De la espuma joven del verano a la realidad de una ciudad envejecida
Mar del Plata es una ciudad con predominio de jóvenes durante enero y febrero, que se convierte en un polo gerontológico durante el resto del año. Una situación que se consolida y que obliga a adoptar políticas específicas para poder atender a una población mayor creciente.
Mar del Plata se consolida como la ciudad con mayor proporción de personas mayores entre los principales distritos del país.
En las últimas temporadas Mar del Plata se consolidó como la ciudad turística argentina preferida por los jóvenes. De los 4.003.342 turistas que llegaron a Mar del Plata el último verano, el 30% perteneció a la franja etaria joven (de 18 a 29 años) y otro 20% a las personas comprendidas entre los 30 y los 39 años. Sin embargo, Mar del Plata es una de las ciudades más envejecidas del país ya que el 21,15% de su población tiene más de 60 año: un fenómeno que se acentúa más rápido que en otras ciudades del país.
En 2022, el Censo Nacional volvió a poner cifras sobre el envejecimiento de su población. En un artículo publicado por el sitio bacap.com.ar, Natalia Muñoz resaltó que la edad promedio de los 667.082 habitantes de la ciudad es de 37 años. Pero el 21% de la población tiene más de 60 años. Es decir, una de cada cinco personas es adulta mayor.
“La tendencia demográfica muestra baja natalidad y aumento en la esperanza de vida, por lo que se impone la adopción de medidas para atender a esa población”, resaltó Cristian Arroyo en un artículo publicado por LA CAPITAL, donde indicó que hay 145.432 personas de Mar del Plata que reciben jubilaciones y pensiones. Arroyo salió en defensa de la Anses, aclarando que es erróneo sostener que se financia solo con aportes laborales, ya que también se sostiene con impuestos generales y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad.
“La mitad de los jubilados actuales -refirió- accedieron por moratorias. Sin una nueva, muchas personas no podrán jubilarse”, vaticinó, por lo que sugirió crear un fondo soberano con recursos naturales, como en Noruega, para sostener el sistema previsional. Y también abordó otra importante cuestión como lo es el tema de las viviendas.
“Solo el 2,24% de los mayores vive en residencias. Muchos son privados y varios no están habilitados por lo que se necesitan más instituciones públicas, inversión en salud geriátrica y accesibilidad urbana. Un 20% de los mayores – indicó- tiene dependencia o necesita cuidados especiales, lo que implica una gran demanda actual y futura en la llamada “economía del cuidado”.
Y otro dato que no deja de llamar la atención: más de 10 mil adultos mayores en Mar del Plata alquilan su vivienda, muchos con ingresos mínimos. Una problemática urbana que requerirá, a la corta o a la larga, intervención estatal.
Según el censo, 3.163 personas, el 2,24% de los adultos mayores viven en residencias de larga estadía. El Estado municipal tiene una sola institución (residencia Eva Perón) y 26 instituciones privadas tienen convenio con PAMI, recordó Arroyo.
Según datos de 2020, la Cámara Marplatense de Residencias de Larga Estadía (Camarle), que agrupa a establecimientos del sector, registró alrededor de 80 hogares asociados, con una capacidad de 2.000 camas y la generación de más de 800 puestos de trabajo directos.
Una decena brinda servicios para una población ABC1 y cerca de 1.000 personas habitan residencias que funcionan sin habilitación.
Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el 7,25% de la población mayor de 60 años en Argentina vive en alquiler. Proyectando estos datos generales a Mar del Plata, serían más de 10.000 personas que alquilan, la gran mayoría de los cuales cuentan con ingresos jubilatorios mínimos.
En Argentina, aproximadamente el 20% de las personas mayores de 60 años o más presentan algún tipo de dependencia, lo cual implica que aproximadamente 28.000 marplatenses requieren cuidados.
Esto es al mismo tiempo un problema y una oportunidad, ya que representa miles de potenciales puestos de trabajo, en una economía del cuidado que es una de las que más va a crecer en los próximos años.
Estándar triplicado
De acuerdo a los estándares internacionales, una ciudad entra en etapa de envejecimiento cuando el 7% de sus habitantes supera los 60 años. Mar del Plata triplica esa cifra y se consolida como la ciudad con mayor proporción de personas mayores entre los principales distritos del país.
Comparada con partidos bonaerenses de densidad similares como La Matanza, Quilmes, La Plata o Lomas de Zamora, Mar del Plata lidera en todos los indicadores de envejecimiento y dependencia.
Desde el Conicet de Mar del Plata, se lee en el informe de bacap, una de las claves del envejecimiento marplatense es la caída de la natalidad. Entre 2014 y 2023, la tasa de nacimientos cayó de 15,2 a 8,7 por cada mil habitantes. Esto implica menos nacimientos que nunca en la historia reciente.
Asimismo, se registra una mayor esperanza de vida. En 2014 era de 75,1 años, y en 2022, 76,7 años y en 2024 fue de 77,5 años según la Organización Panamericana de la Salud. En el caso de las mujeres, esa cifra es aún mayor.
La migración de adultos mayores es otro factor. Mar del Plata atrae a miles de personas que eligen la ciudad como lugar para pasar sus últimos años.
“Economía de la longevidad”
Diego Bernardini se recibió de médico en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1996 y tiene un master en Gerontología por la Universidad de Salamanca (España). Actualmente reside entre Buenos Aires y Washington DC
y es profesor titular de la cátedra “Salud del adulto mayor” en la Escuela Superior de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata, entre otras actividades académicas. También lidera la comunidad de aprendizaje “La segunda mitad”, con capacitaciones y servicios para el segmento 50+; produce y dirige la serie de podcast “La segunda mitad” junto a Flora Proverbio y brinda charlas y escribe libros.
En un reportaje concedido a LA CAPITAL, dijo que Mar del Plata “tiene la posibilidad de ser modelo para la región y el país”. Y añadió que “hay que pensar una política pública y compromiso comunitario que hoy todavía no existe”.
“No es fácil envejecer, es todo un tema. Hay personas que lo llevan bien, otras no tanto, y tenemos datos en base a la investigación médica que nos dicen que podemos intervenir sobre esos estados de ánimo, pensar sobre nuestra salud y tenemos que actuar a nivel social.
“Cada uno -indicó- tiene por detrás un curso de vida y eso te va a condicionar el día de mañana, cuando seas mayor. Es una transformación que no solo es personal sino social, de la comunidad. Mar del Plata es un lugar clave para eso”.
El profesional añadió que se está generado un movimiento que se conoce como economía de la longevidad “donde entran las necesidades que tenemos las personas mayores de 50, que buscamos otro tipo de productos, de servicios, aquellas personas que necesitan cuidados, aquellos hijos que deben resolver situaciones de padres, aquellos mayores que quieren seguir trabajando, emprendiendo, aportando”. “En definitiva -aseguró- uno es consumidor hasta el último día de vida, pero también puede ser productor, en el sentido de poder aportar. Hoy lo que está faltando en la sociedad es darle a esas personas, a ese grupo, la oportunidad de aportar, de seguir comprometidos de alguna manera, de seguir brindando esa experiencia que fue acumulando durante la vida”, remarcó.
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