El País

De la cadena oficial de CFK a la desaparición de actos de Macri por TV y su difusión por la web y redes sociales

Por Stella Gárnica

(DyN) – El primer año de gestión de Mauricio Macri marcó una ruptura en lo que fue el principal eje de la política comunicacional de su antecesora, Cristina Fernández, ya que pasó de las interminables cadenas oficiales de de la ex mandataria a la prácticamente nula aparición de los discursos presidenciales en los canales de televisión abierta, a cambio de fuerte presencia en las redes sociales.

Lo que en un principio apareció como una fuerte apuesta de Macri por “normalizar” la relación con la prensa y garantizar la “libertad de expresión”, luego se tradujo en algunos vaivenes a raíz de “restricciones” en la cobertura y difusión de actos oficiales -no solo en la Casa Rosada sino también de la coalición Cambiemos, como en los timbreos- a cambio de una fuerte apuesta a la difusión de “mensajes directos a la ciudadanía” a través de “las redes sociales” y fotos, videos y discursos “editados” y difundidos por el gobierno.

Con un mensaje de cambio de época y de modelo, ni bien asumió en diciembre de 2015 Macri visitó dos veces seguidas la Sala de Periodistas de la Casa Rosada -algo que su antecesora no realizó en años-. Luego, vendrían las primeros restricciones en el acceso de fotógrafos y cámaras de televisión a los actos en la Casa Rosada.

La intención confirmada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, de “trasladar” la histórica Sala de Periodistas ubicada en el primer piso de la sede gubernamental desde hace más de 70 años, a un lugar más alejado en el segundo piso, fue objeto de una nueva polémica.

La mayoría de los funcionarios admiten que desde el equipo de Marcos Peña “se diseña y monitorea” cada mensaje que sale del Gobierno en la coyuntura diaria ante los medios de prensa; pero también se decide qué ministro o dirigente sale a hablar; se editan los discursos del Presidente en videos oficiales y las gacetillas difundidas por la Secretaría de Comunicación; y se decide a qué medios el Presidente otorga o no entrevistas o se brinda información especial.

“La realidad editada” es la estrategia emanada desde los canales de Youtube, Facebook, Twitter y Snapchat e Instagram de la Casa Rosada, del Presidente y de los principales funcionarios que suelen salir a opinar “en cadena” sobre los distintos temas en la “nueva era de la comunicación digital”.

La estrategia comunicacional en la que también tiene mucho que ver el gurú macrista Jaime Durán Barba, privilegia “las redes sociales” con “mensajes simples y directos”, con imágenes y fotografías tomadas por el Gobierno con un especial cuidado de la “imagen presidencial” pero “con escasos conceptos”, como suelen explicar los propios funcionarios.

No obstante, esa estrategia está expuesta a “errores”. Como el que ocurrió en setiembre pasado, cuando se descubrió que las imágenes del Presidente dialogando con pasajeros como uno más, a bordo de la línea 520 de colectivos en Derqui, Pilar, había sido armada.

Un puente que, sin embargo, comunica la gestión de Macri con la kirchnerista reside en los cuestionamientos a “la prensa tradicional”, en referencia a los medios masivos de comunicación y los periodistas que trabajan en ellos, al considerar que “están lejos de lo que piensa o demanda la gente”.

Ese “plan de comunicación directa” fue confirmado por la vicepresidenta Gabriela Michetti como “uno de los ejes” planteados en el “retiro espiritual” que Macri encabezó con todos sus ministros en Chapadmalal.

En ese marco, cabe recordar una resolución del Poder Ejecutivo que permitía utilizar las bases de datos personales de la ANSES para diseñar la política de comunicación e informar en forma directa a los ciudadanos a través de sus “correos electrónicos, teléfono, o puerta a puerta”, acerca de los “programas y medidas del gobierno” nacional, que finalmente fue dejado sin efecto ante las innumerables críticas por la posible manipulación de los datos

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