La Ciudad

D’Andrea dijo que no hay un “basural a cielo abierto” sino “un relleno sanitario”

En su exposición en el Concejo, el presidente del Emsur rechazó los cuestionamientos de la oposición a la gestión de los residuos. Y adelantó que la próxima operadora deberá proponer tecnología para reducir el volumen de la basura acumulada.

El presidente del Ente Municipal de Servicios Urbanos (Emsur), Sebastián D’Andrea, rechazó este jueves el planteo opositor de que el predio en el que se disponen los residuos del distrito es “un basural a cielo abierto” y aseguró que se trata de “un relleno sanitario”.

En su exposición en la Comisión de Ambiente del Concejo Deliberante, y sin hacer alusión directa a las críticas que recibió la gestión en materia ambiental –pero que habían lanzado tanto Paula Mantero, de Acción Marplatense, como Sol de la Torre, del Frente de Todos–, D’Andrea trazó una distinción.

“Un basural a cielo abierto es un predio que no posee barreras físicas que impidan que los líquidos infiltren las napas y por lo tanto tengan potencialidad de contaminarlas; no posee un sistema de captación de líquidos ni su tratamiento, tampoco de gases, y no hay un proyecto de cómo proceder la disposición de los residuos. Se disponen, pero no de manera ordenada”, explicó. Y afirmó que “este esquema de basural a cielo abierto es lo que hay en más de 5000 lugares del país”.

“Desde el punto de vista general –agregó–, un relleno sanitario es un predio que ha sido acondicionado para recibir residuos, disponerlos de manera que no generen impactos negativos en el medio. Tienen barreras que impermeabilizan el suelo para evitar que los líquidos lixiviados salgan de los límites del módulo, poseen un sistema de colección y tratamiento de los líquidos originados, tienen un esquema de venteo de gases, hay un plan de trabajo respecto de la disposición de residuos de manera ordenada, con una compactación adecuada y taludes que garanticen la masa de residuos”.

D’Andrea apuntó que “claramente lo que distingue un relleno sanitario de un basural a cielo abierto es el impacto que puede tener en el lugar donde está”, y aseveró que “lo que hoy opera en el predio es un relleno”. En esa línea, explicó: “Hay doble membrana en el sector donde se lleva adelante la descarga, con una geored en el medio, con un sistema de sumideros y colección de líquidos lixiviados, que son tratados. Por lo tanto, son todas características de un relleno sanitario”.

El titular del Emsur –que se presentó en la comisión junto con su equipo de trabajo en el marco del tratamiento del pliego para licitar la operatoria y el mantenimiento del predio– hizo un repaso cronológico del sitio en que se arrojan residuos. Desde sus inicios en 1979, operado por Venturino hasta 1994, hasta la actualidad.

Incluyó la labor de la UTE (Unión Transitoria de Empresas) Imepho-Conrado Iglesias Niembro y, entre 2012 y 2018, la de Tecsan. El resto de la historia es más conocida: la Coordinadora Ecológica Area Metropolitana Sociedad de Estado (Ceamse) –de la que D’Andrea fue muy crítico por la forma en que se fue– hasta julio del año pasado y la contratación de emergencia de las tres empresas que están operativas: Esur (a cargo del tratamiento de lixiviados), Ashira (del relleno propiamente dicho) y Ciageser (del playón social).

 

Sebastián D’Andrea, presidente del Emsur.

 

“Avances”

D’Andrea dijo que desde mediados del año pasado hubo “una serie de avances” en el predio. Sobre todo en el tratamiento de líquidos lixiviados. “Se repararon, repusieron y adquirieron nuevas bombas de impulsión. Se reparó la planta de nanofiltrado, se reparó una báscula”, enumero. También “se colocaron nuevamente los sistemas de cámaras de seguridad que Ceamse al irse desmanteló y se hizo un ordenamiento general del predio a través de señalética y la mejora de caminos internos”.

El funcionario sostuvo que “se repararon y pusieron en funcionamiento los pozos de monitoreo de aguas subterráneas, se delimitaron y mejoraron todos los sectores del playón social, en la parte de clasificación de materiales; se incorporaron luminarias en todos los sectores operativos y se repararon y pusieron en valor los edificios del predio”.

Señaló además que se llevan adelante dos pruebas piloto: una de triturado de restos de poda y áridos y otra de compostaje.

 

El presidente del Emsur expuso ante la Comisión de Ambiente del Concejo Deliberante.

 

Tecnología

D’Andrea mencionó que el pliego de licitación “incorpora algunas cuestiones vitales” para el medio ambiente, como “la obligación de hacer monitoreo, de mantener y eventualmente realizar pozos de monitoreo de aguas subterráneas de manera periódica”, debido a que, según acotó, en pandemia Ceamse no los realizó de esa forma.

“Hemos incorporado la reconstrucción de una cámara de impulsión para el destino de los líquidos tratados, que es el arroyo Lobería”, añadió. El proyecto también incluye “cercos perimetrales en distintos sectores operativos, la adquisición de equipos para el laboratorio de la planta de lixiviados y tecnología que apunte a la reducción de volumen en el predio”.

En ese plano, acotó: “Queremos que las empresas que presenten su propuesta incluyan una tecnología que reduzca el volumen de los residuos que se disponen en el lugar”.

El pliego por el que el Ejecutivo planifica la contratación de una empresa por cuatro años y la opción de dos de prórroga establece “la incorporación de personal y equipos adicionales a los que hoy operan”, apuntó D’Andrea. También “un esquema de penalidades que prevea hasta la rescisión del contrato, que en el convenio con Ceamse no existía”.

“Apuntamos a una contratación mucho más dinámica, que permita una interacción más fluida entre el municipio y las contratistas, que nos permita adecuarnos a nuevas tecnologías, a una mejora ambiental y del servicio propiamente dicho, con un marco normativo adecuado que proteja los intereses de todos los vecinos”, redondeó.

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