Enmarcada en una gira que realiza por Argentina y Uruguay, la cantante se presentará este domingo en el Bosque Peralta Ramos. Analiza la actualidad del tradicional género.
“La trova sigue gustando y llega al público porque es una expresión sincera. Cantas y expresas lo que sientes, lo que piensas. Te deja ser objetivo y soñador a la vez. La trova es poesía y la poesía es hermosa, es visceral”, señaló Yaima Orozco sobre el género musical que eligió para vestir sus ideas. La trovadora cubana, oriunda de la ciudad de Santa Clara, se presentará este domingo en Mar del Plata, en un espectáculo que se realizará a las 21,30 en el espacio Color Humano (Diagonal Norte y Yanquetruz, Bosque Peralta Ramos).
Se trata de una de las voces femeninas más importantes de la trova cubana actual. Es miembro del colectivo de cantautores La Trovuntivitis de Santa Clara de Cuba. Ha llevado su música a naciones de las más diversas latitudes. Llega dentro de una gira por Argentina y Uruguay.
-¿Qué repertorio vas a interpretar en Mar del Plata?
-El repertorio que haré en Mar del Plata serán canciones de mi autoría, canciones nuevas, otras más antiguas, a guitarra y voz. Siempre canto mis propias canciones. De vez en cuando hago versiones de temas que me gustan de autores que admiro pero en esencia en mis conciertos canto mis canciones. La mayoría de mi obra aborda ritmos
tradicionales cubanos como la guajira, el son, el boleros, la
habanera, pero también hago temas con aire de bossa, de tango, ritmos latinoamericanos, rock. Todas las músicas del mundo llegan y me dan una motivación.
-¿Cómo se encuentra el género trova en Cuba y cómo los ves en America latina?
-La trova en Cuba está muy viva, muy presente. Yo vengo de Santa Clara, vivo ahí, una ciudad de mucha tradición cancionística, muy bohemia y trasnochadora. Hay mucha vida cultural en Santa Clara y mucho flujo de artistas todo el tiempo. La trova allí tiene una linda casa con su sede principal en un centro cultural precioso que se llama El Mejunje, El Mejunje de Silverio, su director. Gracias a él y a muchos otras instituciones y personas que han apostado por hacer todo para que existan este tipo de espacios abierto a la creación y a la canción de autor, a la libertad de expresarse artísticamente. En Santa Clara hay un núcleo grande de trova y como estamos en el centro por allí pasan casi todos los trovadores del país. También los convocamos a eventos como el Longina, un festival que ofrece espacio y escenarios para compartir, actualizarnos del trabajo que andan haciendo los trovadores de toda Cuba y ya va teniendo desde hace varias ediciones invitados de otros países. En en pasado evento estuvo Juan Quintero con el trío Patio y Paraná Berreta de argentina y Magdalena Mathey de chile. Éste festival se hace desde hace más de 20 años durante los primeros días del mes de enero. Existen otros eventos nacionales parecidos en casi todas las provincias. Hay muchos trovadores, somos muchos. Y siguen saliendo de abajo de las piedras jóvenes con algo que contar cantando. Fuera de Cuba me voy topando también con músicos increíbles, con cantores que cantan a la vida, a la gente, a sucesos de la cotidianidad. Cada cual interactuando a través de la música con la realidad que vive. Y en cada viaje crece cada vez el circuito.
-¿Qué vienen a decir las mujeres trovadores a éste mundo?
-No veo diferencias en el discurso de una mujer y un hombre si hablamos de canciones, si hablamos de arte. Es un lenguaje universal sin razas, ni género, ni edad. A lo largo de los años han sido las mismas motivaciones las que hacen a un artista expresarse. Nos inspira el amor, el desamor, la añoranza, la injusticia, la libertad, la tristeza, la alegría, la naturaleza, el deseo, la belleza.