Por Paola Galano
“Es muy loco, siento que (Mar del Plata) tiene el mejor aire para descansar del mundo… una siesta es la mejor siesta, hay algo en el oxígeno“, detalló Dante Spinetta sobre su experiencia en la arena local. A pesar de todo el trayecto que tienen en sus espaldas, el músico, que se presentará este sábado en el escenario de Club Tri (XX de Septiembre 2650), sigue viéndonse como un alumno de la música. “Siempre quiero estar en ese lugar de estudiante, de seguir aprendiendo de los maestros”, definió tan apasionado e idealista, en una entrevista con LA CAPITAL.

“El Dante” es un entusiasta: tiene entre manos un disco que posiblemente salga a la luz en agosto, viene de realizar un solo show con Illya Kuryaki and The Valderramas que sucedió en el Festival Buena Vibra, en febrero pasado, y prepara un documental sobre ese dúo que mantuvo con Emmanuel Horvilleur y que, en los años ´90, abrió las puertas de la música urbana en Argentina.

“Es un disco súper intenso el que viene, estoy definiendo ahí el nombre. Obviamente el funk sigue estando, eso no lo puedo dejar de lado jamás”

Junto a su banda.

“Nos sobrepasó”, dijo en relación al interés que despertó la vuelta del dúo. Enconctró “una especie de ansiedad” por Illya Kuryaki. “Fue increíble, se generó toda una pelota y empezaron a aparecer un montón de propuestas para ir por todos lados. Pero cada uno está muy pegado con su carrera solista“, agregó sobre la posibiliad de reeditar el grupo.

Aunque no descartó una gira “más adelante, cuando salga el documental” que prepara Andrés Fogwill sobre la fusión rupturista que en plenos años de rock decidió rapear, hacer hip-hop y mostrar una estética atípica para el momento.

-¿Mirás para atrás y te sentís pionero de la música urbana, que es el sonido que se escucha hoy?

-Es mortal, cuando empezamos haciendo música urbana, o rapeando para algunas personas éramos como traicioneros a la patria por no hacer rock. Decían “¿rap? ¿qué es rap?” Y nosotros sabíamos que se avecinaba una revolución, y que nuestro deber era patear esa puerta. Hoy que se nos reconozca como un pilar o como parte de esa genética urbana latinoamericana es increíble, porque realmente al principio fue difícil, y también fue difícil en mis épocas de El Apagón, de Pyrámide (segundo y tercer disco solista). El Apagón realmente nadie en la industria me lo quiso sacar, nadie quería sacar un álbum de rap. Tuve que armar mi propio sello y sacarlo independiente, todo financiado por mí. Que los pibes nuevos que están llegando a lugares que ni siquiera Kuryaki pudo llegar a nivel popularidad, te digan “che, loco, nosotros arrancamos con ustedes”. Me pone muy orgulloso de haber seguido esa pulsión y también de haber escuchado los consejos de mis viejos.

Podés ver el video acá: 

“Mantenerse humilde frente al sonido, porque es grande como el mar y hay que tener respeto: nadie es dueño del mar”

-¿Qué te decían?

-Mi viejo muchas veces no ha sido entendido, siendo el músico que era y ha pasado momentos en que no había plata para pagar la comida. Y nunca “hipió”, mi viejo nunca paró de laburar, de ser un trabajador de la música y del arte. A mí eso me sigue causando mucha bronca, digamos, la injusticia que fue también, pero aprendí de eso, de verlo a él como un guerrero y a mi vieja como una guerrera, de pelear por un concepto, de pelear por una idea, de luchar por los ideales artísticos de cada uno y de lo que uno siente, porque al final es lo que uno siente, es ese amor y ese amor no se puede falsear.

-¿Te sentís un trabajador de la música?

-Sí, totalmente. Sí, soy un trabajador de la música, soy un alumno de la música y siempre quiero estar en ese lugar de estudiante, de seguir aprendiendo de los maestros de antes y de los nuevos también, de mantenerse humilde frente al sonido, porque es grande como el mar y hay que tener respeto: nadie es dueño del mar. Hubo momentos en que no tenía un mango, entonces me puse un programa de radio de hip-hop, salí a hacer DJ sets, siempre con la música y con el hip-hop. Creo que estar siempre anexado de alguna manera a la cultura me hizo muy bien también, a bancártela. Veníamos con Illya Kuryaki de vender muchos, muchos discos, de hacer giras por todo el mundo y de golpe arranqué como solista y fue casi como arrancar de nuevo. Justamente mi tesoro, por decirlo de alguna manera, mi guita, o mi oro está en despertarme y saber que estoy haciendo lo que quiero con el sonido. Es eso lo que me mantiene feliz, me mantiene fresco, me mantiene con la idea de meterme al estudio, ir todos los días a grabar un disco, ¿entendés? Y decir voy a hacer el mejor disco que pueda, voy a dar lo mejor de mí.

“Si escucho música y me dicen lo mismo que las noticias, ya no hay escapatoria”

 

-Sabemos que estás trabajando en tu próximo disco, ¿qué sonido tendrá, qué concepto?

-El disco está ya en un 93% terminado. Está quedando increíble. Estoy muy feliz. Si bien nació desde el espíritu funkero, después empezaron a aparecer otras dinámicas que en algún momento he visitado, como en Puñal, que también hay canciones con cuerdas. Aparecieron algunas cosas así, se mezcló, se mezclaron como diferentes Dantes y creo que es un disco muy balanceado, que está muy bien, estoy muy feliz con esto que va a salir. Grabé tanta música que quiero sacar la mayor cantidad de música nueva posible, así que estoy medio como en ese momento de terminar de armar la lista, el orden de los temas. Es un disco súper intenso el que viene, estoy definiendo ahí el nombre. Obviamente el funk sigue estando, eso no lo puedo dejar de lado jamás, pero apareció también otra cosa que me encanta. No quiero explicar el concepto, porque creo que el impacto de escucharlo está mejor.

-¿Qué tan abierto está tu música a la realidad nacional, a la realidad del mundo? ¿Cuánto te embebés de todo lo que está pasando afuera y cómo eso impacta en tu música?

-Sí, sí, obvio que impacta. En lo anímico también impacta, obviamente. Estoy al tanto de la realidad política-social. A veces no quiero compartir esa energía, porque también me parece que es más de lo mismo, si escucho música y me dicen lo mismo que las noticias, ya no hay escapatoria. Pero siento que sí, obviamente, está teñido y también algunas veces de una visión más macro. En este disco hay bastantes canciones que hablan de la especie de manipulación que hay de las mentes, con los medios, con las redes, es algo que cada vez siento que es más fuerte. Cómo pueden guiar con los algoritmos, inclusive separados por métros. Hay personas que ven una realidad y personas que ven otra realidad en los medios, en las redes. Que hoy en día, cuando digo los medios, digo Instagram, TikTok, no solamente los canales de noticias. Y cómo eso cada vez se va a usar de una manera más fuerte, que es una realidad. Me parece que la manipulación y cómo nos va llegando y cómo cada uno cree que su realidad o la verdad es la única, es muy loco. Cada uno dice lo que su algoritmo le dice, es mortal. A vos te aparecen todos estos videítos, y a mí me aparecen todos estos y de golpe hay una especie de experimentación social, creo, de manipulación con la gente. Hablo un poco de eso también en el disco.