Arte y Espectáculos

Daniel Fanego: “En el plano del oficio, me gusta ir al fondo y con ciertas causas también”

Desde este jueves y hasta el domingo presentará las últimas cuatro funciones de "Modestamente Fanego", que le valió el Estrella de Mar al mejor unipersonal.

 

 

 

“Un Frankestein”. Así define Daniel Fanego a la obra “Modestamente Fanego”, el resultado de un proceso creativo que involucró textos propios, ajenos, improvisación, vulnerabilidad, entrega y, sobre todo, mucho trabajo en equipo.

Porque si bien el experimentado actor lleva adelante una serie de monólogos, un “unipersonal” -obtuvo el premio Estrella de Mar en esa categoría-, asegura que en el escenario “está el interprete, que se hace cargo de todas las resonancias, pero no estoy solo, este trabajo es realizado realmente en equipo”.

Es que a partir de unos textos de Mariano Saba, junto a otros aportados por Daniel Casablanca -también director y autor de la música junto a Manu Fanego– y por el propio Fanego, vestuario de Jorge Maselli, realización de escenografía de Marcos Aquistapace, pelucas y sombreros de Daniela Calbi, dirección de Arte de Analía Cristina Morales y asistencia de dirección -y ojo crítico de Guadalupe Bervih, -“con sus aportes de escena, luces, sonido”- y producción de Ignacio Giovanini – Geluk, fueron dando forma a este trabajo que podrá verse desde este jueves y hasta el domingo, a las 21, en la sala Roberto Payró del Teatro Auditorium.

 


Un momento del espectáculo.


 

“En el plano del oficio me gusta ir al fondo y con ciertas causas también”, asegura el actor, muy involucrado en el proyecto de Teatro por la Identidad, a la par de otros proyectos de teatro, televisión y cine.

Fanego va al fondo, pero además, “mi socio absoluto a la hora de salir al escenario es el público. De hecho le dedico todo un monólogo al público, porque el teatro genera una relación personal, única, irrepetible, irregistrable, excepto por la memoria de los que hemos estado ahí”.

Aclara que la obra “habla de todo un poco, habla del alma de un tipo, de un hombre que nos hace creer que está dando una master class”.

“No es una biopic”, indica desde vamos el actor, quién reconoce que “la gente ve lo que quiere ver, lo que necesita ver y eso es maravilloso porque transforma, de alguna manera, lo que ocurre arriba del escenario. El espectáculo se completa con el público siempre, pero lo que se ve en el escenario o en el cine no es la persona. La obra está separada del intérprete y a la vez es el intérprete, es una mezcla muy extraña”.

Por ello asegura que el proceso creativo es “como barajar y dar de nuevo, como si uno construyera un Frankestein. Entramos a meterle las manos a todo, a los textos de Saba, a los de Casablanca, a los que tenía yo y los que escribí, a la improvisación y la historia empezó a aparecer por sí misma, como si hablara la pluma. En este caso, la pluma era yo y empieza a hablar por sí misma y empieza a ofrecer sentidos” define.

La propuesta trata la vida de un actor de cine, cita a grandes escritores y dramaturgos como Gassman, Shakespeare y Discépolo, que se hacen presentes es un misterioso rito junto a viejos artistas, algún compañero de ruta y un extraño, dudoso y único encuentro con el amor y la memoria, deformada a lo largo del tiempo.

En ese marco, el protagonista dialoga con ¿el público?, con su pasado y se abre libremente a los deseos contenidos.

En una charla con LA CAPITAL, Fanego destacó el proceso de ensayo para esta obra. “Fue un espacio de mucha búsqueda, de mucha fragilidad, de mucha intimidad, de mucho choque de planetas. Un caos maravilloso”.

“Ficción argentina”

A poco de despedirse de la temporada marplatense celebrando este reconocimiento, Daniel Fanego se prepara para filmar, a partir de marzo una nueva película de la que puede dar pocos detalles pero que lo tiene muy entusiasmado. “Dirige y escribió Luis Ortega, el protagonista es Nahuel Pérez Biscayart, junto a Daniel Jiménez Cacho, Úrsula Corberó, Osmar Núñez y un elenco muy importante” y “como todas las películas de Luis es un material increíble. Con Luis Ortega es imposible hacer un personaje que no sea divertido, hondo y profundo. Ortega no pone nada en una película que no sirva para la narración” describe.

El proyecto lleva en danza más de un año. “La ficción es cara, eso hace que sean largos los tiempos, pero lo importante es que se filme, que los proyectos se puedan concretar, que se haga cine, cine argentino, mirá lo que pasa ahora con Argentina 1985, recorremos el mundo de la mano de esos actores y actrices maravillosos, de nuestra historia contada de un modo maravilloso” reflexiona el intérprete que ha pasado por una gran variedad de roles a lo largo de su extensa carrera profesional.

“El cine, todas las películas que salen y nos representan en los festivales, hacen tanto por nuestro país y nuestra cultura. Nosotros tenemos una capacidad técnica y artística sin igual. Es muy respetado nuestro nuestro cine, nuestros técnicos nuestros directores, nuestras actrices y nuestros actores. Somos una sociedad que ha hecho de la cultura del espectáculo y de la ficción un contenido inigualable, por eso mis colegas y yo defendemos tanto que se haga ficción” asegura.

“La ficción es fundamental para la narrativa contemporánea e histórica de un país, para la proyección de esa cultura, es muy importante no solo hacia adentro sino hacia afuera, es espejo de lo humano” define el intérprete.

Fanego sigue teniendo repercusión por una de las pocas ficciones argentinas que, rodada en 2021, se estrenó en 2022, “El primero de nosotros”. No solo a fines del año pasado ganó el premio Produ a a la producción latinoamericana, sino que compartió que “ahora me han pedido autorización para nominarme para los Grammy. La verdad que no puedo estar más agradecido” reconoce.

El actor valora no solo la calidad técnica y humana de los equipos artísticos y técnicos de Telefe-Paramount, donde ha participado en numerosas producciones -Resistiré, El elegido, Atrapa al ladrón, El deseo, por mencionar algunas- sino también porque se trató de “una ficción de mucha categoría, de mucha altura, de mucha profundidad, con el atrevimiento de hablar de la muerte, del cáncer con todas las letras, de llamar a las cosas por su nombre y, así y todo, dar un mensaje esperanzador”.

“Son temas que no hablamos, como si no los incorporáramos a la vida y son parte de la vida. Y la ficción está ahí para hablar, para generar un poco de movimiento en el pensamiento de esta humanidad. Me gustó mucho hacerla, me gustó mucho mi personaje, tan contradictorio, tan emotivo y con un final también contradictorio, como somos los seres humanos, oscuros y luminosos” agrega.

Y vuelve sobre su ¿necesidad? ¿compromiso? ¿dispsosición? de “darlo todo”, de “ir al fondo” en lo que a su trabajo, vocación, profesión, oficio se trata y en “algunas causas”.

Fanego forma parte del equipo de Teatro Por la Identidad “un compromiso que no vamos a soltar hasta que aparezca la última nieta, el último nieto” asegura.

Y en ese sentido sostiene que “hay una urgencia, no solo por las abuelas, sino por los mismos nietos y nietas que aún permanecen con su identidad cambiada, porque hay ya familias enteras que no conocen su origen. No solo están ellas, ellos, sino sus hijes. Por eso es un trabajo de todo el tiempo, tenemos la necesidad, la consigna tratar de interpelar a quienes permanecen con sus identidades cambiadas”.

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