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La Ciudad 21 de abril de 2019

El colegio Mariano Moreno, un emblema de la ciudad, se prepara para festejar su centenario

El aniversario es el sábado 27, pero el viernes 26 tendrá lugar el acto protocolar. Un repaso por los cien años de un establecimiento que se convirtió en un modelo de enseñanza para Mar del Plata.

por Julia Van Gool
@juliavangool

Es Jueves Santo, feriado, y dos hombres escuchan la música que sale de un celular mientras pintan de un color manteca la fachada del edificio que da a la calle Mitre. Adentro, la puesta en valor se hizo durante enero y febrero, pleno receso escolar y con la ayuda de padres, docentes y directivos.

El colegio Mariano Moreno, ex colegio Nacional, se prepara como quien se compra ropa nueva para un evento importante. Es que se encuentra a las puertas de un día que marcará un hito en la trayectoria de la institución: el 100° aniversario desde su creación. El centenario se cumple el sábado 27, pero el viernes 26 tendrá lugar el acto protocolar que tiene tan expectante a la comunidad educativa del establecimiento que es un símbolo de enseñanza en la ciudad y que, en 2006, fue declarada Patrimonio Arquitectónico de la provincia de Buenos Aires.

La música del celular se disipa apenas se ingresa al hall principal, otra muestra de su antigüedad: las paredes son, como en casi todo edificio con varias décadas encima, gruesas, fuertes, macizas. Adentro, la jornada de asueto llenó de silencio los amplios pasillos, y el recibimiento está a cargo de dos próceres: Mariano Moreno y Manuel Belgrano. Brillantes, estoicos, uno al lado del otro. Los bustos están enfrente a la entrada principal y a cada lado de la puerta que lleva al gimnasio, que a veces también es salón de actos.

Todo en el Mariano Moreno es amplio. Sus aulas, sus baños, sus escaleras, su biblioteca. No son amplios, en cambio, los ventanales. Los pocos que sí, como el de la escalera, dejan pasar la luz pero no ver lo que pasa afuera. Adentro, igual, hay mucho más para prestar atención.

De una de las tantas puertas que dan al hall, sale al encuentro con LA CAPITAL el director del colegio, Domingo Monsalvo. A los pocos minutos, se suma Valeria Leyros, una de las dos vicedirectoras. Ambos están por demostrar, y explicitar, el orgullo que sienten de dirigir una institución con un siglo en la educación local.

“Hay pocas escuelas como ésta en la provincia”, dice Monsalvo, mientras encabeza la recorrida por el segundo y último piso de ese edificio plagado de historia. “Y tampoco tienen bibliotecas como ésta”, afirma, y abre la puerta, prende la luz y se para a un costado, como quien sabe que está mostrando algo único e importante. Aguarda la reacción de quienes lo acompañan.

Con una capacidad para unas 40 personas aproximadamente, sólo una de las cuatro paredes no está tapada por bibliotecas. Ahí sólo hay un fresco de Juan Carlos Castagnino, que fue restaurado hace poco por el artista Daniel Santaeufemia. Junto a la imagen de hombres y mujeres a los pies de un gran árbol hay una frase de Esteban Echeverría: “Agrandar la esfera de las ideas para contribuir a la noble obra de la gran Revolución de Mayo”.

Ya reunidos con LA CAPITAL en la Dirección, Domingo Monsalvo y Valeria Leyros cuentan cómo llegaron a asumir la dirección del establecimiento, junto a Marianela Monti, también vicedirectora, y la secretaria Valeria Brassesco.

Ambos fueron nombrados en sus respectivos cargos el año pasado. También llegaron juntos a la institución a principios de 2014, luego de haber trabajado en otros colegios de la ciudad y en Miramar. Leyros también fue alumna de la institución, en sus épocas de estudiante secundaria. “Este colegio es muy importante para mí”, dice, y repite un patrón que se da en muchos exalumnos que dicen volver.

(((El director Monsalvo, en la biblioteca de la institución. De fondo un fresco de Juan Carlos Castagnino)))

(((El director Monsalvo, en la biblioteca de la institución. De fondo un fresco de Juan Carlos Castagnino)))

Según cuentan los directivos, el “sentido de pertenencia” que siempre se intentó promover desde la institución queda demostrado en las muchas familias que vuelven a elegir la escuela como responsable de la educación de los más pequeños del clan.

“Tenemos alumnos cuyos abuelos y padres son egresados del Mariano Moreno; es un placer ver cómo vuelven a elegir el colegio pese al paso del tiempo”, cuenta Valeria.

Juan H. Jara como docente, y el ex y actual intendente, Elio Aprile y Carlos Arroyo, son sólo algunos de los ejemplos de egresados reconocidos. También forman parte de esa lista el cineasta Héctor Babenco, el arquitecto Roberto Cova y el novelista y animador cultural Daniel Boggio.

De 61 alumnos a 1.000

La amplitud de los espacios del edificio de Mitre y Alberti adquiere sentido al hablar de números. Allí asisten casi diariamente un total de 1.900 estudiantes y conviven cuatro instituciones. Por la mañana, cerca de 1.000 alumnos conforman la matrícula del Mariano Moreno, mientras que por la tarde cerca de 700 hacen lo propio con el colegio Manuel Belgrano. A la noche, son 200 las personas -entre adolescentes y adultos- que asisten al instituto de formación profesional y al programa de Indicadores de Progresión de Aprendizaje (IPA).

El número es descomunal y dista de los 61 alumnos que tenía cuando, en 1919, el colegio Nacional se inauguró. En 1926 el número ya había ascendido a 180, lo que llevó a que el legislador por Mar del Plata, el doctor Fermín Errea, solicitara en la Cámara de Diputados de la Nación los fondos para la construcción del nuevo y definitivo edificio, según cuenta Eduardo Souessia en una nota publicada en este medio el 13 de junio de 2017.

El agradecimiento de los exalumnos es tal que han llegado a colaborar con el mantenimiento del establecimiento, que en ocasiones varias es olvidado por el Estado. La Cooperadora, mantenida por los propios padres de los alumnos que asisten al colegio, también es parte fundamental de la red que se activa siempre que se necesita acondicionar algún espacio. “Hay puertas que tienen 70 años, pero sólo dos manos de pintura”. Evidencia así, Domingo, la falta de presupuesto.

Es por eso que una pareja de egresados decidió, con sus propias manos, poner en valor un pequeño jardín que había quedado olvidado sobre el sector del edificio que da a la calle Gascón.

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Valeria Leyros y Domingo Monsalvo.

También la rueda colaborativa empieza a rodar cuando, como ahora, de cara al centenario, necesitaron pintarlo. El pintor es padre de tres alumnas, y pasó un presupuesto “más que accesible”. El pintor era, entonces, uno de los dos hombres que estaba afuera, pintando en un feriado, con el solo disfrute de la música que salía de un celular.

Paradigmas en cambio

Para Domingo Monsalvo, su director, “es toda una responsabilidad llevar adelante una institución como el Colegio Mariano Moreno, emblemático para Mar del Plata”. Aunque asegura que es importante que uno pueda gestionar con el apoyo de toda la comunidad, que si no lo tenés “es imposible”.

“Si no tuviéramos jefes de departamento comprometidos, docentes comprometidos, equipo administrativo comprometido, no se podría llevar adelante nada de lo que hacemos”, dice, y enumera talleres en los laboratorios, viajes educativos, experiencias académicas sin igual como el modelo de la OEA y la ONU, olimpiadas de matemática, de química.

“La gestión de la escuela es algo que construimos entre todos. Hoy me toca a mí cumplir el cargo, pero todos mis colegas saben que soy un par, y que tratamos de hacer una dirección con puertas abiertas. Cualquier inquietud de docentes, padres o alumnos es bien recibida, porque la idea es que todos podamos transitar en esta escuela de la mejor manera”, explica, en tono pausado como suelen hacer los maestros cuando están frente a la clase.

Monsalvo también carga con la responsabilidad de adecuar a los paradigmas actuales de la educación a una institución que carga con un siglo en el sistema. Es por eso que habla de la articulación con programas de la Universidad Nacional a la hora de impartir Educación Sexual Integral, y de talleres de Noviazgos sin Violencia que ofrece la Dirección de Políticas de Género de la Municipalidad.

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También reconoce que la tecnología “llegó para quedarse”, y que hay que apropiarse de ella y transformarla en una herramienta de aprendizaje.

“Antes una calificación era una valoración de lo que vos sabías, ahora una calificación tiene que ser una instancia de oportunidad para el docente y para el alumno. Ahí, el alumno tiene que ver cuánto le falta para apropiarse de ese contenido, y el docente tiene que ver qué otra estrategia tiene que implementar para poder llegar”, dijo.

Y agregó: “Estamos acostumbrados al esquema pizarrón, carpeta, evaluación. Y los chicos de ahora ya están cansados de eso, necesitan ser evaluados en otras instancias. Si tiene capacidad para trabajar en equipo, si tiene curiosidad y capacidad para hacer un trabajo de investigación, ya sea grupal o individual. Son muchas las estrategias que el docente tiene que poner en práctica, y hacia ahí vamos”.

Como todo cumpleaños, los deseos no tardan en llegar. Y si bien aún no se sabe si habrá torta o velitas, Domingo no escatima y pide, anhela, piensa. El futuro es, para él, algo presente siempre.

“Sin dudas uno de los deseos sería que podamos seguir formando jóvenes íntegros, capaces de transformar la sociedad en la que estamos, que yo la veo muy contaminada de cosas que no nos hacen bien como ciudadanos. La situación que estamos pasando los argentinos es porque todos hemos permitido estar en esta situación. Yo creo que los jóvenes hoy tienen una gran responsabilidad: que es formar esta sociedad. Con jóvenes comprometidos, como tenemos muchos acá, se puede llegar lejos”, aseguró.

. Viernes, el acto esperado

El acto protocolar por el 100° aniversario del colegio Mariano Moreno tendrá lugar el viernes a las 10 en la institución -Mitre 2579-.

En dicha jornada el establecimiento estará abierto desde las 8 hasta las 18 para ser visitado.

El sábado 27, en tanto, se realizará una cena en el Quilmes Restaurant para autoridades, docentes y exalumnos.

Las entradas, a $680, pueden ser retiradas en la Secretaría.

Historia de la institución y Cova, un alumno destacado