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Efraín Alegre busca la presidencia de Paraguay al frente de una alianza heterogénea

Se especializó en Gestión Pública Local en el Centro de Estudios Municipales y en Cooperación Internacional de la ciudad de Granada y, aunque es empresario del rubro inmobiliario, sus últimas décadas estuvieron dedicadas a la actividad política.

Después de ver frustradas sus aspiraciones en 2013 y 2018, el liberal Efraín Alegre, de 60 años, tiene nuevamente posibilidades de llegar a la presidencia de Paraguay este domingo, ahora como candidato de la Concertación por un Nuevo Paraguay, una alianza heterogénea de partidos y organizaciones que busca destronar al poderoso Partido Colorado, que gobernó el país las últimas décadas con apenas una pausa de cuatro años.

Alegre, hijo de una catequista y un chofer de colectivo que tuvieron otros 11 hijos, nació en el Departamento de Misiones, pero se mudó joven a Asunción, donde estudió y se sumó al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), con el país todavía bajo la dictadura de Alfredo Stroessner.

Se recibió de abogado en la Universidad Católica de Asunción (UCA) y cursó una maestría en Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Asunción (UNA), además de estudios en Derecho Comunitario y de Formación Comunitaria de la Universidad de Salamanca de España.

Tuvo un cargo en la comuna asunceña en los 90, fue secretario de la Gobernación del (departamento) Central y después diputado por esa región, mientras ascendía en la escala partidaria.

En 2008, cuando Fernando Lugo cortó la hegemonía de los colorados en el gobierno, Alegre fue designado ministro de Obras Públicas y él mismo destaca de su gestión la ejecución de 150 obras viales, la restauración del Palacio de Gobierno y del Panteón de los Héroes y la construcción de la avenida Costanera capitalina.

Pero el acuerdo con Lugo se rompió y buena parte del PLRA terminó apoyando un año después el golpe institucional que terminó con el exobispo fuera del Gobierno y un liberal, Federico Franco, en la presidencia. Alegre, ya entonces en el Senado, votó a favor de la destitución.

De aquel paso por el ministerio le quedan denuncias en su contra por supuestos desvíos de fondos y malgastos.

Amante del asado “con un buen vino” e hincha de Olimpia -uno de los “grandes” de Paraguay-, Alegre está casado con Miriam Irún -en 2012 reafirmaron su vínculo- y tiene cuatro hijos.

Católico practicante, contrario al aborto y al matrimonio igualitario, es autor de “La tierra en Paraguay, 1947-2007: 60 años de entrega del patrimonio nacional, Stroessner y el Partido Colorado”, en coautoría con Aníbal Orué Pozzo.

El domingo irá por su tercer intento de llegar al Palacio de López. En 2013 puso su propio apellido al servicio de la campaña, cuando fue el postulante de la alianza Paraguay Alegre, pero perdió las elecciones por casi 200.000 votos ante Horacio Cartes, ahora el mentor de su principal rival del domingo, el exministro Santiago Peña.

Cinco años después, Alegre hizo una nueva prueba, esta vez con una coalición más sólida y estuvo cerca de quedarse con el triunfo: el ahora presidente Mario Abdo Benítez le ganó por apenas tres puntos porcentuales, pese a que las encuestas vaticinaban una ventaja no menor a los 15 puntos.

En 2021, cuando el ahora candidato había hecho de su discurso contra la corrupción su bandera principal, fue detenido por un caso de supuestas falsificaciones de gastos en la campaña 2018.

“Voy a la cárcel con orgullo por enfrentar a la mafia”, dijo entonces.

Cercanos y adversarios le reconocen un ritmo incansable a la hora del trabajo, cuando está en funciones, y ahora en campaña.

Suele viajar acompañado de su colección de música local y cada vez que puede cumple el rito de pasar personalmente por la misma “yuyera” que conoce de sus gustos para preparar el tereré.

Tras ganar las internas de la Concertación, en diciembre, hizo una intensa tarea de acercamiento a los derrotados y a los referentes de todas las fuerzas de la alianza, y se propuso recorrer los 17 departamentos del país. Su lema: “Un Paraguay sin mafias”.

Aunque prefiere evitar el traje, que solo usó como ministro y en pocas ocasiones como parlamentario, tal vez deba volver a él si el domingo lo acompañan los resultados.

Alegre va en la fórmula escoltado por la independiente Soledad Núñez y al frente de una compleja alianza que reúne a fuerzas tradicionales, de centroderecha y de centroizquierda y a unas 150 organizaciones, y confía en ser -como Lugo en 2008- otro de los candidatos que desafíen la maquinaria colorada y se quede con la victoria.

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