Dos hombres de 32 y 57 años fueron aprehendidos en un “point” de drogas del barrio Autódromo donde días atrás una mujer policía sufrió graves lesiones en su rostro al participar en un operativo similar.

Las detenciones se produjeron en Azopardo al 11100 junto a una iglesia evangélica y esta vez los vecinos de la cuadra, todos familiares de los tres detenidos, no pudieron causar los mismos desmanes que el 17 de mayo terminaron con la mujer policía herida.

El despliegue de una importante cantidad de miembros de la Delegación Departamental de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado Mar del Plata, a órdenes del Comisario Inspector Diego Gancedo, con la colaboración de personal de G.A.D y de la comisaría undécima, evitaron cualquier oposición esta vez.

El allanamiento fue posible a partir de la investigación surgida el 17 de mayo, cuando la policía advirtió que en una vivienda lindante a una iglesia se estaba desarrollando una maniobra conocida como “pasamanos”. Al intervenir la policía pudo detener a tres hombres, pero cuando aguardaban refuerzos fueron atacados a piedrazos. Una mujer policía sufrió la pérdida de algunas piezas dentales y cortes en la boca, pero con la llegada de apoyo los tres detenidos pudieron ser trasladados del lugar.

En base a ese procedimiento el fiscal Gastón De Marco apuró la labora investigativa para reunir pruebas que permitieron revisar el domicilio y la Justicia de Garantías la autorizó para este jueves.

La casa funcionaba como un “bunker”, con dos construcciones prácticamente enfrentadas, y fuertemente fortificadas, es decir con dos y hasta tres rejas de hierro por abertura. Este tipo de obstáculo proponen los “punteros” con el solo fin de impedir o retrasar el accionar del personal policial al momento de allanar.

Finalmente el allanamiento se ejecutó y se pudo detener a los dos responsables del lugar, además de otra persona de 41 años que tenía droga en su poder. Sobre una de las mesas había envoltorios de cocaína fracciona lista para comercialización, como así también cogollos de marihuana.

El agravante de este “point” radica en que a escasos metros funcionan centros escolares y de salud, a los que concurren importante cantidad de familias y menores de edad.