Doble crimen del barrio San Eduardo: Ignacio Serra culpable
Luego de deliberar, los doce ciudadanos civiles consideraron que fue el autor del delito de "doble homicidio doblemente agravado, con alevosía" de Ezequiel Contreras y Nicolás Vergara. El caso había ocurrido en agosto de 2021.
El doble crimen ocurrió frente a la despensa ubicada en la calle 841, entre 0 y 2.
El jurado popular que esta semana presenció el juicio oral por el doble crimen del barrio San Eduardo, ocurrido en agosto de 2021, declaró culpable al imputado, Ignacio Serra, y ahora el juez Alexis Simaz deberá evaluar qué pena le aplica, aunque por la figura delictiva del hecho investigado le cabría prisión perpetua.
Los doce ciudadanos deliberaron desde las 14.30 de este miércoles y consideraron que Serra fue el autor del “doble homicidio doblemente agravado” de Ezequiel Contreras (35) y Nicolás Vergara (26). Tras ello, notificaron al juez y a las partes, y se retiraron de Tribunales.
Vale recordar que, según la investigación del fiscal Leandro Arévalo, Serra habría querido vengarse de Contreras, quien lo golpeó 48 horas antes en una parada de colectivos tras haberlo acusado “de mirarlo mal”. Por eso, el instructor judicial consideraba que había ido a buscarlo a una despensa ubicada en la calle 841, entre 0 y 2, donde se produjo el hecho.
Serra fue detenido el 6 de agosto de 2021 y tiempo después recibió el beneficio del arresto domiciliario con monitoreo electrónico, condición en la que llegará al debate.
Todo comenzó, de acuerdo a la instrucción del fiscal, el sábado 31 de julio de 2021, pasado el mediodía, el automóvil marca Citroën C4 de color azul en el que solía movilizarse el albañil Contreras se detuvo abruptamente en la parada del colectivo, sobre la ruta 11, frente a la capilla Stella Maris. Allí, en la garita, estaban Serra y su hijo, un adolescente de 14 años. Casi sin mediar palabras, el conductor descendió del vehículo y le dio una golpiza a su vecino -al que no conocía-, ante la atónita mirada del menor y los demás testigos.
“¿Qué me andás mirando mal, vos?”, le decía mientras le propinaba trompadas en el rostro y el cuerpo. Por su parte, Serra le contestaba “que estaba loco”. “¿Por qué me pegás? No ves que estoy con mi hijo…”, atinaba a decirle.
La agresión se extendió por algunos minutos e, incluso, hubo un intento de Contreras -al que apodaban “El Karateca”- de subir a su auto a Serra para “ir a dar una vueltita”, conforme una de las declaraciones que figuran en la causa, realizada por un hombre que presenció toda la secuencia y que conocía a ambos del barrio.
Esa intención de “El Karateca” no prosperó y, finalmente, decidió volver a su vehículo para irse del lugar. Antes, se volvió y lanzó una amenaza: “Te juro que te la voy a dar”, le dijo.
Cuando abordaba su rodado, recibió una respuesta que no lo inquietó en lo más mínimo. “Yo también te la voy a dar a vos”, escuchó, sin darle importancia.
Dos días después del incidente, 15 minutos antes de las 13, Contreras y Vergara, su compañero en la obra en construcción, se disponían a almorzar. Para eso, el primero detuvo su Citroën frente al comercio “La Esquinita”, con el objetivo de comprar comida. Se bajó del vehículo, mientras el otro albañil esperaba en el asiento del acompañante. Lo que siguió, cuando “El Karateca” regresó al rodado fue una balacera unilateral que acabó con ambas vidas
El caso fue investigado por el fiscal Arévalo, quien reconstruyó lo acontecido en las horas previas al doble crimen. También supo que, si bien Serra no tenía antecedentes penales, sabía manipular armas de fuego y contaba con un permiso para su tenencia desde 2011.
En base al análisis de testimonios, imágenes tomadas por cámaras de seguridad y peritajes balísticos, el instructor concluyó que Serra había sido el autor de los disparos y ordenó su detención, así como también un allanamiento en su domicilio, donde se encontró la caja de una pistola calibre 9 milímetros. Ese tipo de arma era compatible con la que se cometieron los asesinatos, de acuerdo a los informes de los especialistas que examinaron las 17 vainas servidas halladas junto a los cadáveres de Contreras y Vergara.