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La Ciudad 9 de enero de 2024

El conflicto de la pesca recién comienza, más inversiones privadas y llegan Coto y Starbucks a Mar del Plata

Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata.

El conflicto derivado por el proyecto del Gobierno nacional para reformar la Ley Nacional de Pesca y que está incluido en la denominada Ley Ómnibus elevada al Congreso lejos está de haberse apaciguado. Por el contrario, se multiplican los interrogantes entre los distintos sectores -políticos, empresariales y sindicales- sobre la suerte que puede correr esta iniciativa que, de aprobarse tal como lo presentó el Poder Ejecutivo, generaría gravísimas consecuencias en esta industria, especialmente en Mar del Plata. La reunión de la semana pasada en la Casa de Gobierno entre el ministro del Interior, Guillermo Francos, con el gobernador de Chubut Ignacio Torres y el intendente General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, pareció aquietar las aguas ante la promesa gubernamental de corregir algunas cuestiones contempladas en el proyecto. Sin embargo, las declaraciones posteriores del vocero presidencial Manuel Adorni en el sentido de que el Gobierno “no ha cambiado nada” respecto de las modificaciones a la Ley de Pesca sino que “se han aclarado algunos puntos”, encendió nuevamente las luces de alerta en el sector.


Los interrogantes se multiplican. ¿Corregirá el Gobierno los puntos más polémicos del proyecto ya elevado al Congreso? ¿Serán los legisladores quienes introducirán las modificaciones reclamadas en forma casi coincidente por toda la industria? Así como quedan preguntas flotando, también se registran algunas certezas. Por lo pronto, desde el Gobierno nacional, el presidente Javier Milei -alérgico al pescado- pretende obtener más rédito económico de esta actividad, que no quedaría cubierto con el 15% de retenciones por exportaciones de los productos pesqueros y otros gravámenes ya existentes, lo cual es rechazado de plano por los empresarios del sector. “No da para ningún impuesto más. Con el 15% y el alto valor de los combustibles ya dejamos de ser competitivos”, señalan con preocupación. “La libertad de cielos no es igual que la libertad de los mares. Este es un proyecto meramente recaudatorio que castiga a la pesca, que, sin subsidios de ninguna índole, es la octava actividad económica del país”, consideran.

Mucho se habló durante los últimos días sobre este tema, incluso en los medios nacionales, donde el intendente Guillermo Montenegro fue entrevistado en numerosas oportunidades para reiterar la necesidad de dialogar y encontrar las mejores soluciones que no afecten el trabajo de miles de marplatenses. Y paralelamente, muchos se preguntan si fue realmente Federico Sturzenegger el redactor de esta polémica iniciativa, si se trata de un “paquete” preparado por algún “lobby” pesquero del exterior -¿un grupo canadiense?- o si los lineamientos estaban basados en la administración de la pesca en Namibia, donde hubo una política de aranceles de extracción y resonantes casos de corrupción.


“Así como está redactada la ley no sale”, se asegura en el Congreso. Mientras, desde Mar del Plata, la industria pesquera y naval piden “archivar” los cambios sugeridos. Todas las críticas apuntan al capítulo III por lo que se reclama que se restituyan los textos originales de los artículos 25 (descarga en puertos argentinos), 40 (tripulación argentina) y que se cambie el concepto de “licitación internacional” por el de “licitación nacional”? Aceptará el Gobierno nacional modificar dichos puntos? “Este es un caso testigo. El primero que genera debate público, reuniones y negociaciones. Si se cede en ésta se cede en todos los rubros. Debemos mantenernos firmes”, aseguran desde el ala dura del Gobierno mientras que el sector más propenso al diálogo, encabezado por el ministro Francos, sugiere escuchar y consensuar manteniendo, claro está, el espíritu de la normativa. Sin embargo, unos y otros coinciden en algo: “lo que pagan las pesqueras es una contribución muy pequeña”, dicen, lo cual es rechazado de plano por los empresarios del sector. Por allí seguramente pasará el debate en un nuevo capítulo de esta polémica que se trasladará al Congreso de la Nación. A todo esto, se aguarda la designación del subsecretario de Pesca de la Nación -están en carrera un técnico de Mar del Plata y un representante de Tierra del Fuego-, el interlocutor que busca el sector para poder negociar con el gobierno.

 

No solo Mar del Plata dará pelea, sino que desde la Patagonia se unifican las voces en contra del proyecto, y desde allí harán valer el peso de los 18 diputados que conforman el bloque de la región. “Esto es una locura. Si sale será un desastre”, aseguró uno de ellos frente al gobernador Torres y el intendente Montenegro, en una reunión desarrollada en la Casa de la Provincia de Chubut en CABA, encuentro al que también se sumaron Miguel Angel Pichetto, Gladys González y Emilio Monzó, antes del encuentro desarrollado en Casa de Gobierno. Saben que desde el Gobierno machacan con la idea de que ya no sea más el Consejo Federal Pesquero el que defina los cupos de pesca y que se liciten. Desde Mar del Plata, en tanto, el senador nacional Maximiliano Abad también comenzó a jugar fuerte en torno a los cambios al proyecto. “La Ley Federal de Pesca -avisó- es consecuencia de la construcción colectiva entre distintos sectores empresariales, de trabajadores y de gobiernos nacionales, provinciales y locales durante muchos años”.

El caladero argentino es uno de los más ricos del mundo. La presencia de más de 600 buques extranjeros, especialmente chinos, al borde de la milla 200, grafica claramente esta situación. Muchos países, especialmente en el sudeste asiático y en Centroamérica, están produciendo grandes cantidades de pesca de acuicultura, debido a que sus caladeros son pobres o no son ya suficientes para su demanda interna. Y como se remarcaba en un documento interno del gobierno del expresidente Mauricio Macri, Argentina, teniendo uno de los caladeros más ricos del planeta, debe posicionarse como un productor y exportador de pesca natural, libre de antibióticos y modificación genética. Cada vez hay menos pescado proveniente de una pesca natural de mar abierto, lo que es una ventaja en calidad y costos para Argentina, que debe explotar y posicionarse como proveedor de pesca de mayor calidad en vez de competir con acuicultura basada en biotecnología. “No podemos regalar nuestras riquezas”, insisten desde la gobernación bonaerense.

Al mismo tiempo, en La Plata si bien admiten que hay mucho por corregir en cuanto a normativas, defienden el sistema de cuotas que existe desde 2009 para administrar la pesca en el país ya que “favorece la subsistencia de los productores más pequeños que han tenido asignación de cuotas, y a la vez desalienta la consolidación empresarial para conseguir escalas de producción que permitan una mayor eficiencia”. El sector pesquero, se señala, a diferencia de otros regímenes como el caso de Chile, ofrece una mayor participación social en la distribución de las riquezas ictícolas, pero desacelera la concentración empresarial que puede tener como ventana escalas de producción más óptimas y al mismo tiempo amplia la distribución de la renta pesquera geográfica y socialmente a un mayor número de actores.

 


El politólogo Mario Riorda, en una reflexión que bien puede aplicarse a la reacción que produjo el proyecto de reforma de la Ley de Pesca, consideró que la oposición ha empezado a articular un juego más inteligente frente al Gobierno, con un debate concentrado por temas (no el todo), y en sociedades estratégicas afectadas, es decir que habrá actores diversos para muchos temas. “La oposición -subrayó- dejó la constitucionalidad/legalidad para los ámbitos donde corresponde (justicia, Congreso, academia) ya que no es el tema principal en la opinión pública. Se centra en la pérdida, haciendo pedagogía, debate el fondo y simula escenarios tan catastróficos como los del oficialismo y deja expuesto al Gobierno y a los lobbies redactores (ghostwriters de la ley) que no pueden hablar. Y al mismo tiempo, el Gobierno no puede defender cada tema en profundidad”, concluyó.

 


Llega Coto a Mar del Plata. La cadena de supermercados e hipermercados Coto -fundada en 1987 en la ciudad de Mar de Ajó- abrirá a fin de año su primera sucursal en Mar del Plata. La misma abarcará una superficie de 30 mil metros cuadrados, y según pudo saber este medio a través de fuentes empresariales locales, se construirá en un predio que la firma adquirió frente al barrio privado Rumencó en la avenida Jorge Newbery. Coto cuenta con más de 120 sucursales, la mayoría en el Área Metropolitana de Buenos Aires, y las demás repartidas por Mar de Ajó, Mar del Tuyú, Rosario, Paraná, Santa Fe, el partido de General Madariaga, Neuquén, Mendoza y Resistencia. Además, cuenta con tres frigoríficos siendo uno de los faenadores más importantes de carnes y cueros de la Argentina exportando sus cortes a la Unión Europea, China, Chile, Rusia, Brasil, Hong Kong, Emiratos y países africanos, entre otros destinos.


“Esto va a generar nuevas fuentes de trabajo, así que no podemos menos que celebrarlo”, señalaron voceros de la CGT a propósito de la llegada de Coto. Por otra parte, se produjeron avances en la llegada también a Mar del Plata de la cadena Starbucks. El primer local en la ciudad se abriría en el amplio local de Castelli e Independencia. Starbucks cuenta con más de 130 locales en la Argentina, distribuidos en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Neuquén y Mendoza. Y en materia de inversiones, también debe consignarse que en noviembre próximo estaría funcionando a pleno la planta de Lamb Weston, uno de los principales productores de papas fritas en el mundo, en el Parque Industrial, tras una inversión de más de 250 millones de dólares. “Es la inversión industrial más grande en la historia de Mar del Plata”, refirieron oportunamente los funcionarios de la comuna. En este sentido pudo saberse que ya llegaron 50 contenedores con toda la maquinaria a montar para las líneas de producción. También en el Parque Industrial, pudo saberse, habrá una ampliación de diez mil metros cuadrados de la planta de la empresa Coppens destinada a la fabricación de calderas.

A propósito de contenedores, días atrás llegaron ocho al parque Aquopolis. “Son los primeros 8 de 25 containers con toboganes y otras atracciones de primer nivel mundial muchas de las cuales se instalarán este año y otras el próximo. Seguimos invirtiendo en Mar del Plata con las atracciones más modernas a nivel mundial”, expresaban orgullosos los responsables de ese centro recreativo. También en materia de inversionales debe destacarse lo realizado por la firma textil local Raffaelli Giardino. Acaba de adquirir máquinas de última generación, de origen alemán, con el objetivo de seguir haciendo un producto con más calidad y diseño, mejorando la productividad para crecer en nuevos mercados internacionales. “A pesar de las dificultades en un escenario con poca previsibilidad e incertidumbre el objetivo de la empresa no cambia y sigue enfocada en el desarrollo de productos de calidad mundial diseñados y fabricados desde la capital nacional del pulóver”, aseguró Juan Pablo Maisonnave.



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