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Arte y Espectáculos 26 de noviembre de 2019

Dayub: “El equilibrista tiene mucho que ver con la idiosincrasia de Mar del Plata”

Tras el arrollador éxito de Toc Toc, vuelve a la ciudad con este unipersonal que coescribió, produjo y en el que actúa. Viene, además, con dos ACE bajo el brazo.

Mauricio Dayub, "El equilibrista", en el jardín de LA CAPITAL.

Mauricio Dayub será nuevamente protagonista de la temporada de Mar del Plata. Tras el éxito arrollador de Toc Toc, llega con el unipersonal El equilibrista, que recientemente le valió dos premios ACE: como mejor actor en unipersonal y ACE de Oro.

La obra estrenará el 19 de diciembre, a las 21, en el Teatro Bristol (Santa Fe 1751) y hará funciones de jueves a domingo.

“Tengo una expectativa enorme porque venga la gente de Mar del Plata, pescadores que son italianos como mi familia, guardavidas, porque hay un personaje guardavidas. Si en Buenos Aires la gente tuvo conexión, acá creo que va a tenerla mucho más, porque El equilibrista tiene mucho que ver con la idiosincrasia de Mar del Plata”, destacó el actor durante una charla con LA CAPITAL.

“Ser equilibrista significa en Argentina un training que tenemos que tener para sobrevivir y en una ciudad como ésta, si uno no se habitúa a perder el equilibrio no puede nada. En el verano es una cosa, en invierno otra, la capacidad laboral cambia, tiene un montón de elementos que hacen que todos se puedan sentir equilibristas, esa cosa de cambio, de adaptarse”, entendió.

En cuanto al desafío actoral de esta puesta, Dayub, aseveró que empieza con una frase de su abuelo, “el mundo es de los que se animan a perder el equilibrio” que “tuve que plasmar concretándola en la acción de subirme a ver si perdía o no el equilibrio. No valía hacer todo este derrotero si no ocurría en escena, creo que en teatro es más importante lo que pasa que lo que se dice, vale más la acción que la palabra”, apuntó.

El Equilibrista es una obra nutrida especialmente de la historia familiar de Dayub, quien confió que “además tiene el plus que le pone a mi vida saber que tengo función y no solo tengo que hacer bien los roles, creíbles las escenas, construir toda la historia, sino que tengo que hacer equilibrio delante y arriba de la gente”.

El actor, productor, director y dueño de una sala de teatro independiente en Buenos Aires -Chacarerean-, se mostró “sorprendido” por la repercusión que ha tenido la obra y porque “muchos espectadores reconocen sus historias en mi historia”.

Y explicó: “Yo pensé que estaba haciendo un espectáculo para mí, me regalé contar esta historia como quería. Tras casi 10 años con Toc Toc, tuve que redefinir el teatro que a mí me gustaba, que yo quería y decidí que no era solo cuestión de mostrar o contar, sino hacérselo imaginar a la gente. Decidí trabajar aludiendo, mostrando una parte para significar el todo, pero no todo directo ni todo completo y creo que eso hizo una eclosión en los espectadores porque no sólo ven mi familia, empiezan a ver sus propias familias”. “Esa cosa de compartir tiene que ver con lo que le pasó a la gente, porque hizo lo mismo que hice yo: el espectador se resignifica, se resignifica por lo que ve y sale con el ímpetu con el que deberíamos salir a enfrentar la vida y no lo estamos haciendo”, entendió.

La “bomba” familiar

En ese marco el artista compartió una historia familiar que, 25 años después, forma parte de la obra. “Me sorprende la casualidad de las cosas porque el segmento que tiene que ver con la inmigración entró por casualidad. Es una historia que viví hace más de 25 años, yendo a rodar una película a Yugoslavia. Hubo días en los que no se pudo rodar porque llovía y decidí ir al pueblo donde habían nacido mi madre y mi abuela -que me había dicho que no quedaban familiares, que no fuera-. Por obstinación fui igual y buscando por recuerdos, anécdotas, el puerto, cerca de una iglesia, a pocos metros del campanile -una torre con un reloj- empecé a tocar el timbre en cualquier casa y di con una enorme familia, con las hermanas de mi abuela y con una historia increíble de la cual había surgido mi madre que nadie de mi familia en Argentina conocía. “Explotó la bomba”, me dijo mi abuela cuando volví y le conté que estuve en el pueblo. Después del ese viaje me convertí en otra persona para mi familia porque conocía el secreto de mi abuela”.

Pero Dayub confió que “mientras ensayaba creía que ésta podía no ser la parte fuerte del espectáculo, porque sobre la inmigración se han hecho muchas cosas, sin embargo, ha calado de una forma que me sigue sorprendiendo”.

Y finalmente señaló que “el espectáculo es divertido, pero no soslayo los grandes temas sobre los que yo me pregunto a la madrugada, hace años y que tampoco había imaginado que alguna vez iba a ponerlos arriba del escenario”.