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Interés general 18 de marzo de 2020

Educación en línea: “No perdamos esta oportunidad como pasó con la Gripe A”

Classroom, Google Hangouts, Edmodo, Zoom, Moodle, entre otras, son palabras a las que docentes y estudiantes deben habituarse en estos días de suspensión de las clases presenciales y “distanciamiento social” por el coronavirus. Aquí, consejos del especialista de Elorza Feldborg sobre la enseñanza virtual.

Por Oscar Lardizábal

En la búsqueda de orientación y consejos sobre la modalidad de “educación en línea”, a la que ahora los enseñantes deben adecuarse de manera acelerada, LA CAPITAL dialogó con una autoridad en el tema como el Mg licenciado Gustavo de Elorza Feldborg, frecuente colaborador de la sección Opinión de este diario.

Especialista en Educación y Nuevas Tecnologías por Flacso**, de Elorza alienta a todos los actores del sistema educativo a no perder esta nueva oportunidad de “aggiornarse”, no sólo al adaptar las amplias posibilidades de la tecnología disponible, sino replanteando todo el sistema educativo.

“Debemos salir de un sistema tradicionalista y estructurado –recalcó–, que responde más a una lógica de la era industrial, ya superada, por un modelo que sea más disruptivo, innovativo, y que tenga en cuenta los nuevos consumos culturales que hoy viven los jóvenes, como los de la tecnología de lo visual y lo instantáneo, la que permite la interacción, también construír el pensamiento en red y el trabajo colaborativo de toda una clase gracias a los mensajes también compartidos en red”.

Después de la Gripe A

Al hablar de una “nueva oportunidad” en este contexto de incertidumbre por la pandemia, el especialista alude a la que se desperdició, según cree, en 2009 cuando debió enfrentarse la emergencia de la Gripe A: “entonces yo creía que los institutos, más aún la educación en general, iban a aprender de esa primera gran experiencia de obligada ausencia prolongada de los estudiantes en las aulas, pero eso no sucedió; pero ahora la tecnología, tras un gran avance, está potenciada y los anchos de banda de Internet son muy grandes como para realizar cualquier réplica de una clase presencial mediante el uso de numerosas y potentes herramientas informáticas”.

En 2009, la Gripe A tomó por sorpresa a la mayoría de las instituciones educativas. Entonces no existía el Whatsapp y se intentaron realizar clases vía mail, pero éste y aún el Wpp “permiten –señala de Elorza—sólo el envío de los materiales y no la interacción y comunicación que, con una eficaz propuesta pedagógica, posibilitan el aprendizaje”.

“Tendremos éxito –añadió—siempre y cuando estas herramientas sean utilizadas con la mejor didáctica y pedagogía. Hoy es relativamente fácil, siempre considerando los establecimientos que están en la capacidad de hacerlo, llenar la escuela de tecnología, de computadoras, de internet, de campos virtuales, pero eso sería sólo la punta del iceberg. Lo que queda detrás, y es el gran desafío a enfrentar, es capacitar a los docentes en el uso tecnológico, pedagógico y didáctico de estas nuevas plataformas. Debemos enseñarle a toda una generación de docentes que deben trabajar en base a la nueva tecnología y más que la tecnología, que ya la tenemos al alcance, necesitamos un cambio de actitud de los profesores y de los sistemas educativos”.

El docente, hoy

LA CAPITAL le preguntó: ¿cómo debe prepararse y qué debe hacer un docente para diseñar un proceso educativo en línea? Respondió con amplitud: “Está bien decir ‘educación en línea’ y no la superada expresión ‘educación a distancia’ que tuvo su vigencia desde los años 70 y hasta el 2000. El problema entonces podía ser la distancia y cómo hacer para que los módulos fotocopiados en papel le llegaran al estudiante. Hoy las nuevas tecnologías nos permiten recrear virtualmente los ambientes como si estuviésemos cara a cara con los alumnos. Se pueden crear espacios de comunicación como los foros, subir archivos, realizar video conferencias por streaming interactuar todo el tiempo”.

“El docente ante el desafío de educar en línea, sin complicarse, puede utilizar las herramientas como las que ofrece Office o un paquete similar de código abierto*** y debería plantear con claridad cuáles son sus objetivos, es decir que busca que sus estudiantes aprendan. Luego tendría que darles un material a sus alumnos o para decirlo con precisión un recurso, un contenido, pero no con fotocopias, sino que debería realizar una investigación propia cuando menos en la Web, seleccionar un tema específico relacionado con su campo de conocimiento, copiar los links seleccionados en su documento, y explicar brevemente lo que esa dirección web contiene. Debe ser una investigación cuidadosa porque en Internet hay mucha basura. Y a continuación plantear la actividad, pero no con la forma que se usa lamentablemente desde hace cien años, de mandar un texto y un cuestionario para responder. Así no se aprende”.

“Luego, así, docente y estudiantes deberían entrar en una lógica de juego, haciendo procesos de comparación, de identificación de partes, determinación de ideas principales y secundarias, distinción de contrastes y matices. Así las clases se hacen atractivas y significativas. Y cuidando que haya un nivel de resolución posible, porque el estudiante está en línea sin posibilidad de recibir la ayuda inmediata del docente como en una clase presencial”.

Luego resumió lo expresado. “Hablamos hasta aquí de herramientas como correo electrónico, whatsapp, y plataformas virtuales pero el gran secreto no está en la tecnología sino en una propuesta educativa bien desarrollada para que, pese al distanciamiento, enseñe a pensar al alumno”.

Finalmente, de Elorza Feldborg hizo un repaso de las aplicaciones más en boga actualmente para generar educación en línea.

• CLASSROOM y EDMODO. Classroom es una plataforma virtual, en cambio Edmodo es una red social, pero orientada a la educación.

• MOODLE Y GOOGLE HANGOUTS, al igual que Classroom y Edmodo tienen aplicaciones como para ser utilizadas desde los teléfonos celulares. Y esto es importante porque se dice con razón que, en nuestra realidad, son muchas las escuelas que no cuentan con computadoras ni Internet. Pero prácticamente todos los jóvenes tienen celulares y un plan de datos. Implementar programas pensando en los dispositivos móviles es otra forma de llegar a los estudiantes. Tenemos aquí aplicaciones que hacen video conferencias o stremming, pero si en la clase tenemos unos 30 estudiantes se complica. En cuanto a MOODLE es la aplicación que usa la mayoría de las universidades tanto en el país como en el extranjero. Es de código abierto, con facilidad para cargar e instalar. “Para mí es una de las mejores opciones”.

• ZOOM. En el caso de esta aplicación si no tenés una cuenta registrada posibilita 40 minutos de sesión y luego se corta.

• CAMPUS VIRTUAL. “Para mí es lo mejor que puede hacer una institución educativa, si está en capacidad de crearlo. En la actualidad, instalar una plataforma virtual y capacitar a los docentes significa centavos en el presupuesto de buena parte de las instituciones educativas”.

 

** Gustavo de Elorza Feldborg también es profesor e investigador universitario en UFASTA y especialista en Neuroeducación en UNVM.

*** Es definido así en Wikipedia: Código abierto: se utilizó por primera vez en 1990 en las comunidades de software libre, tratando de usarlo como reemplazo al ambiguo nombre original en inglés del software libre (free software). Lo cual implica, para el caso que nos ocupa, «software que podemos usar, escribir, modificar y redistribuir libremente»