Interés general

Durante la pandemia, se realizaron cinco trasplantes hepáticos en el HPC

Un factor decisivo para facilitar la donación de órganos fue la implementación de la ablación de forma regional.

Desde que se declaró la pandemia por COVID-19, se llevaron a cabo cinco trasplantes de hígado en el Hospital Privado de Comunidad (HPC) de este ciudad.

Si bien la situación epidemiológica modificó los esquemas y protocolos de ablación de órganos y trasplantes, gracias a la colaboración de todo el equipo de salud del HPC fue posible realizar estos procedimientos a pacientes críticos que le permiten la posibilidad de tener una mejor expectativa y calidad de vida.

Otro factor que fue decisivo para facilitar la donación de órganos fue la implementación de la ablación de forma regional. Anteriormente, era el equipo de trasplante que aceptaba el órgano, el que tenía que ir a buscarlo, y el que se hacía cargo de todo el proceso de ablación, en coordinación con otros equipos, como equipo de trasplante renal, hepático, cardio-pulmonar, entre otros.

Teniendo en cuenta la imposibilidad de viajar por la pandemia, desde el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) se autorizó que la ablación fuera realizada por el equipo certificado en la región donde estuviese el donante, y luego el órgano sea enviado al centro donde se realizará el trasplante, respetando las condiciones de transporte ya establecidas.

Esto generó mayor cooperación entre los equipos de trasplantes a nivel nacional, simplificando los procedimientos.

El Hospital Privado de Comunidad adaptó el recurso humano y sus instalaciones para poder atender a los pacientes con COVID, sin descuidar aquellos con patologías habituales. Esto significó sectorizar tanto la atención ambulatoria como la internación y la implementación de distintos protocolos y normativas de bioseguridad.

“Para poder llevar a cabo un trasplante se necesita de la colaboración de un gran equipo multidisciplinario, aquellos implicados directamente en realizar la práctica en sí y los demás profesionales que tienen a cargo la recuperación y cuidado postoperatorio del paciente. Sobre todo, quiero destacar la colaboración de todo el personal quirúrgico y de terapia intensiva para poder adaptarse a estos obligados cambios, en este contexto de COVID-19, y no descuidar la atención del paciente trasplantado” explicó Enrique Cánepa, jefe del Servicio de Cirugía y subjefe del Equipo de Trasplante Hepático del HPC.

Además, detalló que “en este momento en particular significó un esfuerzo mayor, dado que para la realización de un trasplante se utilizan dos quirófanos en simultáneo y, actualmente, tenemos menor número de quirófanos por estar algunos de ellos reservados al Área COVID. Por esa razón, se tuvieron que realizar las cirugías programadas en horarios no habituales”.

El Equipo de Trasplante Hepático del HPC está conformado por más de 20 profesionales de la salud en distintas disciplinas: las secretarias y enfermeras coordinadoras junto a los hepatólogos clínicos son los que intervienen en el preoperatorio. Durante el trasplante propiamente dicho participan médicos cirujanos, anestesiólogos, intensivistas junto a enfermeras e instrumentadoras.

Trasplante Hepático

El trasplante de hígado se indica cuando una persona presenta una enfermedad muy avanzada en el hígado y otras opciones de tratamiento son insuficientes. El objetivo es reemplazar el hígado enfermo por otro sano. Idealmente, después de un trasplante, la persona estará libre de enfermedad y podrá llevar una vida prácticamente normal.

Las principales indicaciones del trasplante de hígado son por:

– Cirrosis hepática descompensada, de múltiples causas: viral, alcohólica, biliar, son las más frecuentes. – – Hipertensión portal mal controlada-

– Hepatitis aguda fulminante

– Cáncer de Hígado-

– Otras enfermedades vasculares, metabólicas, genéticas o autoinmunes del hígado

No todos los pacientes con enfermedad hepática necesitarán un trasplante. El mismo se considerado necesario cuando la enfermedad de origen progresó hacia una forma avanzada e irreversible, y los otros tratamientos dejaron de ser efectivos.

En esta situación, se valora la necesidad de determinar si el trasplante de hígado es una opción de tratamiento adecuada.

Una vez realizada la evaluación pre-trasplante, el paciente es inscripto en una lista de espera de trasplante, la cual es única y nacional, regulada por el INCUCAI.

Dependiendo del factor/grupo sanguíneo, como así también del origen y gravedad de la enfermedad, esta lista determinará la prioridad de un paciente sobre otro.

Una vez asignado el órgano, el paciente es llamado para su trasplante. El procedimiento quirúrgico suele demorar en promedio 7-8 horas, y el tiempo de estadía habitual es de 10-14 días, dependiendo del estado en que el paciente llegó al trasplante. El seguimiento queda a cargo del equipo de trasplante, y en forma alejada, la actividad e inserción social y laboral puede llegar a ser absolutamente normal.

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