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Arte y Espectáculos 23 de mayo de 2020

La cuarentena postergó su música pero les abrió la puerta de la cocina

Sin trabajo en la música, dos músicos de Félix y los sin Fritz decidieron explorar en los sabores dulces. Venden un postre clásico que ya recibió "buenas críticas".

Una cuarentena imprevista más el aislamiento social detuvieron, en una pausa inmensa ya, los variados proyectos musicales que tenían entre manos: una banda de cumbia, las clases de música y los shows en fiestas y eventos.

También quedaron momentáneamente postergados las presentaciones de Félix y los Sin Fritz, el grupo de rock fusión que desde 2011 los moviliza y los une y con el que tienen cuatro discos, el último de los cuales -Pullover- lo lanzaron el año pasado.

Juan Costantino y Félix Fritz, percusionista y cantante respectivamente de esta banda local, trasladaron sus ansias creativas a la cocina. Y de la mano de las necesidades económicas y de los gustos personales, dieron vida a una original propuesta gastronómica: Miki Mus.

Se trata de una dulzura casera, un postre pocas veces resistido: el mousse de chocolate, que elaboran en su propia casa y, pedidos mediante, entregan a domicilio.

Aunque vienen de familias con una buena tradición en la cocina, los músicos apostaron por los tutoriales de Youtube para aprender a elaborarlo y, luego, para pulir los detalles. “En casa nos gusta mucho cocinar, siempre estamos buscando recetas como para no aburrirnos de comer siempre lo mismo, para no caer en la milanesa y la ensalada. Y en la cuarentena se nos dio más, probamos algunas cosas, probamos hacer pan y apareció la idea de hacer algo dulce. El mousse no es algo muy visto, le vimos la veta”, cuenta Costantino a LA CAPITAL.

También testearon con la familia el sabor final del postre que, aseguran, lleva los elementos “posta”.

“Recibimos buenas críticas, hicimos una prueba piloto para ver cómo nos organizábamos y quedamos sorprendidos por cómo se movió” el postre entre amigos, amigas, conocidos y “no tanto”, agrega.

Creativos, los músicos aprovecharon este tiempo adentro de su casa para “cranear” un emprendimiento que ya piensan en diversificar. “Queremos probar otros gustos, desde los clásicos, dulce de leche, limón, frutilla, y estamos testeando uno de vino tinto, fambruesa y chocolate, pero lo tenemos que ir probando porque nos salió muy intenso”, comenta.

Aunque esta nueva actividad lo tiene activo entre chocolates, cremas y esencias deliciosas, Costantino asegura que lo musical no es pasado. “La música sigue siendo nuestro objetivo, esperamos volver a lo nuestro, estábamos intentando vivir de la música pero nos quedamos sin laburo”, justifica.

Afirmó que, antes de la cuarentena, lograban “llegar a fin de mes”. “Tenemos una vida con pocos gastos y con lo que estábamos haciendo la verdad es que se hacía llevadero, sin grandes lujos”.