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La Ciudad 6 de marzo de 2017

Ecodrones para estudiar el canto de los pájaros

Un grupo de ornitólogos del Gettysburg College, en Pennsylvania, está usando vehículos aéreos no tripulados (UAV) como oídos voladores para vigilar pájaros cantores en los montes Apalaches.

por Norberto Ovando y Luis Medwed

Los resultados de su estudio fueron publicados en la revista The Auk: Ornithological Advances (Avances Ornitológicos), y llegaron a la conclusión que los datos recolectados por los ecodrones eran tan eficaces como los datos recopilados por expertos humanos sobre el terreno para obtener una estimación precisa de la población de pájaros cantores.

El investigador principal Andy Wilson, con dos estudiantes de pregrado, Janine Barr y Megan Zagorski tuvieron la idea de usar aviones no tripulados para escuchar a los pájaros cantores cuando estaban trabajando en una zona montañosa con fuertes pendientes a la que no podían acceder para estudiar los cantos de las aves en su hábitat natural.

No se trata sólo de laderas empinadas, sino también en zonas pantanosas, condiciones heladas y obstáculos artificiales los que pueden bloquear a los científicos interesados en estudiar los pájaros en su medio silvestre. Wilson dijo: “A veces uno atraviesa terrenos que pueden perturbar a los pájaros y detener su canto”.

El canto y el habla

El investigador Toni Gabaldón del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, ha detallado en un estudio que en el aprendizaje de sonidos vocales en los pájaros “se activan regiones cerebrales parecidas a las de los primates y humanos”.

Un grupo de científicos de la Universidad de Buenos Aires asegura que algunas especies de pájaros tienen la llave para desarrollar una nueva tecnología que permita la recuperación de aquellas personas que han perdido el habla.

El estudio, publicado en la revista científica Nature explica que “El canto de los pájaros y el habla humana tienen algunos puntos en común. De hecho, una gran cantidad de especies aprende a cantar de manera similar a cómo un niño aprende la lengua materna al interactuar con quienes lo rodean. Por tal razón, estudiar la actividad cerebral de los pájaros cuando producen sus sonidos puede arrojar luz sobre la forma en que el habla está codificada en nuestras neuronas y, en última instancia, cómo el cerebro puede aprender una tarea compleja”.

“Al igual que el habla humana, el canto de las aves comprende aspectos neuronales (instrucciones) y físicos (órganos que operan en la ejecución del canto)”.

Sonidos y cantos

Alguna vez se preguntó ¿porqué cantan los pájaros? Los expertos se debaten entre dos posibilidades: que lo hagan para atraer al sexo opuesto o para marcar su territorio. O más bien ambas cosas.

El canto constante quema mucha energía. Si un pájaro detecta que sus canciones no serán escuchadas, debido al ruido de la actividad humana, pueden dejar de cantar para ahorrar energía. La falta de canto de los pájaros, como en el libro Silent Spring (Primavera Silenciosa) de Rachel Carson, donde trata de explicar que es lo que ha silenciado las voces de la primavera en muchas ciudades norteamericanas donde pronto los animales, hombres, niños, plantas, todo muere.

Vivir en la ciudad altera el canto de las aves, de acuerdo con un trabajo publicado hace unos años en Current Biology “Cities Change the Songs of Birds”, (“Las ciudades cambian las canciones de los pájaros”). Según sus conclusiones, los pájaros que viven en grandes urbes como Londres, Praga, París, Amsterdam o Buenos Aires, tienen cantos más acelerados y duran menos tiempo que los de sus parientes rurales.

Hans Slabbekoorn y sus colegas del Instituto de Biología de la Universidad de Leiden en Holanda, aseguran que se debe a que para cantar en las urbes hay que competir con el ruido ambiental de baja frecuencia, como el ruido del tráfico. El ruido antropogénico es muy probablemente un factor dominante que impulsa estos dramáticos cambios.

Las aves gorjeen más en primavera y no es casual. Científicos de la Universidad de Oxford han identificado un gen en las aves que produce una molécula sensible a la luz en el hipotálamo, una región del cerebro vinculada a la regulación del hambre, el sueño y el deseo sexual. En primavera, esta molécula, que se clasifica como una opsina, activa el sistema reproductivo de las aves. Al hacer coincidir el apareamiento con el cambio de estación, las aves se aseguran de que habrá más comida disponible para sus crías cuando nazcan, según los investigadores.

Eliminar el ruido

Los investigadores del Colegio de Gettysburg utilizaron los drones Matrix 100 quadcopter o cuadrirrotor, de DJI para llevar a cabo su estudio.

En primer lugar ¿Por qué molestarse en usar un ecodrone para estudiar aves? “Debido a que las grabaciones de aves son generalmente obtenidas de grabadores terrestres o cercanos a tierra, muchas de ellas pueden estar limitadas por la accesibilidad del sitio y las limitaciones logísticas de atravesar terrenos difíciles”, explica Andy Wilson y aclara que, “Las grabaciones aéreas tienen mayor alcance y movilidad, y pueden utilizarse para acceder a sitios normalmente no encuestados por métodos terrestres”.

En otras palabras, se puede cubrir mucho más terreno con un drone, y tener micrófonos en áreas de difícil acceso. Por supuesto, el uso de drones para estudiar el canto de las aves tiene un inconveniente obvio. “El ruido excesivo del UAV es un importante obstáculo para el monitoreo bioacústico”, pero somos optimistas de que las innovaciones tecnológicas lograrán reducir el ruido del motor y de los rotores solucionando este problema”. Los investigadores concluyen que, “el monitoreo bioacústico basado en UAV es muy prometedor, e instamos a otros investigadores a considerar la experimentación adicional para refinar las técnicas”.

Estudiar pájaros cantores tiene un importante propósito. Según el estudio, “las encuestas de pájaros proporcionan datos cruciales para el monitoreo de las poblaciones de aves, la realización de estudios ecológicos y la determinación de estrategias efectivas de manejo ambiental”. El propósito del experimento fue “probar la factibilidad inicial de recopilar datos sobre la abundancia de pájaros cantores utilizando un UAV y, lo que es importante, resaltar los problemas potenciales y las trampas asociadas con la vigilancia aérea”.

Debido al “enmascaramiento por el ruido del drone” y a la aplicación de “filtros de paso alto a las grabaciones”, los investigadores subestimaron los conteos de pájaros con cantos de baja frecuencia. Además, las aves como el gavilán gris (Buteo plagiatus) que habita desde el sur de Arizona hasta el norte de Argentina fueron subestimadas en los conteos. Wilson opinó “Nuestro enfoque fue construir un sistema aéreo de bajo costo y tecnología relativamente baja, que consideramos importante si el monitoreo bioacústico basado en UAV es accesible para los ornitólogos con limitadas oportunidades de financiación”.

Además, el estudio afirma que los estudios aéreos, como los realizados a través del drone, “ofrecen una solución a los sesgos de cobertura y ya han demostrado ser una herramienta valiosa en la vigilancia de la vida silvestre”. Los ecodrones para estudios ecológicos se han utilizado principalmente, hasta ahora, para recopilar imágenes.

“No es sólo la comunidad científica que querría esto. Creo que hay un mercado general para los drones más silenciosos “dijo el Dr. Wilson.

(*): Norberto Obando. Presidente Asociación Amigos de los Parques Nacionales. Experto Comisión Mundial de Areas Protegidas de la IUCN. Red Latinoamericana de Areas Protegidas.

(*): Luis Medwed Observador de Aves /COA Caburé- Agronomía.



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