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Arte y Espectáculos 24 de noviembre de 2017

Daniela Vega: “Cruzaré el puente cuando llegue al río”

"Si alguien dice que nunca en la vida se sintió discriminado, está mintiendo. El personaje (Marina) logra dignificar espacios que habían estado sin ninguna dignidad", define sobre su rol en la película de Sebastián Lelio.

Destacados medios internacionales anticipan ya que Daniela Vega, protagonista del filme “Una Mujer Fantástica”, podría convertirse en la primera actriz trans en recibir un Oscar por su papel protagónico en el que da vida a Marina. El filme, dirigido por Sebastián Lelio, compite en la Sección Latinoamericana del certamen marplatense y narra la historia de una camarera y cantante de ópera que, luego de la muerte de su amante, deberá hacer frente al maltrato y la hostilidad de la familia de su novio.

Nacida en Santiago de Chile, en 1989, Daniela Vega ha sido la revelación de importantes festivales internacionales como el de San Sebastián, en donde luego de exhibirse la película, un centenar de periodistas se interesaron por su excepcional trabajo actoral.

En diálogo con LA CAPITAL, Vega habló del impacto que “Una Mujer Fantástica” ha provocado en el público y la crítica.

– ¿Cómo fue que Sebastián Lelio decidió elegirte para interpretar a Marina?

– Yo había hecho un protagónico anterior, una coproducción chileno-argentina. Con ese papel gané premios en Francia y México, además conocí festivales de cine y esa fue una experiencia bastante interesante. Sebastián estaba investigando para hacer su nuevo guión; y una amiga en común le recomendó que nos conociéramos porque él estaba interesado en conocer gente trans para este proyecto. Cuando nos conocimos el me ofreció trabajar como consultora, pero luego, con el tiempo, él se dio cuenta de que yo podía interpretar el personaje y me lo ofreció.

– ¿Qué hay de Daniela en Marina?

– La rebeldía, el gusto por la lírica y la resiliencia, porque me han pasado tantas cosas en la vida que lo que menos me imaginé era terminar siendo actriz de cine. Era tan imposible todo, que hasta ser mujer era imposible en algún momento. Entonces dije “me tiro al agua y que el mar me deje en cualquier playa”.

– ¿Cómo preparaste el personaje de Marina, teniendo en cuenta la exigencia que requería?

– Lo hice muy acompañada de mi director y el equipo, una gente muy buena; desde la cámara hasta los actores que me acompañaron. Y lo hice pensando en toda esa responsabilidad que representábamos las 120 personas que trabajamos en la película. No me podía permitir que ni una escena saliera mal, ¿cómo iba a perder la oportunidad de hacerlo bien o al menos de intentarlo? Lo que hice fue estudiar mucho el cuerpo que yo le quería dar a Marina. Bajé bastante de peso, porque yo en ese momento estaba con un sobrepeso bastante importante. Bajar de peso me dio más agilidad física. Y alimenté a Marina con resiliencia, con dignidad y con rebeldía y ese triángulo fue el que construyó a Marina para que no se viera como un personaje empalagoso, como un personaje clásicamente rechazado; porque si bien ella es un personaje rechazado, ella ve también poesía. En los lugares desérticos ella es capaz de esconderse en la arena y no quemarse.

– El resultado de esto es que medios destacadísimos del mundo ya te consideran la primera actriz trans que posiblemente obtenga un Oscar. ¿Cómo vivís esta experiencia?

– Yo aprendí en la vida a no comer ansias. Porque si yo estuviera pensando en lo que el futuro me va a deparar, no disfrutaría el presente. Y por ahora estoy muy agradecida con Mar del Plata porque está siendo un festival precioso. Llevo cuatro días aquí, me lo estoy pasando increíble, la playa está exquisita, hay rica comida, gente con muy buena onda, películas increíbles; hay una selección de películas que están de infarto, a pesar de que tiempo para verlas no tengo mucho, pero el hecho de compartir cartelera con grandes del cine me parece una cosa increíble. El Oscar sería un sueño; sería como una película dentro de otra película, pero por ahora estoy caminando en los distintos festivales y me haré cargo de eso cuando llegue el momento. Voy a cruzar el puente cuando llegue al río.

– Marina sufre una discriminación brutal. ¿Cómo lograste trabajar en el personaje para que lograse impactar tanto en la sensibilidad del espectador?

– Es que si alguien dice que nunca en la vida se sintió discriminado, está mintiendo. El personaje logra dignificar espacios que habían estado sin ninguna dignidad. Entonces el personaje lo que busca es despedirse de su amor como corresponde y que entiendan que ella es la viuda legítima de esa persona que ha muerto.

– ¿Cómo recibió el público chileno a “Una Mujer Fantástica?

– La sociedad chilena es completamente conservadora. Aún así estuvimos tres meses en cartelera -que es mucho- y con mucho interés de la prensa y del público. Es decir, la gente no es tan conservadora, los políticos sí lo son. Yo creo que los políticos no fueron a ver la película porque no les interesa. Particularmente hablo de la derecha, de los políticos de derecha. No estoy hablando de la gente del gobierno porque el Ministerio de Cultura nos está apoyando mucho. Lo más bonito es que el potencial femenino se está valorando muchísimo en Chile, mucho más que en años anteriores. Por ejemplo por los cien años de Violeta Parra y por muchas cosas más. Hay un tema con lo femenino que está siendo muy interesante. Y la película aborda la femineidad y ha logrado instalar muchísimas preguntas a nivel social, preguntas que terminan de responderse en la casa, en la intimidad. Yo siento que hay más interés por conocer y respetar la realidad trans, no sé si por esta película, pero sí se da la casualidad de que ahora hay un poco más de interés para entender.

– ¿Cómo es la situación del colectivo trans en Chile?

– Muy precaria. No hay derechos, no hay resguardo de derechos, no hay oportunidades laborales ni de estudios, que es lo más importante, porque si no puedes estudiar cómo vas a hacer para trabajar. Por lo tanto la comunidad trans en Chile sigue invisibilizada; y también en Argentina y en Perú y en Bolivia y en todo el mundo; estamos todavía en el borde.

– ¿Cómo te iniciaste en la lírica?

– Mi abuela materna era ciega y ella me enseñó a ver el sonido. Vivimos juntas un tiempo y me enseñó. Ella me decía “cierra los ojos y escucha la tele, no la veas, ponle cara al locutor de la radio, léeme esta obra de teatro, escuchemos radio-teatro. Entonces yo empecé a tener una relación muy íntima con el sonido y desde muy chiquitita. Y después, a través de una profesora del colegio, descubrí que tenía potencial vocal y de a poco fui entendiendo que el sonido se puede construir y que hay técnicas que te pueden ayudar a llegar a notas y adornos musicales, así como quien toca una guitarra. La lírica llegó de manera muy orgánica a mi vida y hasta ahora me ha ayudado a entenderme, a saber cómo estoy, porque cuando estoy triste la voz no me sale bien. Entonces es como que mi voz me va diciendo “ojo acá, ojo allá”, en fin…