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Opinión 24 de septiembre de 2020

Desarrollo de triple impacto, esencial para la Argentina post pandemia

Esteban Bullrich.

Por Esteban Bullrich (*)

A pesar de los numerosos esfuerzos atolondrados de la alianza gobernante de tapar, a través de la reforma judicial, la evidente desnudez del Rey, existe una agenda mucho más trascendente para nuestro país que pasa por el cómo nos embarcamos en ese nuevo paradigma impuesto por el Cambio Climático, ahora sin duda catalizado por
la Pandemia del Covid19.

Cómo desarrollar un nuevo posicionamiento de triple impacto sustentado en la Bioeconomía.

Hace más de dos décadas debiéramos haber tomado seriamente el cuidado del planeta en el marco del nuevo paradigma impuesto por el Cambio Climático y su síntoma más evidente y dañino, el Calentamiento Global. En ese marco ya habíamos sido signatarios de un compromiso global para realizar acciones tendientes a minimizar sus efectos devastadores. Así, tendríamos que haber iniciado una acción interdisciplinaria para, sustentados en la ciencia y en la tecnología, diagramar nuevos esquemas de desarrollo y ocupación territorial en línea con los principios básicos acordados para aquella “nueva normalidad”.

Hoy, la humanidad toda, de un solo y artero golpe, se enfrenta a una nueva advertencia que la naturaleza le ha infligido a través de la Pandemia del Covid19, para que en cierta manera reinicie ese camino que solo había vislumbrado en la teoría, con acciones muy tímidas, más cercanas a amagues y devaneos. La Argentina a pesar de ubicarse muy cercana al subdesarrollo económico, por su ubicación alejada, pero privilegiada en lo agroclimático, contrario sensu aparece con muchas ventajas comparativas, que deberían poder ser transformadas en competitivas, mediante una estrategia que acompañe la nueva era post pandemia:

– Situada sobre el acuífero Guaraní, uno de los más importantes del
mundo.
– Por su latitud con ¾ partes del año con días largos.
– Una hidro vía (Paraguay-Paraná-Uruguay) con todavía una altísima
potencialidad en logística de transporte y un litoral marítimo (Mar
epicontinental argentino) con la riqueza de su caladero (diversidad
biológica y pesquerías) y yacimientos de petróleo y minerales.
– Altísima diversidad Biológica.
– Gran diversidad de sitios agroecológicos.
– La potencialidad de integrar su matriz energética de base petrolera con Energías renovables: Solar en el centro y Norte del territorio; Eólica desde el centro hacia el extremo sur y Biomásica en prácticamente todo el territorio al norte del Rio Negro.

Esa nueva era, que está a la vuelta de la esquina, estará dominada por situaciones de naturaleza muy compleja que no podrán ser encarados con las mismas herramientas utilizadas hasta hoy. Donde el enfoque interdisciplinario será la única forma de resolverlos. Problemas multiobjetivo donde nunca será posible la maximización absoluta de alguno de ellos, pero si permitirá la búsqueda y resolución de una salida armónica que impacte favorablemente en el bienestar general, inexorablemente sustentado en lo productivo. Estrategias que permitan atraer aquellas inversiones innovadoras que impliquen la posibilidad de generar incorporaciones rápidas de manos de obra, una nueva ocupación territorial sustentada en la producción de bienes y servicios de forma sustentable.

Es entonces por todo lo anterior imprescindible comenzar a lograr acuerdos, programas y proyectos que permitan definir una estrategia de crecimiento de triple impacto: económico, social y ambiental. Así, el esfuerzo colectivo, sin lugar a dudas debe estar sustentado en un enfoque multiobjetivo que nos obliga tanto para su diseño como su gestión en la acción multidisciplinaria altamente coordinada y consensuada: La creación de redes de “Nuevas Cadenas de Valor” distribuidas estratégicamente en el territorio, que seduciendo a la inversión de riesgo (renta), permitan tanto la incorporación instantánea de mano de obra como el arraigo y aseguren una sustentabilidad ambiental a través del manejo integrado de cuencas, minimizando las emisiones de Gases Efecto Invernadero  (GEI) y la gestión de todo tipo de efluentes. En síntesis, la apuesta hacia un ordenamiento territorial post pandemia que significará, inexorablemente, un nuevo federalismo. Sólo como ejemplo pensemos por un momento en Microcuencas Especializadas para la construcción y el agregado de valor en origen, ya sea para alimento, energía o servicios.

Muchas cadenas de valor ya existentes en la Argentina tienen aún muchos grados de libertad para diversificar sus productos derivados, incrementar su especialización y hasta de integrarse con otras. Existen nuevas áreas donde todavía hay mucho para generar y desarrollar. Sirvan solo como ejemplos todo lo relacionado a la transformación de granos en proteína animal y biomateriales, la biomasa en biocombustibles de segunda generación y nuestro litio en una renovada industria automotriz.

¿Nos animamos?

(*) Senador Nacional por la Provincia de Buenos Aires.



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