Por Vito Amalfitano
Enviado especial

BUENOS AIRES. El futuro, ese gran seductor. Nada nos provoca más interés, curiosidad, deseo. El inmediato, el instante próximo. Y el más lejano. Siempre imprevisible y misterioso.
La juventud, divino tesoro. Nos atrae porque no la queremos dejar. Pero también porque nos transmite frescura. Y futuro.
El deporte, el físico desde el alma. El escenario de los sueños para cuidar ese tesoro de la juventud y buscar la superación, individual y colectiva, hacia el futuro.
Futuro. Juventud. Deporte.
Los Juegos de la Juventud son una invención del Comité Olímpico Internacional que agranda la familia olímpica y, no se puede negar, también el negocio. Pero como siempre y en todas las cosas, más en el deporte, antes que nada está la gente. Las pibas y los pibes que participan, las multitudes que acompañan, a favor de disfrutar competencias oficiales en forma gratuita, lo que es decisivo en este tiempo de bolsillos más vacíos que nunca. Y aquí se corporiza en una gran competencia el objetivo de la detección de talentos que alguna vez inició realmente con proyección olímpica el ex Secretario de Deportes de la Nación Claudio Morresi.
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La medalla dorada compartida entre Argentina y Alemania en BMX estilo libre es un símbolo en el plomizo mediodía de Buenos Aires, en el bello Parque Urbano. Un abrazo del deporte, la alegría de Agustina Roth e Iñaki Mazza, quienes comparten el momento con el público hasta con lanzamiento de camiseta “futbolero”. Y ambos con entrenador marplatense, Eber Temperan.

Agustina Roth e Iñaki Mazza lograron el oro en BMX.

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La llama olímpica se apagó, y eso fue un papelón. Una extraña metáfora sobre el gas que no se puede pagar en Argentina.
El corredor olímpico nunca fue, y eso demostró que quedamos a un abismo de ser posible sede de unos Juegos Olímpicos convencionales. A años luz.
Los Juegos Olímpicos de la Juventud no tienen interés comercial para el capital privado, por eso gran parte del financiamiento proviene de fondos públicos. El gobierno de la ciudad se hizo cargo de un extraño presupuesto con una cotización del dólar prevista a…¡4,50 pesos para 2018! Pero, además, de los 231 millones de dólares previstos al ganar la sede, el gasto realmente ascendió a 650 millones de dólares (a 40 pesos, no 4,50), algo así como unos siete años de Fútbol para Todos en 13 días.
El Parque Olímpico y la Villa en Soldati son grandes proyectos urbanísticos para la zona sur de Capital Federal. Luego se verá en la práctica si redunda en beneficios reales para los habitantes de la zona, si las viviendas logran ser accesibles. Por lo pronto, haberle “bajado el precio” al Cenard, que llamativamente no es uno de los centros de estos Juegos, encierra el trasfondo de un futuro negocio inmobiliario en ese lugar.
De nada de eso tiene la culpa el deporte. Ni siquiera el propio Comité Olímpico Argentino que los propuso y logró para Argentina. Ni mucho menos los deportistas. Ni los aficionados. Ni las pibas y pibes de las mismas escuelas de Soldati que disfrutan de estos espectáculos todos los días y que esta tarde, bajo la lluvia, colman el estadio de este Parque Roca al que asistimos a una lucida goleada de Las Leoncitas sobre Uruguay 5 a 0 en hockey 5, una modalidad muy dinámica y divertida de este deporte.
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En el Centro de Prensa se discute en este momento si el Breaking Dance es deporte o no. A esta altura, un debate abstracto. Es una de las atracciones en el Parque Urbano, en la limitada franja etárea de estos Juegos, en chicas y chicos de 14 a 18 años. Y es muy divertido… Y no es para discutir la destreza del argentino Mariano Carvajal, quien acaba de ganar la medalla de plata con el nombre de Broly, un villano de la serie Dragón Ball Z, la que veían nuestros pibes. Que ya son el futuro.

Mariano Carvajal ganó la medalla de plata en Breaking Dance.

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Tomamos el micro para prensa, oficiales y voluntarios del Parque Urbano en Puerto Madero al Parque Olímpico en Soldati. Un viaje entre dos mundos en la mismísima Capital Federal. En el trayecto se duerme contra la ventanilla una niña que tiene una medalla dorada colgada. Es el reposo de la guerrera. Al despertarse charlamos con ella. Es Yesica Hernández Vieyra, mexicana, quien hace solo unas horas se consagró campeona olímpica de levantamiento de pesas 48 kilográmos… En realidad aun no se despertó del sueño. Y para ella Buenos Aires 2018 será inolvidable. La travesía entre Madero y Soldati, con el golpe de la ventanilla en la cabeza de la campeona que se duerme extenuada pero feliz, no solo es entre dos mundos. También es un viaje en el tiempo que adelantó el futuro.