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Detuvieron a un hombre por estafar a 200 personas a las que les prometía trabajo

Un hombre fue detenido en la provincia de Misiones acusado de haber estafado junto a una mujer a unas doscientas personas a las que les prometía un trabajo en el predio de La Rural, en el barrio porteño de Palermo, a cambio de que depositaran una suma de dinero para pagar los supuestos uniformes que iban a utilizar, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.

La detención se concretó en la localidad misionera de Eldorado por parte de efectivos de la División Delitos Complejos de la Policía de la Ciudad tras una serie de investigaciones que determinó que el sospechoso estaba escondido en esa provincia.

Fuentes policiales y judiciales informaron a Télam que la investigación comenzó el 2 de agosto último a raíz de una serie de denuncias radicadas en la comisaría 23ra. de Capital Federal.

De acuerdo a los voceros, unas doscientas personas fueron convocadas al predio de La Rural por un hombre y una mujer que supuestamente tenían una consultora de trabajo y las habían contactado mediante un sitio de internet.

El falso empresario, identificado como Alfredo G. (45), apodado “Freddy”, y una mujer llamada Natalia, les habían prometido un trabajo en blanco de lunes a viernes, de ocho horas diarias y con un sueldo de 22.500 pesos mensuales.

A cambio, les pidieron como único requisito que depositaran en una cuenta bancaria una suma que iba desde los 170 hasta 1.000 pesos para saldar los costos de los uniformes que utilizarían para trabajar.

Sin embargo, el día de la convocatoria concurrieron las casi 200 personas seleccionadas por “Freddy” y se dieron cuenta que éste no había concurrido, por lo que comenzaron a llamarlo al teléfono de contacto pero ya estaba apagado, tras lo cual se percataron del engaño.

Con estos datos, el personal de Delitos Complejos detuvo a la mujer a las pocas horas y comenzó a buscar al estafador por orden de la jueza en lo Criminal y Correccional 38 porteña Wilma López.

En un primer momento, la Policía determinó que el prófugo estaba domiciliado en la localidad bonaerense de Pilar, en la zona norte del conurbano.

Al ingresar a la vivienda, los efectivos observaron que no había ocupantes y que había un gran desorden, y luego determinaron que “Freddy” había escapado con el botín obtenido de sus “empleados”.

Ante esa situación, los detectives continuaron la pesquisa y encontraron elementos que indicaban que el hombre podría estar escondido en Eldorado, ciudad ubicada a unos 200 kilómetros de Posadas, por lo que se trasladaron hasta esa zona.

El personal policial estableció que había tres domicilios en los que el buscado estaría escondido desde principios de agosto y solicitó al juez competente de la ciudad una orden de allanamiento para cada uno de los lugares.

No obstante, mientras esperaban la autorización, los policías de la Ciudad detuvieron a “Freddy” mientras caminaba por el barrio Parodi, frente al aserradero de Puerto Piray.

Tras la detención, el hombre fue trasladado a Capital Federal, donde fue indagado por la jueza López como coautor del delito de “estafas reiteradas”

La magistrada dispuso el procesamiento con prisión preventiva para el acusado y ordenó la libertad bajo caución real para su cómplice, agregaron los voceros judiciales.

“Si bien la suma sustraída no fue tan significativa lo que realmente llama la atención es la cantidad de personas a las que estafaron”, dijo a Télam una fuente con acceso a la causa.

En su momento, varios de los damnificados fueron entrevistados por la prensa y se quejaron porque habían sido engañados por el sospechoso.

“Nos pedía el DNI y ciento setenta pesos, no era mucho pero cuando venimos nos encontramos que esto no era verdad y que no éramos dos o tres sino que son muchas personas que estaban citadas para las 10, para las 12, para las 15 y para las 17 hoy, mañana y el viernes. Un montón de gente se queda con la ilusión de un trabajo”, dijo una joven.

Otra damnificada contó que “el guardia de seguridad sabía quien era, lo conocían de nombre” y les comentó cómo era de “aspecto físico”, lo que permitió comenzar el proceso de identificación de quien se encontraba detrás de la maniobra delictiva.

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