Son las 5 de la tarde de un sábado y una familia detiene su paseo por la escollera de la Playa Bristol. Leen, en silencio respetuoso, las inscripciones de las placas que aún no han sido erosionadas por el tiempo y el salitre. Esta postal se repite en los espigones aledaños.

“En la Playa Popular pasan cosas muy raras”, afirmó Hernán Carro, que hace catorce años trabaja como guardavidas en el balneario. “Presencié muchas veces cuando van a tirar las cenizas. No siento que haya una normativa al respecto. La gente va y lo hace”, sostuvo. 

Grupos familiares, parejas, personas en solitario. El horario más frecuente es fuera del turno de guardavidas. “Lo hacen más que nada cuando no estamos. En una escollera ponemos una valla para que la gente no pase, entonces, si alguna vez quieren ir a tirar las cenizas, nos tienen que venir a pedir permiso a nosotros”, contó.

Algo similar ocurre con quienes colocan placas en la barrera de piedra: está lleno de ellas, pero no lo hacen durante el día. “Las deben instalar a la noche, porque eso sí que no se puede”, resaltó. 

A veces, cumplen con el último deseo de parientes que en vida eligieron la ciudad como su lugar de eterno descanso. Camila Quilez, investigadora de patrimonio funerario y creadora de @cementerios.arg, opinó que “desde la parte simbólica, la gente decide arrojar las cenizas al mar porque representa el reencuentro con la naturaleza, lo infinito y la libertad”. 

“El bronce del cementerio se lo robaron casi todo”, destacó una florista vecina al Cementerio de La Loma. Salvo algún panteón privado, que cuenta con seguridad, se eligió por dejar de producir placas de este material ante las reiteradas sustracciones. Por esta misma razón, actualmente se utilizan chapas de acrílico o plástico negro. 

Algunas son tan longevas que ya no pueden leerse sus inscripciones. Un fabricante de una casa de grabado de placas supo indicar a LA CAPITAL que las más antiguas que pueden encontrarse en la escollera de la Playa Bristol datan de hace más de cincuenta años. “Yo he hecho varias de acrílico o de aluminio para gente que dice que lo va a pegar frente al mar”, reveló.  

“No está escrito en ningún lado, nadie te va a ir a decir que no se puede hacer o que lo despegues. No hay un control de eso”, sumó la florista.

La práctica se observa a simple vista en la escollera sur, en el monumento a San Salvador, patrono de los pescadores y símbolo del Puerto de Mar del Plata. Al respecto, Quilez manifestó que muchos optaron por dejar las urnas en el lugar y, con el tiempo, “no solo se juntaba mucha basura, sino que también atraía ratas. Por este motivo, removieron las placas y pusieron un cartel para que no lo hagan más”. 

La costumbre también alcanza al monumento a Alfonsina Storni. “Allí muchas veces encontramos urnas depositadas en el basamento, como que esas cenizas ya habían sido tiradas, probablemente ahí nomás, porque tenés una escollera, y dejaron la urna ahí”, señaló Victoria Gazzanego, parte de Caminatas Guiadas Mar del Plata.

“El Municipio las sacó, pero todavía queda alguna que otra. Cuando llegás al monumento pensás que esas placas tienen que ver con su vida, con gente de la literatura que dejó algo… pero no, llevan inscripciones, pequeñas plaquitas recordatorias que familiares dejaron en la piedra de la escultura, con alguna frase alegórica”, describió. 

Y puntualizó: “Si bien algunas son de personas que fallecieron en accidentes en la playa, hay otras que me doy cuenta de que son de alguna ceremonia de arrojar las cenizas al mar”.

“Lo que pasa que en algún momento se había desmadrado, entonces cuando se hizo una puesta en valor se retiraron muchas de esas placas y sacaron las urnas que habían quedado. Era medio macabro. Sobre todo por una cuestión de salubridad, no está bien que se haga eso, para eso están todos los cinerarios de las iglesias”, concluyó Gazzanego.

La mirada de la Iglesia

La utilización de espacios públicos para este fin suscita debates morales y sanitarios. “Desde la visión más católica, los muertos, aunque sean cremados, deben descansar en tierras santas como cementerios o cinerarios”, compartió Camila Quilez. Y agregó: “Desde otro punto de vista más ambientalista, es un problema cuando arrojan las cenizas con la urna al mar, ya que más de una vez son encontradas en las costas y contamina”. 

Por su parte, la instrucción Ad resurgendum cum Christo acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación, estableció: “Si por razones legítimas se opta por la cremación del cadáver, las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente”. 

Además, determinó que “la Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados”. 

“Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos, teniendo en cuenta que para estas formas de proceder no se pueden invocar razones higiénicas, sociales o económicas que pueden motivar la opción de la cremación”, indicó el documento. 

Los cinerarios dispuestos en General Pueyrredon y alrededores se detallan en el siguiente listado:

Cinerarios en la Diócesis de Mar del Plata

Mar del Plata (cabecera):

• Parroquia Nuestra Sra. del Rosario de Nueva Pompeya (2006)
• Parroquia San Pío X (2009)
• Parroquia Cristo Rey (2009)
• Parroquia Jesús Obrero (2012)
• Parroquia de la Asunción de la Santísima Virgen (2015)
• Santuario de las Nuevas Playas, Schoenstatt (2016)
• Parroquia Sagrada Familia (2017)
• Parroquia San Francisco de Asís (2018)
• Capilla Santo Domingo (2018)
• Parroquia La Medalla Milagrosa (2021)
• Parroquia San Pablo y San Juan Bosco (2021)

Balcarce:

• Parroquia Santa María (2016)

Miramar:

• Parroquia San Andrés Apóstol (2013) – Cinerario y Columbario

Necochea:

• Parroquia Nuestra Sra. del Rosario de Nueva Pompeya (2009)
• Parroquia Nuestra Señora de Lourdes (2020)

Santa Clara del Mar:

• Parroquia Santa Clara de Asís (2018)

Sierra de los Padres:

• Parroquia Nuestra Sra. del Pilar (2013)

Villa Gesell:

• Parroquia Inmaculada Concepción (2006)

Proyectos para futura construcción, algunos de ellos ya inaugurados:

• Parroquia Sagrado Corazón de Jesús – Cinerario y Columbario (MdP)
• Parroquia Ntra. Sra. del Huerto (MdP)