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La Ciudad 12 de mayo de 2016

“Desde hace años hay una problemática con la niñez en General Pueyrredon”

El secretario de la Niñez y la Juventud, Adrián Lofiego, explica cómo se encuentra la ciudad en materia de menores en situación de calle. "Vemos abusos en chiquitos, maltrato y cosas muy perversas muchas veces al día", reconoce.

Adrián Lofiego.

Por Daniela Tomé

En el mundo, actualmente hay 120 millones de niños que viven en la calle, según las cifras difundidas por Unicef: 30 millones en Africa, 30 en Asia y los otros 60 en América del Sur.
En Mar del Plata, el encargado de monitorear la situación de los menores en situación de calle es Adrián Lofiego, quien desde hace 13 años ocupa el cargo de secretario de la Niñez y la Juventud del Partido de General Pueyrredon, área a la que ingresó a trabajar hace dos décadas. En esta nota, el licenciado en Trabajo Social cuenta cómo es la realidad de los jóvenes en la ciudad y su peregrinar por las diferentes instituciones.
-¿Cual es la tarea específica del área?
-Niñez está en le área de la Secretaría de Desarrollo Social. Nosotros intervenimos en todo lo que es vulneración de los derechos del niño. Durante 50 años hubo una ley donde se tenía al niño como objeto de derecho y el niño era una cosa. Se elevaban todas las problemáticas a los jueces. A partir del 2017 hay una nueva ley, que es la 13.298, y que modifica la mirada teniendo al niño como sujeto de derecho, teniendo en cuenta la palabra del niño y lo que este siente: una serie de cambios que intentan con todos los equipos e instituciones que disponemos, no judicializar la problemática del niño. Que no sea un simple legajo.
-¿Cómo es la situación actual en la ciudad de los niños en riesgo, los hogares y los chicos en situación de calle?
-Es amplísimo el tema. Nosotros, y lo digo como líder de un equipo porque hay mucha gente trabajando en esto, vemos que desde hace unos años hay una situación problemática en el partido de General Pueyrredon con la niñez, muy brava. Que lo vea el que lo quiera ver. Yo nunca me callé y desde que estoy pasaron tres intendentes y muchos secretarios… No tengo compromiso con nadie de color político; mi compromiso es con los niños. Y hacer todo lo que esté a mi alcance por ellos sin que el mundo de uno se convierta en un infierno.
-En una situación tan delicada como la de la niñez en riesgo, ¿se puede mantener el equilibrio?
-Y? Es difícil mantener el equilibrio: es muy común que vengan compañeros llorando, con mucha angustia. No debemos tener un callo como para que nada nos pase por el costado, ni tampoco ser vulnerables absolutamente.
Nosotros vemos cosas realmente tremendas. Cada mañana el temor que tengo es el decir no quiero quedarme en un microclima. Nosotros en el área de la niñez vivimos en un microclima en el cual vemos abusos en chiquitos, maltrato, cosas muy perversas y esto no es una vez por mes, es todos los días y muchas veces al día. Por lo cual hay que estar preparados. Entre nosotros nos contenemos bastante para servirles a los chicos que son los que demandan. A veces estar atentos a esa demanda porque no siempre piden ayuda llorando, a veces el grito viene portándose mal.
-¿También estrellándose contra la pared y haciéndose daño?
-Exactamente. Yo tengo hijos y me decían: “Poneles música, hablales en la panza, cuando nacen dales cariño”. Muchos de estos chicos no son deseados, desde la panza no son deseados, después de que nacen son un obstáculo y crecen como bichos. La gente los ve como bichos y es todo lo contrario, hay que darles todo el amor que se pueda. Los chicos no han sido queridos desde pequeños y actúan en consecuencia. Entonces hay que tratar de entender y nosotros tenemos experiencia y aportamos lo que podemos. Los chicos no siempre quieren ser ayudados. Tenemos que trabajar sobre la construcción de la demanda. Y ahí vamos el Estado, un Estado lento, muy lento, elefantiásico, a intentar cambiarle la vida a un chico que desde hace años está maltratado. Se intenta hacer lo que se pueda.
-Es una lucha muy cuerpo a cuerpo: más allá de las leyes, si son suficientes o no, del Estado y de los recursos que haya…
-Yo creo que son las dos cosas. Creo que deberían mejorarse día a día las políticas de la niñez. Debe haber políticas adecuadas para la niñez que es un sector vulnerable.

Un conflicto que crece

-¿La situación empeoró?
-Totalmente. Lo digo rotundamente. No es lo mismo un chico de hace 15 años atrás a uno de ahora, el nivel de violencia no es el mismo. Contamos con una dirección de niñez, cuatro instituciones con niños que viven ahí, desde bebés hasta los 18 años, de ambos sexos. Y el municipio paga todo como si fuese un hijo: lo manda a la escuela, le da de comer? Hay seis instituciones que son casas del niño que funcionan de lunes a viernes como guarderías; y 11 equipos distribuidos en el partido de General Pueyrredon. Cada uno de esos equipos con un abogado, un psicólogo y un trabajador social. También hay un equipo de emergencia, atención a la niñez en situación de riesgo, conocido como el 102; 24 operadores y cuatro profesionales que trabajan sobre emergencias.
-¿Cómo es la problemática de lo chicos de la calle?
-Tengo que hacer hincapié en que por chicos en situación de calle nos referimos a chicos que están en el micro y macrocentro. Tenemos un equipo que está en contacto permanente: son chicos difíciles de ayudar, por lo menos la ayuda que nosotros queremos darles. Ellos ven en el lugar de la calle un lugar en donde se puede estar, no es un lugar acorde. Nosotros a esos chicos los conocemos a todos y sabemos por qué eligieron la calle. Conocemos a sus “familias”. Generalmente son chicos maltratados, psicológica, moral y físicamente.
-¿Y por qué la eligieron?
-Esos chicos han ido a parar a la calle como un lugar donde se manejan muchas cosas: robos, drogas, la falta de límites. Es muy difícil cuando los llevamos a una institución porque son chicos que no aceptan los límites. El tema del consumo es muy importante, el 99 por ciento de lo chicos consumen algún tipo de sustancias de mala calidad, como es de mala calidad el lugar donde duerme o lo que comen.
-Y así el daño es mayor..
-Totalmente. La gente llama, nosotros vamos, rescatamos a los chicos pero siempre vuelven a la calle. Nosotros insistimos, esperamos ver la grieta, el momento en que se asustan porque a algún amigo le pasa algo, les pegan o los lastiman y piden ayuda y ahí nosotros buscamos estar presentes. En algunos casos lo hemos logrado, y nos pone muy contentos, y en otros no.
-Uno tiene la idea de que los chicos abandonados son chicos de familias pobres y eso no es así, muchas veces.
-Nosotros recibimos denuncias permanentes de familias de clase media y de gran poder adquisitivo. El tema del maltrato y del destrato no tiene clases sociales. Se tapa mejor según los diferentes estratos sociales, esa es la diferencia. Nosotros intervenimos en un porcentaje altísimo en sectores empobrecidos, pero no porque sea el único espacio en donde hay maltrato. Y hay distintos tipos de maltrato. Es muy común cuando hay una nueva pareja y el hombre maltrata, por ejemplo, a los hijastros.
-¿Somos una sociedad maltratadora?
-No sé si somos maltratadores. Lo que si puedo decir y te lo firmo con las dos manos es que de 20 años a esta parte el nivel de violencia se ha incrementado y el nivel de complejidad de la violencia es impensado.