La Ciudad

“El amor es un recorrido y el deseo un relámpago”

Para Gabriel Rolón todavía hay mucho que decir sobre el amor por eso amplió su ensayo "Encuentros, el lado B del amor" que editó Planeta.

“El amor es como el arte y el enamorado un artista que vuelve sobre su obra, la corrige y se esfuerza para que sea bella”, dice en tono casi poético Gabriel Rolón. Convencido de que el tema del amor está más vigente que nunca, el psicoanalista decidió ahondar más en ese eje. Así fue como realizó una versión ampliada de “Encuentros, el lado B del amor” que presentó recientemente en Mar del Plata ante dos auditorios completos, en el marco del ciclo Verano Planeta.

“Una persona enamorada puede ser infiel igual”, advierte Rolón mientras comenta alegremente que “las mujeres se han ganado el derecho a ser infieles, al igual que los hombres”.

En diálogo con LA CAPITAL, el popular psicoanalista habló también de las diferencias entre el amor y el deseo.

-¿Qué te motivó a volver sobre el tema del amor?

– Es que el tema del amor siempre está presente. Creo que habían quedado dando vueltas algunas cosas. Encuentros fue mi primer ensayo, después de Historias de Diván y Palabras Cruzadas -dos libros de casos-, vino la novela, Los Padecientes. Así que con Encuentros decidí ir por el lado del ensayo y del amor pero del lado no idealizado, sino por el complejo. Debo reconocer que en esos momentos tenía reparos de cómo los lectores iban a recibir el libro. Tal vez prejuiciosamente suponía que el lector iba a preferir el lado A del amor, el maravilloso y lindo. Entonces traté de desarrollar el tema llegando hasta cierto punto y la verdad que cuando vi la respuesta de los lectores -con 300.000 ejemplares vendidos-, sentí que podría haberlo profundizado y desarrollado más. Así fue como pedí a Planeta la autorización para hacer una versión definitiva, darle más profundidad y agregarle más capítulos relacionados con el deseo, la palabra y el malentendido, lo complejo de hablar acerca de las emociones en tanto que son ideas sin palabras, entonces cuando tratás de encontrarle las palabras necesariamente tenés que encontrar algo diferente a lo que sentís. También agregué un caso clínico…

-Eso es lo que hace bien real tus historias…

-Sí, claro! esto no es sólo teoría sino que en ese caso clínico se habla del amor entre padres e hijos y el efecto que el prejuicio puede tener hasta hacerte perder años de tu vida sin estar cerca de lo que amas. Quería desarrollar todas esas cosas así que con el visto bueno de la Editorial, avancé.

Padres e hijos

-El amor entre padres e hijos ¿no es el mismo que se tiene a una pareja? ¿se nace con ese amor, cómo es?

– Muy interesante…porque por lo general se tiene la creencia de que como hay una relación biológica tan fuerte, el amor entre padres e hijos es algo natural. Muchas situaciones dramáticas nos demuestran que esto no es así. Escuchamos el caso de un chico abandonado y nos preguntamos ¿cómo la madre lo dejó? Como el amor de padres no es instintivo al ser humano, es de los que se construye, entonces en ese caso por ejemplo, no lo había. Creo que es importante marcar este hecho porque a veces nos descuidamos -los que somos padres lo sabemos- y nos creemos que nuestro hijo nos tiene que amar sólo porque en teoría le dimos la vida. Y si algo demuestran las relaciones, es que esto no funciona así. El amor entre padres e hijos hay que construirlo como se construye cualquier relación humana, con palabras, con gestos, con intercambio, con tiempo compartido, con maneras de tratarse, entonces me parece que es muy importante resaltar este hecho. El amor de padres e hijos es tanto o más difícil de construir que el amor de pareja.

-Porque a esa pareja vos la elegís…

-Claro, y si no funciona la dejás y listo. Por lo general el vínculo entre padres e hijos suele permanecer hasta que alguno de los dos muere. Es una relación que se va a sostener toda la vida y si se la construyó mal, va a tener una muy mala relación. Si bien hay algunos padres e hijos que eligen no verse, eso demuestra también la no naturalidad de ese afecto.

-¿Qué opinión tenés acerca de los femicidios y la justificación de “la maté por amor”?

-Cuando escuchamos eso lo primero que salta es que el amor no siempre es algo bueno. Probablemente la persona que dice la maté por amor está diciendo la verdad. Hay dos maneras de leer esto, el que idealiza el amor dice mentiras porque si la hubiese amado no la hubiese matado, pensando que el amor siempre es bueno. Pero también hay otra manera de leerlo que es: amó de un modo tan patológico, que confundió el deseo con la elección y la necesidad. Es muy poético y a todos nos gusta que nos digan “yo te necesito”, pero cuando es verdad, es extremadamente patológico porque eso implica que no puedo vivir sin vos y si no puedo eso, o te mato o me mato. Cuando uno aprendió a relacionarse desde chico con una familia violenta, incorpora eso como un rasgo del amor simplemente porque escuchó que su padre le hablaba mal a su mamá o le pegaba. Así es como se incorpora la violencia como un rasgo del amor y entonces se vive el amor desde el lado violento. El amor puede llevar al asesinato, al suicidio y a lugares muy peligrosos porque el amor es una emoción y cada ser humano la vive según quien es. Así es como una persona sana construirá algo cuando ama y una enferma, lo destruirá.

No se juntan

-El amor y deseo ¿van de la mano?

-Es uno de los temas que más perturba a los lectores. Te diría que si hay un punto de desacuerdo -sobre todo con el público femenino-, tiene que ver con esto y de que una persona enamorada puede ser infiel igual. Yo trato de desarrollar la explicación a este postulado que no es un axioma. Claramente el amor va en un andarivel que es el de la idealización, de la construcción, mientras que el deseo va por otro. De hecho uno no le dirá a su pareja en público cosas que le dice en privado cuando el deseo se está jugando. ¿Por qué? bueno, porque ahí la degrada y cuando está en público no, es parte de ese juego. Además el amor es un recorrido y el deseo es un relámpago. Un deseo puede surgir en un encontronazo al cruzarse con alguien, mientras que el amor no es así, sino que es un proceso, un camino, una construcción, hay que ceder, hablar y relacionarse con el otro. Es posible que en el mejor de los casos el amor empiece a construirse a partir del deseo. Ahora, para que el deseo se quede caminando junto al amor, es necesario un enorme trabajo porque ahí yo comparo el amor con el arte y el enamorado con un artista. Alguien que vuelve sobre su obra, la corrige, se esfuerza y hace todo lo posible para conservar lo más bello que puede de esa creación. El amor es eso, si vos cometés el error de descuidarlo, la obra te queda fea y cuando eso sucede el deseo desaparece.

-Vos hacías referencia a la reacción de las mujeres frente a este tema y pienso en la sociedad machista que juzga a la mujer pero no al hombre ante la infidelidad. ¿qué pensás de eso?

-La mujer y el hombre están atravesados por el deseo y ambos se pueden sentir atraídos por otra persona y no hay una condición moral diferente según seas hombre o mujer. La presión social es muy grande, la discriminación sobre las mujeres ha sido tremenda, y uno de los derechos que han sabido ganarse solas es el derecho a ser infieles, como pasó con los hombres. La verdad es que tenemos que aprender que esto funciona así y que entonces como la mujer no tiene como derecho natural la fidelidad adquirida, será trabajo de sus parejas construir una relación y un vínculo donde la lealtad sea tal y se elija el amor por sobre el deseo momentáneo, porque también ese amor es un deseo.

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