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Doloroso final para un calvario

Peleó hasta que le aguantó la cabeza. Pero falló defensivamente y, cuando su rival le sacó diez puntos, no pudo aguantar la presión.

Por Sebastián Arana

No hubo milagro. Quilmes aguardaba algo así para evitar el descenso. Pero no lo salvaron ni los duendes de Once Unidos. Atenas, superior, aguantó un primer tiempo complicado y después jugó con su desesperación para imponerse 105-90 y condenarlo a descender por cuarta vez en su historia. Esta vez a la Liga Argentina de básquetbol, el otrora TNA.

Con recursos económicos paupérrimos, este final podía esperarse casi desde que se armó el equipo. No había que ser muy inteligente para darse cuenta de que iba a estar en problema si no pudo retener a Flor, Sansimoni, Basualdo, Ferreyra, Basabe, Ricky Sánchez y, durante el mismo torneo, también “largó” a Cantón. ¡Y con ellos evitó el play-out en el último cuarto del último partido ante Salta Básket!

Peleó adentro y afuera de la cancha cómo pudo y hasta dónde pudo. Y así y todo le faltó poco para evitar el play-out. Ganar alguno de los finales cerrados que dejó escapar. Tal vez retener a algún jugador. O unos pesos para hacer algún cambio para sumarle al equipo algo de la jerarquía que no tuvo.

Del partido, las impresiones de varias noches de esta temporada. En el primer tiempo, durante varios pasajes, Quilmes jugó cerca del mejor nivel que puede tener. Contagiado por la efervescencia de su público, defendió razonablemente y tuvo gol desde todas las posiciones. La metió de afuera y lastimó con Jackson en el poste bajo. Logró obtener ocho de ventaja en el primer cuarto (15-7) y diez en el segundo (34-24), como consecuencia de un relumbrón de Víctor Fernández.

Sin embargo, los tiros libres (7/15 en la primera parte) le jugaron una mala pasada y comenzaron a limitar una ofensiva a esa altura menos certera desde posiciones exteriores. Y en Atenas se desató Jonathan Moore. El alero apenas había anotado un doble en el primer cuarto. Pero resucitó a su equipo con catorce puntos en el segundo (tres triples y tres tiros libres producto de una falta cuando lanzaba de tres puntos) y le agrandó los espacios a todos. Quilmes acusó el golpe y, tras recibir 31 puntos en el parcial, se fue al descanso 46-51 abajo.

Lo que siguió fue todo cuesta abajo. Porque cada fallo retorcía el alma y erosionaba la confianza. Jackson dejó de ser el mismo después de “comerse” una volcada. Moore siguió intratable. Y, cuando Arduh lo sentó tras una falta técnica, Romano tomó la posta y causó estragos con su tiro de tres puntos.

Pasó lo de Córdoba. Cuando Atenas quebró la barrera de los diez puntos de diferencia, los enemigos de Quilmes pasaron a ser tres: el rival, el reloj y sus propios fantasmas, los más crueles de todos. Y no pudo con tanto. Así se consumó un descenso que, por previsible, no es menos doloroso.

Síntesis

Quilmes (90): L. Tantos 7 (x), L. Ortiz 11, W. Frazier 13, M. Maciel 11 y R. Jackson 19 (FI); V. Fernández 9, E. Vassirani 2, M. Bolívar 9 y J. E. De la Fuente 9. DT: Javier Bianchelli.

Atenas (105): F. Baralle 15, M. Chiarini 19, J. Moore 21, N. Romano 23 y L. Williams 15 (FI): M. Stanic 2, F. Martina 1 (x), J. Fernández Chávez 0, B. Barovero 4 y L. Lema 5. DT: Osvaldo Arduh.

Estadio: Once Unidos.

Arbitros: Pablo Estevez-Diego Rougier-Leandro Lezcano.

Parciales: 24-21, 46-51 y 67-81.

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