugares donde antes habitaba el ruido y la vida cotidiana de las personas, y como los satélites reflejan paisajes urbanos libres de contaminación.

Y aquí tenemos una lección que aprender, lamentablemente con costos altísimos e irrecuperables, pero que nos debe hace reflexionar de verdad y en todas las esferas sobre el cuidado del ambiente, sobre como queremos vivr y de que manera, no sólo nosotros, sino nuestros hijos y nietos, para lo cual es imprescindible crear las condiciones de sustentabilidad que nuestra gran casa reclama.

Un virus tan imperceptible evidenció lo vulnerable que es la humanidad, sin hacer diferencias de ningún tipo entre las pesonas, mostrándonos de una manera brutal, que todos somos iguales, más allá de nuestras creencias, razas o posibilidades económicas.

Nos decían que debíamos mirar a Europa y Estados Unidos al momento de hablar de países desarrollados, y hoy son ellos los que terriblemente deben contar muertos de a miles, con sistemas de salud que no dan abasto para atender a sus enfermos. En la Argentina, sin ser la excepción, tuvimos al menos la posibilidad de adelantarnos, de mirar y corregir, y fue gracias a la decisión del Presidente de la Nación y su equipo de asesores, que pudimos prepararnos para mitigar los efectos de esta pandemia. Y en un país que vivía bajo la división de la grieta, encontramos una sociedad mayoritariamente solidaria intentando controlar este virus.

Vaya un párrafo para quienes hace un tiempo pregonaban los beneficios de vivir sin vacunas, deberían hoy ser quienes más fuerte alcen la voz señalando el error garrafal de tales apreciaciones, pero es triste que haya pasado esto para que escuchen por fin a la ciencia.

Hoy estamos todos en la misma sintonía, compartiendo nuestras frustraciones y miedos, pero también apoyándonos, siendo compañeros y generosos con quien tenemos a nuestro lado o quien más lo necesita. Y si bien es difícil adaptarse a los cambios, y más aún para los adultos mayores, debemos hacernos a la idea de que estas nuevas rutinas que hoy trastocan desde el trabajo a la escuela o una visita al médico, dependerán más de la tecnología y la distancia, que del contacto físico que tanto difrutamos y al que estábamos acostumbrados.

Diferentes alternativas

Porque pensamos incialmente que serían quince días y ya superamos el mes, pero el reto sigue siendo el mismo: vencer al coronavirus con la mejor vacuna que tenemos: el aislamiento. Y para ello, debemos buscar diferentes alternativas mientras prescindimos totalmente de cualquier contacto social personal.

Los marplatenses esperamos el verano, las vacaciones o un fin de semana largo para recibir al turista. Y por fuera de esa bienvenida, somos una sociedad que habitualmente se encuentra en cines, teatros, espectáculos deportivos, cervecerías, restaurantes, heladerías, plazas, cafés y nuestra maravillosa costa entre tantos otros lugares que hoy están siendo golpeados por esta situación a la que se suma el no poder compartir unas risas o a dar un abrazo, suprimiendo la cercanía social y esas muestras de afecto.

Como concejal, efectúo salidas excepcionales y permitidas en este marco, para reunirme con mis colegas, con el intendente y con autoridades de la ciudad con quienes analizamos decisiones, propuestas y la mejor forma de ayudar para que esta crisis pase lo más rápido y de la mejor manera posible. El resto, y gracias a la tecnología, sucede de manera virtual, ya sea un cumpleaños -así viví días atrás el festejo de mis 49 años- o las clases de la facultad, en donde por Zoom nos contactamos con los alumnos para seguir enseñando y aprendiendo.

Al igual que muchos, también hago las compras para mis padres a la vez que con mi mujer compartimos las de casa y las necesidades de nuestros hijos. Porque todas las familias nos encontramos frente al reto de cumplir con el aislamiento sin descuidar a quienes más queremos e, inlcuso, redescubrimos hábitos muy gratificantes gracias al tiempo que pasamos juntos.

Sabemos que hay muchos marplatenses que están sin trabajo o en condiciones que dificultan en gran manera atravesar esto días, y más allá de las decisiones del gobierno, quienes estamos en mejor situación para atravesar este tiempo debemos ser cada día más solidarios y tener más empatía, porque es cierto que mientras algunos utilizan este tiempo para la reflexión, o para realizar tareas pendientes en el hogar o para reencontrarse con libros, canciones o películas en casa, hay muchos que la están pasando mal.

Por eso, y siendo conscientes de que vendrán nuevos desafíos para los gobiernos, para el sector productivo, empresarial y para nosotros mismos, deseo que estés leyendo esta nota desde tu casa, y que hagas lo posible para resguardarte allí todo lo que puedas, porque será así que las buenas noticias lleguen pronto.

Tenemos más tiempo, y por ello, podemos hacer un ejercicio de introspección y también reflexionar en conjunto para recuperar los valores que nos lleven a construir una sociedad más justa, con igualdad de oportunidades para todos, donde la guía sea la solidaridad protegiendo y cuidando a quienes más lo necesitan, para ello podemos mirar los miles de compatriotas que desde diferentes lugares, aún arriesgando su salud, están dando la pelea que este tiempo reclama.



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