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Opinión 10 de junio de 2020

De la separación a la economía circular

por Marcelo Artime (*)

 

 
Después de cuatro años perdidos, este Gobierno Municipal ha tomado la acertada decisión de trabajar con los vecinos y vecinas en la separación de residuos domiciliarios en origen. Al mismo tiempo lo retoma tambien el vecino Municipio de Mar Chiquita conducido por Jorge Paredi, quien tambien tuvo buenos resultados hasta el 2015 y que se abandono en los últimos años.

Esta costumbre se empezó en Mar del Plata en 2012, durante la gestion del ex intendente Gustavo Pulti y rápidamente había dado muy buenos resultados gracias a la abundante difusión y a la participacion de la comunidad.

La gestión de residuos es un sistema integral que debe verse desde la generación del residuo en nuestras casas, industrias o comercios hasta su disposición final. Y esta característica de sistema hace que la modificación en la gestión de algunos de sus partes tengan impacto en las restantes o en el todo.

Mar del Plata tuvo un basurero a cielo abierto hasta el año 2011 cuando, con apoyo económico del Banco Mundial y de la Nacion, se construyeron obras de infraestructura muy importantes que cambiaron la historia ambiental de nuestra ciudad. Hoy en nuestra ciudad se opera un relleno sanitario impermeabilizado que extrae y trata gases y líquidos provenientes de los residuos. Cuantos más residuos llévamos a enterar menos vida útil tendrá esta instalación y más deberemos invertir para ampliarla. Obviamente en la medida que reduzcamos cantidades de residuos a disponer más larga será la vida útil del relleno sanitario.

Hoy casi todos los residuos tienen posibilidad de darse algún camino de reutilización, sólo depende de que su ecuación económica permita hacerlo. Y sino tendrá que intervenir el Estado apoyando estos proyectos.

Los residuos llamados inorgánicos o secos, vidrios, plásticos, papel y cartón, latas, son los que generalmente pueden introducirse en alguna cadena de comercialización formal o informal, y cuanto mayor valor agregado se logre mejor será su venta. No es lo mismo vender una botella de PET sucia que un laminado listo para convertirse en otra botella. Y de esta manera se pueden analizar todos los circuitos de posibles reciclajes de todas las corrientes de residuos.

Toda esta gestión fundamental es la que sustenta la industria del reciclado que genera el llamado trabajo verde. Entendiendo por este las fuentes laborales generadas por procesos industriales que surjan del re aprovechamiento de residuos que ya no serán considerados basura.

Todo este circuito se optimizará y se multiplicará adaptado a una nueva concepción del tema cuando los procesos tradicionales y ya negativos sobradamente demostrado de diseño, producción, uso y descarte cambie por nuevas concepciones inscriptas en la llamada “economía circular”.

Diseños que ya piensan su reuso, producciónes con materiales reutilizados, modos de consumo más racionales y reusos habituales serán los parámetros de una nueva cultura en la cual el descarte ya sea parte del pasado y un viejo recuerdo de un sistema instalado desde el siglo 19 que hoy sufrimos sus consecuencias ambientales y en desigualdades de todo tipo. `

Cuando se inició el proceso de la Revolución Industrial hubo grupos de artesanos apegados al viejo modelo que no aceptaban los cambios y se opusieron. La historia continuó y los cambios se llevaron a cabo de todos modos. Es probable que hoy estemos viviendo una nueva revolución en la cual los apegados a sistemas de producción ambientalmente negativos y quienes sigan apegados a lo que el Papa Francisco llama “la cultura del descarte” sufrirán la misma suerte que aquellos artesanos.

Las consecuencias del cambio climático, eufemismo del calentamiento global, las desigualdades generadas por un mercado que nunca ajusta las desigualdades, los adelantos en las comunicaciones, la virtualidad y la inteligencia artificial , más ahora la fragilidad que demuestran los países desarrollados ademas de sufrir miles de muertos demuestran que el sistema de consumo desenfrenado hace que en 30 o 60 días de cuarentena sin consumo las economías se desmoronen y millones de trabajadores queden en la calle resulta imposible que nos nos haga reflexionar.

Quizá la mayor contradicción se dio hace unos días cuando vimos las imágenes en nuestros celulares de como un empresario americano invertía en que astronautas viajaron al espacio al mismo tiempo que miles morian por un virus por sistemas de salud escasos o inalcanzables para muchos. A lo mejor la elite del capitalismo central ya decidió que la próxima vida es en Marte y entonces ya resulta inútil cuidar este planeta y no nos avisaron.

Es por esto que separar los residuos es un muy buen primer paso, pero es una herramienta que forma parte de un proceso de cambio que no solo es ambiental sino económico y hasta filosófico. Por algo la Encíclica Laudato
Si es útil y esta dirigida no solo para los católicos, sino es un punto de inflexión en un modelo de consumos forzados y desigualdades insoportables.

Pero ademas este desafío tiene una cuenta pendiente fundamental. La incorporación al trabajo formal y reconocido de quienes viene separando y recuperando siempre. Los únicos que en los últimos años introdujeron en el circuito comercial miles de toneladas de residuos que no se enterraron, pero a costa de un precio demasiado alto.

Condiciones indignas de trabajo y precariedad total en sus condiciones de comercialización, lo cual a menudo es aprovechado por mayoristas inescrupulosos. Esta cuenta debe ser saldada. Son trabajadores que se adelantaron a la formación de una industria incipiente. Una industria del reciclaje que tiene todos, los condimentos de otras.

Empresas, tecnologías, capital , seguros, infraestructuras y también trabajadores. Que en este nuevo modelo de economía circular sean trabajadores reconocidos y en blanco como otros. Que los que generan los productos se hagan cargo de los costos de sus reciclados y no se desentiendan de esta cuestión sin duda contribuiría a este justo objetivo.

 

(*) Diplomado en gestión de residuos. Universidad Isalud.
Secretario de Ambiente, Turismo y Planeamiento Mar Chiquita.