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Policiales 2 de junio de 2020

Cuentos del tío: continúa la investigación en torno a la banda de la comunidad zíngara

Los dos hombres y la mujer del "Clan Castillo" se negaron a declarar y continúan detenidos. El fiscal Javier Pizzo ordenó la captura de otro sujeto y el secuestro de dos autos. Analizan en qué otros hechos pudieron haber participado.

Las tres personas de la comunidad gitana acusadas de ser parte de una banda dedicada a cometer estafas durante el aislamiento bajo distintas variantes del “cuento del tío” se negaron a declarar y continuarán detenidas mientras la Justicia intenta dar con un hombre que permanece prófugo y que pesa sobre él un pedido de captura.

Bruno Ariel Castillo (20), Andrés Fernando Castillo Yancovich (21) y Laura Brigitte Platón Ivanoff (22) están imputados por ser integrantes de una asociación ilícita que se dedicó a cometer diferentes tipos de estafa y a intentar realizar secuestros virtuales. Además, los dos hombres están imputados por “cohecho” por haber intentado “coimear” a policías de la Dirección Departamental de Investigaciones para que los dejaran en libertad.

Según explicó el fiscal de la unidad de Delitos Económicos, Javier Pizzo, hay un hombre que se encuentra prófugo y con pedido de captura por estar acusado de ser miembro de la banda de estafadores. Además, hay dos autos que están con pedido de secuestros, que los imputados habrían utilizada para cometer los delitos.

Además de estas cuatro personas identificadas del “Clan Castillo”, una familia de la comunidad gitana con numerosos antecedentes penales, el fiscal Pizzo considera que en la banda habrían al menos dos personas más, pero por fuera de Mar del Plata.

Los hechos que se le atribuyen a la banda de estafadores ocurrieron entre el 7 de abril y el 12 de mayo en viviendas de Santa Fe 3800, Urquiza 4900, Urquiza 4700, Dellepiane 900 y Brown 2500. En todas las ocasiones la pareja identificada como Laura Brigitte Platón Ivanoff (22) y Bruno Ariel Castillo (20). Cerca de 1 millón de pesos fue el monto calculado del dinero que obtuvieron los imputados, al cual se pudo llegar gracias a la labor de la DDI local y al seguimiento telefónico. También fue clave el aporte de las cámaras del COM.

En un operativo realizado la semana pasada en un departamento del octavo piso de Colón a 2200 y una casa de Gascón al 4400 la policía secuestró 16 celulares, 264.000 pesos, 7.000 dólares, 2 notebook, 1 Play Station y guías telefónicas.

Una banda multijurisdiccional

Una de las complejidades que tuvo la Fiscalía de Delitos económicos al encarar esta “titánica” investigación fue que este tipo de bandas operan en diferentes jurisdicciones. Si bien hay cuatro personas identificadas, para el fiscal Pizzo existen al menos dos personas más que podrían se parte de esta organización criminal, con residencia en las ciudades de Campana o Capital Federal.

El fiscal arribó a esta conclusión ya que se han encontrado que desde los celulares de los estafadores marplatenses se realizaron numerosos llamados a esas localidades, que podrían haber sido intentos de “cuento del tío”.

Para entender la mecánica, estas bandas operan con un “llamante”, quien se encarga de realizar los llamados hasta poder conseguir a una víctima en potencia -llega a realizar hasta 700 llamados por cada víctima- y un mensajero, que es la persona dedicada a registrar toda la información para pasarla al resto de la banda.

El llamante y el mensajero están juntos, generalmente en otra localidad distinta de donde se comete la estafa y operan junto con una pareja de recolectores, que son quienes reciben la información del mensajero y van hasta la dirección de la víctima para recibir el dinero de la estafa.
La otra dificultad en estas investigaciones es que los llamados, además de ser de otras localidades, se realizan con celulares prepagos que están a nombre de personas ajenas a la organización o que incluso no están registrados.

De los celulares secuestrados, la Fiscalía de Delitos Económicos encontró que cinco estaban a nombre de un jubilado que vive en otra ciudad, a quien le habían sustituido la identidad.

Antecedentes del “Clan Castillo”

El apellido Castillo no es nuevo para los investigadores. En el pasado miembros de este clan han estado involucrados en involucrados en robos a mano armada en casas, secuestros virtuales y estafas.

Bruno Ariel Castillo y Andrés Fernando Castillo Yancovich tienen antecedentes penales justamente por estafas. Uno de ellos fue liberado del penal de Marcos Paz en plena cuarentena, mientras que el otro obtuvo la libertad 8 meses atrás. Además, ambos jóvenes también cuentan con antecedentes de cuando eran menores de edad.

Otro miembro de la familia, David Castillo, fue detenido por asaltar el 22 de abril a una mujer de 96 años, a quien engañó al decirle que era su sobrino y así obtuvo 12.000 dólares, 70.000 pesos y alhajas. Por ese hecho, David Castillo está imputado por “robo calamitoso”.

El fiscal Pizzo pudo cotejar que desde los teléfonos en los que se hicieron los “cuento del tío” en el pasado se habían hecho llamados para intentar concretar “estafas virtuales”, es decir extorsiones. Al parecer, como en cuarentena los secuestros virtuales no son “exitosos”, el clan Castillo modificó forma de cometer delito hacia las estafas.

Con parte de la organización criminal detenida, los investigadores avanzan para intentar recolectar más información y analizan distintas causas, y así determinar si fueron responsables de otros hechos.

Desde el punto de vista judicial, el fiscal Pizzo solicitó las causas que llevan distintos jueces para que queden bajo la órbita de un solo magistrado y así poder ordenar la investigación y acelerar los tiempos procesales.