Por Víctor Molinero

Para muchos está fresco aún en el recuerdo el partido trunco entre Independiente y Boca en el verano del 93, cuando los de Avellaneda dejaron la cancha a falta de 7 minutos, contrariados con el arbitraje de Javier Castrilli, que había sancionado penal para el “xeneize” y tras cartón había expulsado a Luis Islas, arquero del “rojo”, por su airada protesta.

El partido estaba 1 a 1 y el verborrágico Pedro Marchetta era el entrenador de Independiente. Lejos de calmar a sus dirigidos, el técnico se sumó a la protesta y estuvo de acuerdo en abandonar el campo de juego en el estadio José María Minella.

Independiente venía de ganarle a River 1-0 en la apertura del triangular por la Copa de Oro, que finalmente quedaría en manos de Boca, a quien le dieron por ganado el partido con el “rojo” y en el cierre igualó 2-2 en el Superclásico.

Fue un bochorno, una mancha para el Fútbol de Verano que, no obstante, ya había tenido un episodio similar 22 años antes.

Los jugadores de Independiente se paran en la línea del arco para que Boca no pueda ejecutar el penal. Después se fueron de la cancha molestos por el arbitraje de Castrilli.

El antecedente del 71

El 10 de febrero de 1971, por el Pentagonal de aquel año, la Selección Marplatense de fútbol tuvo una actitud similar a la de Independiente en un contexto de partido también muy parecido.

La “roja” empataba 1 a 1 con Racing Club en el estadio San Martín en un partido que había tenido como dominador en el trámite al conjunto local.

Mar del Plata se había puesta en ventaja con gol de Víctor Roldán (tras asistencia de cabeza de Loyola) pero los de Avellaneda alcanzaron la igualdad a los 44′ de esa primera mitad luego de que Alberto Mario Jorge parara el balón con la mano para luego definir de emboquillada ante la salida de Jorge Videla.

Por eso el primer tiempo ya había terminado con los ánimos “caldeados” y los futbolistas locales protestándole con firmeza al árbitro Alberto Ducatelli.

Pero lo peor estaba por venir. Porque en el segundo tiempo, cuando se jugaban 36′, el juez principal cobró infracción dentro del área de “Rulo” Moreno sobre Cárdenas y ya nada fue igual.

Los jugadores del combinado marplatense entendieron que “el Chango” se había llevado con la mano la pelota y que Moreno le había quitado limpiamente el balón. Así acorralaron al árbitro en su masiva protesta. Ducatelli, en su retroceso ante la airada protesta, tropezó y cayó al suelo. Cuando se levantó, responsabilizó y expulsó a Videla, el arquero del seleccionado.

Fuera de sí, el resto del equipo dejó la cancha ante el asombro de propios y extraños y se encerró en el vestuario local del San Martín. Desde afuera, los periodistas escucharon los cánticos de los futbolistas, haciendo hincapié en lo que consideraban un “robo” arbitral.

Ducatelli decidió rápidamente dar por finalizado el partido, sin dejar mucho margen para que los organizadores intentaran convencer a los jugadores marplatenses.

Alberto J. Armando, el reconocido dirigente de Boca estaba en el estadio e ingresó a la zona de camarines muy molesto, responsabilizando al árbitro por el abrupto final.

Sin embargo, la mayoría apuntó sus cañones al plantel marplatense. Y ya en el estadio algunos dirigentes de la Liga deslizaron que la actitud del equipo era repudiable.

La formación de la Selección Marplatense que comenzó el partido con Racing.

Una Liga alborotada

Con celeridad, la Mesa Directiva de la LMF llamó a una reunión de urgencia en 48 horas. Allí, en un acalorado cónclave, se resolvió separar del seleccionado al entrenador Abel Alberto Pacheco y al capitán, Angel Mosconi. Algunos querían ir más allá y disolver directamente a la Selección, que venía de consagrarse por única vez en el Campeonato Argentino.

El 13 de febrero, tres días después de aquel partido, el Racing de Humberto Maschio perdió 0-2 con Estudiantes de La Plata en la continuidad de un Pentagonal que también animaron Independiente y Boca (a la postre ganador del reducido).

Mientras tanto, el ambiente del fútbol en la ciudad estaba alborotado. El 15 de febrero, el Tribunal de Penas de la LMF decidió suspender a todos los jugadores del seleccionado, menos a Carlos Miori. Además le dieron por perdido el partido y lo privaron del porcentaje de la recaudación que le correspondía.

Mosconi, por su rol de capitán, recibió 11 fechas de suspensión, Videla, 8, al igual que Picabea, Soler, Lauge, Moreno, Roldán, Ripke, Loyola y Parodi.

Miori “zafó” porque tenía una chance concreta de emigrar al fútbol de Estados Unidos y no quisieron cortarle una posibilidad que finalmente no se cristalizó.

El Pentagonal seguía su curso pero en Mar del Plata, a partir de la importancia que tenía el seleccionado por entonces, aquel partido ante Racing había generado un temblor importante.

La ciudad seguía siendo el epicentro del fútbol nacional. De hecho, los presidentes de Racing y Huracán acordaron aquí el traspaso de Alfio Basile, un zaguero que había formado parte del mítico “equipo de José” y que luego integraría otra formación inolvidable: el Huracán del 73 de Menotti.

Aunque poco importó la noticia en la convulsionada LMF. Es que los clubes temían que las suspensiones se hicieran extensivas a sus equipos y que los futbolistas tuvieran que purgar las fechas de sanción en los partidos de una Liga que por aquellos años tenía mayor relevancia en el pago chico. Y el temor era fundado a partir de un antecedente. En un Campeonato Argentino de 1930, el seleccionado marplatense se retiró de la cancha molesto con los fallos arbitrales en un cotejo ante el combinado de Provincia y todos los jugadores suspendidos purgaron sus penas en el torneo local.

Un nuevo equipo y un cierre digno

Volviendo al 71, un día después de conocidas las sanciones, más allá de que Pacheco ya había sido apartado de su cargo, el entrenador hizo pública su renuncia al cargo en una carta que envió al presidente de la LMF y que fue publicada íntegramente el 16 de febrero por LA CAPITAL. Allí Pacheco criticaba con dureza a Miguel Fagnani, presidente liguero.

Finalmente se aclaró que los jugadores suspendidos no pagarían la sanción en el torneo liguista y varios respiraron aliviados.

Además se convocó a una serie de futbolistas locales para rearmar la selección. Así se sumaron Maquirraín, Pérez, Montero, Villar, Aman, Gómez, Martinoli, Bringas, Mústico, Rafael Martínez, Bustos, Vázquez, Cubero (Carlos, el padre de Fabián), Buyatti y Arce.

Con José Maimone al frente del equipo en lugar de Pacheco, el nuevo combinado entrenó el 18 de febrero, por la noche, en el estadio San Martín. Y el 20, apenas dos días después, la “roja” hizo un decoroso papel ante Estudiantes, con el que perdió 1-2 en la continuidad del Pentagonal. Héctor Buyatti marcó el gol marplatense.

“Juan Ramón Verón era el wing izquierdo de aquel Estudiantes. Me acuerdo que Maimone lo agarró a Montero en el vestuario y le dijo ‘marcalo a Verón como esa noche que paraste a Pelé”, recordó días atrás Francisco “Manija” Mústico, uno de los pibes que habían sido convocados de urgencia para ese encuentro ante los “pincharratas”.

Pese al revuelo generado, la Selección Marplatense volvió a ser invitada un torneo de Verano poco después. Así, en 1973, jugó la Copa de Oro disputada en un hexagonal junto a Boca (3-4), Independiente (0-3), Racing (2-3), San Lorenzo (0-6) y Huracán (1-5). No sumó puntos más allá de sus buenos partidos frente a Boca y Racing. Pero al menos terminó todos sus partidos en cancha…

La síntesis de aquel partido

Mar del Plata 1
Videla; Lauge, Picabea, Moreno y Soler; Ripke, Mosconi y Parodi; Roldán, Loyola y Miori. DT: Abel Alberto Pacheco.

Racing 1
Gibaudo; Wolf, Paolino, Rocchia y Sangenis; Jorge, Squeo y Adorno; Luna, Cárdenas y Alcibar. DT: Humberto Maschio.

Goles: en el primer tiempo, 18′ Victor Roldán y 44′ Alberto Mario Jorge.
Cancha: estadio San Martín.
Arbitro: Alberto Ducatelli.