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Policiales 17 de marzo de 2022

Detienen a un policía y lo acusan de brindar protección a vendedores de drogas

Se trata de un oficial subayudante que cobraba una mensualidad de un grupo de narcomenudistas del barrio Libertad para avisarles sobre allanamientos, investigaciones y para intentar frenar el avance de la competencia, otro "point" de la misma zona. Lo detuvo en su despacho el propio Jefe Departamental.

Un oficial subayudante de la policía bonaerense resultó detenido esta mañana acusado de brindar protección a una organización familiar dedicada a la venta de drogas en el barrio Libertad.

Facundo Castaño, que en la actualidad trabajaba en la comisaría Cuarta, fue citado a la Jefatura Departamental donde el propio jefe, comisario mayor José Segovia, le comunicó su detención y lo dejó a disposición del fiscal Leandro Favaro, quien estuvo al frente de toda la pesquisa.

Además se realizaron allanamientos en su domicilio particular del barrio Félix U. Camet, además de la requisa y secuestro de dos automóviles de su propiedad.

Para el fiscal Favaro, el policía Castaño formaba parte indirectamente de una banda dedicada a la venta de estupefacientes en el barrio Libertad y su rol era el de brindar protección y controlar el crecimiento de otros “points” para disminuir la competencia en la zona. En términos jurídicos, se configura la figura del comercio agravado de estupefacientes y también, en concurso real, el delito de cohecho.

Esta organización barrial está compuesta por varias mujeres de una misma familia (“Los Olea”), dos de las cuales están detenidas y una restante procesada con excarcelación. Se le atribuye la condición de líder a Fabián Humberto Barraza, pareja de una de ellas y el hombre que usaba su teléfono para negociar la cobertura policial con Castaño, además de recoger las novedades sobre posibles allanamientos y avances de investigaciones que pudieran comprometerlo.

La venta de droga se hacía desde una vivienda de República Árabe Siria al 900 y en otra a poca distancia de allí se la ocultaba y fraccionaba. También a dos cuadras, por la misma calle, existía otra “boca de expendio” de cocaína y marihuana.

Hace exactamente un año el fiscal Favaro y policías no viciados pudieron romper las filtraciones y allanaron los domicilios involucrados en el narcomenudeo, en el que fue el segundo intento. Es que días antes, una mañana que estaba todo organizado para allanar una avanzada policial con personal de civil se dio cuenta de que los vendedores de drogas habían sido advertidos: estaban todos en la vereda. “Tomaban mate y nos estaban esperando porque sabían que íbamos a romper”, dijo un investigador, usando la terminología habitual para describir un allanamiento. Aunque la Justicia suele enfrentarse a narcomenudistas que cuentan con información sobre las investigaciones, llamó la atención que volviera a suceder y de una manera tan evidente.

El 17 de marzo de 2021 la policía allanó los tres domicilios y detuvo a la mayoría de los involucrados excepto a Barraza, quien sugestivamente no estaba. Pero a partir de lo hallado en las viviendas se pudo avanzar hacia una explicación. Además de secuestrar una considerable cantidad de cocaína la fiscalía se hizo de 17 teléfonos que mandó a analizar y en dos de ellos, pertenecientes a Barraza había conversaciones con “Facu”. Del contenido del intercambio de mensajes surgía contundentemente que “Facu” era un policía que brindaba protección e informaba sobre procedimientos policiales a la banda.

Sin embargo, como el teléfono de “Facu” estaba a nombre de una persona ficticia, no se sabía quién era el funcionario policial. Lo que permitió su identificación fue un minucioso análisis de los mensajes. En una de esas charlas, Barrazas hablaba de la denuncia que le había hecho a Sergio Chávez, otro actor importante de la venta de drogas en el barrio Libertad, al que acusaba de haberle tiroteado la casa. Pero además, Barraza le entregaba a “Facu” los datos del lugar en donde Chávez se ocultaba (en ese momento estaba prófugo por otras causas). “Facu”, el hasta entonces misterioso funcionario policial, le decía a Barraza los datos que tenía que aportar en una ampliación de denuncia para que la “fiscalía saque los allanamientos”.

El fiscal Favaro y su equipo de trabajo accedieron a la denuncia contra Chávez en donde se destacaba el testimonio de un policía. Ese policía aseguraba que había tomado conocimiento del domicilio donde se ocultaría Chávez por dichos de Barraza, en una reproducción casi textual de los mensajes. Ese policía era Facundo Castaño, entonces en la comisaría Sexta (jurisdicción del barrio Libertad) quien, no obstante, tenía otra línea telefónica, diferente a la empleada en la comunicación de “Facu” con Barraza. Una vez más, la sagacidad investigativa cerró el misterio: el aparato telefónico de Castaño había sido usado con la SIM de la otra línea el mismo día de las comunicaciones con Barraza.

Otro de los pasajes más reveladores de la investigación fue en el que el “puntero” le pedía al policía Castaño que lo ayudara a frenar la competencia, y señalaba que el “point” de 212 y Chacabuco se le estaba llevando sus clientes.

En otro de los intercambios de mensajes el policía pedía un aumento en su mensualidad para poder seguir dando el servicio de protección.

Vale recalcar que el “point” de los Olea estuvo involucrado de manera lateral en el homicidio de Lautaro Pilu, ocurrido el 1° de mayo de 2021. En esa ocasión a Pilu lo habían acusado de asaltar a un menor de 8 años perteneciente al círculo cercano de la familia Olea. A partir de ello, se produjo una circunstancia en la que Pilu escapó corriendo de República Árabe Siria al 1100 y fue alcanzado en Libertad y 212, donde recibió una puñalada mortal.

Por el crimen primero fue detenido Juan Brandon Le Parc, pero finalmente la Justicia se decantó hacia Ariel Torres Giovanni, “El Paraguayo”, quien en extrañas circunstancias clamó por su detención y se atribuyó el homicidio de Pilu. Incluso participó en marchas para que liberaran a Le Parc y lo detuvieran a él.