Tres jóvenes, dos de ellos menores de edad, fueron detenidos luego de protagonizar un violento robo a mano armada en una casa del barrio Punta Mogotes.

Según informaron fuentes oficiales, el mayor de los delincuentes, de 20 años, fue identificado como Alejandro Maximiliano Falsinela (20) y por disposición del fiscal Mariano Moyano quedó alojado en la Unidad Penal 44 de Batán. Por su parte, los dos menores de edad, de 17 años, quedaron a disposición del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil y se encuentran detenidos en el Centro Cerrado de Menores de Batán.

Los tres jóvenes detenidos se encuentran imputados por “robo agravado por uso de arma de fuego apta para el disparo en poblado y en banda” y podrían declarar en las próximas horas.

El hecho se registró en una casa de General Pacheco al 2800, donde un hombre de 50 años fue sorprendido por dos jóvenes armados, que lo amenazaron y lo redujeron. Luego, los delincuentes le quitaron dos teléfonos celulares y huyeron del lugar.

La víctima alcanzó a ver a los asaltantes, como así también el auto al que se habían subido, un Chevrolet Corsa conducido por otro joven. El hombre llamó al 911, denunció el robo y aportó las descripciones a la policía.

Con estos datos, personal de la comisaría quinta y del Comando de Patrullas Sur realizaron un operativo cerrojo para interceptar al Chevrolet Corsa, hasta que finalmente lo encontraron en Vucetich y Fortunato de la Plaza.

Los delincuentes, al advertir la presencia policial, intentaron darse a la fuga, por lo que se inició una persecución que finalizó en Triunvirato y Fortunato de la Plaza.

La policía detuvo a los sospechosos y en su poder secuestró los celulares que habían sido robados a la víctima.

Una familia relacionada a las “entraderas”

El apellido de Falsinela ya había estado relacionado a distintos robos violentos en viviendas. El joven, cuando era menor, había pasado por el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil. Además, según informaron fuentes oficiales, su madre es Malvina Samudio, una mujer que en 2017 fue condenada a 6 años y 6 meses por haber sido parte de una banda que robaba casas. En esos casos, su rol era monitorear la actividad de la policía por medio de un handy y pasarle la información a quienes ingresaban a las casas para robar, entre ellos su hijo, cuando era menor de edad.