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Dibu Martínez: “Voy a preparar mi cuerpo al máximo para ser el mejor arquero del Mundial”

Emiliano Martínez, el arquero marplatense de la Selección Argentina de fútbol, fue declarado "Deportista insigne" por las autoridades municipales en una jornada en la que los chicos de San Isidro, Talleres y General Urquiza fueron protagonistas.

Emiliano “Dibu” Martínez fue reconocido este lunes por el Concejo Deliberante local, que lo declaró “Deportista insigne” de la ciudad en un acto desarrollado en el Polideportivo Islas Malvinas que contó con la presencia de sus familiares, amigos y los afectos de General Urquiza, Talleres y San Isidro, los tres clubes por los que pasó en sus comienzos como arquero antes de partir a Independiente de Avellaneda.

La presencia del arquero de la Selección Argentina concitó la atención en el mediodía marplatense de este lunes y hacia el Polideportivo fueron buena parte de los integrantes del Concejo Deliberante, los pibes de los tres clubes mencionados y todos los medios periodísticos de la ciudad.

En la ocasión, el arquero de 30 años recibió de manos de la presidenta del HCD, Marina Sánchez Herrero, la distinción como “Deportista insigne” y también el reconocimiento al “Mérito Deportivo” que entregó Ricardo Liceaga Viñas, director de Deportes del Emder

“Sos un deportista ultra competitivo y uno siempre da la sensación de que es un pibe de barrio. Sos un orgullo para todos nosotros”, destacó Sánchez Herrero; al tiempo que Fernando Muro, impulsor de la ordenanza, confió que les pareció mejor idea compartir el acto con “los chicos de tus clubes, que te siguen siempre”.

Vito Amalfitano, representante de la bancada del Frente de Todos, recordó que “Dibu” podría ser el primer marplatense nativo en jugar un Mundial, ya que Jorge Olguín se formó futbolísticamente aquí pero nació en Dolores y Germán Burgos integró planteles mundialistas pero como suplentes, sin llegar a actuar.

Además de los mencionados, también estuvieron presentes en representación del Concejo Mariana Cuesta, Virginia Sívori, Mercedes Morro, Marianela Romero, Roberto Gandolfi, Nicolás Lauría y Daniel Núñez.

Invitado a tomar la palabra por el conductor del acto, Alejandro Heuguerot, “Dibu” se quebró al ver el cariño de los chicos y chicas presentes y de sus familiares.

“Muchísimas gracias a todo el Concejo y a mi familia por estar acá. Me fui de muy chico y me hacen acordar a mi todos esos chicos que están en la tribuna con la camiseta de arquero. A mi me gustaba usar la del Pato como ejemplo y hoy en día ver a los chicos de San Isidro, de Talleres y de Urquiza con esas camisetas me hace recordar aquellos tiempos. Es un orgullo para mi. Ahí vi que había un arquerito con un cartel que decía “quiero ser como el Dibu” y eso emociona. Solo decirles que si realmente quieren pueden llegar a dónde sea. Yo vengo de barrio, junto con mi hermano...” aseguró antes de quebrarse por la emoción.

“Sigan sus sueños, sigan creciendo, que vamos a llevar a Mar del Plata lejos, siempre”, alcanzó a completar dominado por la situación.



Emiliano Martínez disfruta de unos días de descanso en su ciudad natal tras el partido en el que consiguió su segundo título con la Selección Argentina, al ganarle 3-0 a Italia en el mítico Wembley la denominada Finalíssima que enfrentó a los campeones de Europa y América.

“Dibu” ya había sido campeón de la Copa América el año pasado, cumpliento un papel protagónico en el torneo que se coronó ganándole la final a Brasil en el Maracaná, nada menos.

Desde entonces su popularidad creció notablemente entre los futboleros de todo el país. Mucho más en Mar del Plata claro está. Y ni hablar en los tres clubes por los que pasó en sus comienzos.

Los chicos, que se apostaron en una tribuna rebatible del Polideportivo, ganaron protagonismo no sólo con sus cánticos, sus carteles y las reiteradas muestras de afecto para con Martínez, sino que fueron los únicos habilitados para hacerle preguntas al arquero de la Selección Argentina.

Los pibes dieron la talla y, con sus consultas, le sacaron “jugosas” respuestas al arquero de la Selección.

“Recién terminó la pretemporada y en tres semanas empieza una nueva. Uno arranca a prepararse porque va a jugar un Mundial en cuatro o cinco meses y la ansiedad cada vez es mayor. Pero soy muy fuerte mentalmente y voy a preparar mi cuerpo al máximo para ser el mejor arquero del Mundial”, dijo Emiliano Martínez ante la pregunta de Thiago, uno de los chicos de General Urquiza.

Dante, de Talleres, le preguntó cómo se había sentido en su primer partido con la Selección.

“Estaba nervioso antes del partido, porque no eran muchos los marplatenses que jugaron en la Selección como dijeron recién. Pero una vez que empezó el partido yo estaba como si jugara en Talleres, Urquiza o en San Isidro. Cuando empieza no me importa nada y solo pienso en ganar”, aseguró.

Benjamín quiso saber cuáles fueron sus sensaciones al ganar la Copa América y también cuando le atajó el penal a Yerry Mina en las semifinales. Y el pequeño de San Isidro hasta se animó a emular el festejo que Dibu viralizó en aquel momento.

“Yerry Mina me había golpeado en Colombia y tuve que dejar la cancha en el que era mi segundo partido con la Selección Argentina. Era algo que tenía en mente. Porque además él le había metido un gol a Muslera en el partido anterior contra Uruguay, había bailado y no me había gustado lo que había hecho. Una vez que le atajé el penal vinieron todos esos recuerdos y bueno… ya saben cómo fue el festejo”, admitió ante las risas de todos los presentes.

Agustina, arquerita de Urquiza, preguntó por sus recuerdos en los tres clubes marplatenses por los que pasó.

“Disfruté en los tres. A esa edad sólo quería jugar y disfruté tanto en Talleres, como en Urquiza y San Isidro. Obviamente por ser el último club en el que estuve antes de irme a Independiente, San Isidro es por ahí el más cercano. Pero la verdad es que amé y tengo un lindo recuerdo de los tres”, cerró.

Después llegaron las fotos de rigor y la odisea por intentar que Dibu Martínez dejara el Polideportivo sin responder a la prensa. De todos modos, los chicos y chicas ya habían hecho su trabajo. Vieron de cerca al ídolo, le cantaron, lo hicieron emocionar y hasta se animaron a preguntar.

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