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Deportes 26 de enero de 2021

Detectar y preparar talentos para llevarlos a la pista

La iniciativa de Oscar Raimo para mediofondistas y fondistas.

El entrenador Oscar Raimo y parte de su Grupo Rural Ateneo, en la zona de Barranca de los Lobos.

El reconocido atleta marplatense Oscar Raimo pudo concretar un viejo anhelo. Se trata de un grupo de corredores a quienes entrena en la zona de Barranca de los Lobos, un enclave que se ha popularizado notablemente desde hace un tiempo.

Lo novedoso o diferente es que la actividad es totalmente gratuita. En ese conjunto de atletas con buena proyección competitiva, no son pocos los que carecen de los medios para afrontar el costo que supone un seguimiento casi personalizado.

Sin embargo, tres veces por semana a la mañana (martes, miércoles y sábados), Raimo recibe al denominado Grupo Rural Ateneo, y les dedica su total atención.

Así lo explica. “Soy un agradecido de todo lo que me ha dado este deporte. Y la dedicación a este grupo es una forma de devolverle al atletismo todo lo que me dio”, afirma convencido.

En definitiva, confluyen varias cosas, porque el nombre del grupo no es casual. Y refiere al Ateneo Atlético Atlántico, aquella creación del recordado profesor Fernando Rodríguez Facal, de la que fue parte Raimo y a la cual ha regresado, en carácter de detector de talentos en medio fondo y fondo. Y también como corredor, porque ese fuego interior permanece intacto tal como sucede con la gente que siente pasión por lo que hace.

En su análisis particular, quien ha sido entrenador de destacados atletas como el riojano Gustavo Frencia o el chubutense Joaquín Arbe, entre otros, “el ABC de la excelencia es la pista. Las carreras de calle han masificado el running, lo han popularizado. Pero en los últimos años se nota una involución en las marcas. Entonces, la intención es detectar chicos y jóvenes con talento para prepararlos y destinarlos a la pista, de donde surgen los atletas de alto rendimiento”.

Esa referencia apunta a que, de un tiempo a esta parte, en Argentina solamente se aspira a clasificar a los Juegos Olímpicos en maratón, y lejos asoman las chances de hacerlo en 5.000 o 10.000 metros.

En similar sintonía que Raimo se ha pronunciado Antonio Silio, una súper respetada leyenda del atletismo argentino y poseedor de récords nacionales de medio fondo y fondo que han perdurado por 30 años.

Ambos sostienen que, a pesar de la evolución del calzado deportivo, entrenar en el cemento o asfalto es nocivo, y por eso proponen hacerlo sobre superficies más amigables para las articulaciones, como bien pueden ser bosques o caminos rurales.

Ese rasgo de ser agradecido que resalta Raimo también se refleja cada vez que recuerda al fallecido sindicalista Diego Ibañez, una de las personas que más lo ayudó durante su carrera deportiva.

Más allá del alcance de este emprendimiento con nuevos talentos, el palmarés de Raimo resulta abrumador. Y bien vale un rápido repaso: fue campeón argentino de mayores en los 5.000 metros, en 1990, además de subcampeón en 1991 y 1999 y tercero en 2000; campeón argentino de mayores en los 10.000 metros, en 1992 y 1997, subcampeón en 1998; campeón argentino de clubes en 5.000 metros (1991) y en 10.000 metros (1994); campeón argentino de cross country en la modalidad corta (4.000 metros) en 1999, disciplina en la que también fue tercero, en 1998.

Ostenta el subcampeonato argentino de medio maratón (21K), en 1997, y aún hoy, posee el vigente récord en el prestigioso torneo “Justo Ernesto Román”, con 14m07s40/100 para los 5.000 metros, desde el 23 de abril de 1998.

Y fue el primer marplatense, en un selecto grupo de precursores, en comenzar con las incursiones a entrenar en la localidad salteña de Cachi. Junto a él, a mediados de 1998, realizaron su preparación en la altura Daniel Castro (25 de Mayo), Oscar Amaya (Venado Tuerto) y Zenón Patiño (Salta).