Tanto los proveedores como los comercios no están cumpliendo con el precio oficial, de 185 pesos. En algunos lugares se consiguen a 300 pesos.
Desde la Defensoría del Pueblo bonaerense manifestaron preocupación ante las dificultades que se registran al intentar acceder a una garrafa de gas al precio oficial de $185. Según señalaron, en la ciudad se vende cerca de $300 y apuntaron a la “mala distribución”.
“Hemos detectado la falta de garrafas al precio anunciado por el gobierno que, actualmente, sólo están en el programa El Estado en tu barrio, en las zonas de reparto anunciadas por el municipio”, señaló el delegado local, Rubén Cuevas.
Estos puntos de acceso son, para el defensor, “absolutamente insuficientes”, ya que “el camión sólo está una hora o una hora y media, y se quedan sin garrafas”.
Esta situación genera que aquellos ciudadanos que no pudieron dirigirse al lugar o llegaron más tarde se queden sin la posibilidad de comprar la garrafa a la tarifa social de $185, y tengan que dirigirse a otros puntos donde el valor aumenta alrededor de $300.
En este sentido, Cuevas denunció que “tanto los proveedores como los comercios no están cumpliendo con el precio”, pero aclaró que esto ocurre porque “el Estado pone un precio que ellos no pueden cumplir al tener altos gastos de traslado y por la propia ganancia del local”.
“Esto hace que las bocas de expendio sean mínimas. De hecho, un relevamiento que hicimos el año pasado a nivel provincial arrojó que sólo el 3% había podido comprar la garrafa al precio que establecía el Estado. En Mar del Plata no estuvimos alejados de ese número”, agregó el defensor.
Cuevas también agregó que existen varios inconvenientes que dificultan el acceso al beneficio y deberían ser tenidos en cuenta por el gobierno.
“En las zonas donde pasa el gas natural, por ejemplo, aquellas personas que no lo tienen conectado no pueden acceder al beneficio. Tampoco aquellos que tienen la conexión, pero tienen suspendidos el servicio por falta de pago”, señaló.
A su vez, señaló que resultan insuficientes dos garrafas por vivienda al mes, ya que es común que más de una familia viva en un mismo lote. “La medida debería estar acompañada por el relevamiento de un asistenta social”, aseguró.