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La Ciudad 18 de abril de 2016

El cordón frutihortícola padeció “una de sus peores temporadas”

Lo aseguró el presidente de la asociación que agrupa a los productores. Proyectan establecer costos reales de producción. Y buscan avanzar en una legislación laboral.

La última temporada de la producción frutihortícola del distrito es un reflejo de lo que sucedió el 21 de enero: se tiraron 100 toneladas de tomate por los bajos costos de mercado. A casi tres meses de ese momento crítico, el presidente de la Asociación Frutihortícola de Productores y Afines de General Pueyrredon, Ricardo Velimirovich, evaluó que la última fue “una de las peores temporadas del cordón frutihortícola”.
Las razones pueden rastrearse en el bajo precio de los productos y la devaluación. “Este año se tiró tomate por primera vez en la historia porque era tan bajo el costo que era imposible embalarlo. Para poder entregarlo necesitás tenerlo embalado. Pero el costo estaba entre 6 y 7 pesos embalado y no llegabas a sacar un peso por ganancia por cajón. Productores que han mandado al mercado central han perdido plata. Una carga de 1.500 cajones perdió hasta 30.000 pesos, porque a la gente que trabaja en el campo le tenés que pagar igual. Las pérdidas fueron muy graves”, explicó Velimirovich.
Hubo quienes cuestionaron esa decisión y se preguntaron por qué, en lugar de tirarlo, los productores no regalaban la mercadería. La respuesta fue que hay exigencias sanitarias y disposiciones municipales para que sea previamente embalada.
“Se compraron los insumos a 9 pesos el dólar y se pagó a fin de temporada, porque la mayoría lo saca a crédito, a 15. Con un precio del tomate que jamás en la historia estuvo tan bajo: llegó a estar abajo del costo de producción”, ejemplificó el directivo.
Ese cóctel de falta de precio más devaluación provocó un fuerte impacto en los productores. “La verdad es que fue una de las peores temporadas. Hemos recibido un golpe bastante fuerte. La gente trabaja y agacha la cabeza y sigue para adelante, pero nos va a costar esta vez levantarnos del golpe que hemos recibido”, señaló Velimirovich.
¿Alguna parte de la producción se salvó de este panorama desolador? “Ha zafado la parte de frutilla. El frutillar exporta y le convino el valor”. Pero tampoco fue una fiesta.
Uno de los grandes problemas es la falta de un costo real de producción. “El productor está ganando por el volumen de venta. Una semana que el producto sube mucho de precio es la que amortiza la diferencia para equilibrar. No podemos estar en una lotería para saber cuándo va a aumentar un lote para salvarnos”, admitió Velimirovich.
Para salir de esa “lotería”, la Asociación está trabajando con la Universidad Nacional de Mar del Plata un proyecto para estimar los costos directos de producción. “Hay que buscar un equilibrio entre el productor más chico y el más grande. Lleva tiempo armarlo. Pero creo que eso va a traer en un futuro una razón para que la gente entienda los costos reales. Tenemos intenciones de comenzar la próxima temporada sabiendo los costos”, anticipó el titular de la entidad.
El objetivo final es que la frutihorticultura se asemeje a cualquier industria. “Ganar el 30% por sobre el costo sería lo normal, es lo que todo el mundo habla. Pero no tenemos el costo”, subrayó. La buena noticia es que “ya todos saben que el productor no es el responsable de los aumentos de precios”, sino que “los pone el mercado” de acuerdo con la oferta, la demanda y la cantidad del producto.
“Además, estamos trabajando con una red de internet en la provincia de Buenos Aires para tener los precios en cada lugar, con Varela y La Plata como referentes más grandes junto con Mar del Plata poniendo los precios de campo en el momento en la página”, adelantó.
La idea es publicar los precios como si fuera el mercado, pero en este caso serán los de producción. “Así, la gente va a poder saber el precio de lo que se comercializa”, contó Velimirovich.

Buena calidad

El cinturón frutihortícola de Mar del Plata es el que más inscriptos tiene en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa). “Al estar inscripto, un número se coloca en la mercadería que identifica al productor y de esa manera se tiene la trazabilidad del producto. En caso de tener algún problema, se puede evitar que sean consumidos y multar (dado que Senasa también realiza análisis de inocuidad). Esto no ocurre en todos los cinturones productivos”, explican en la Asociación Frutihortícola.
Para formar parte del Renspa hay que estar inscripto en la AFIP, lo cual, según las autoridades de la entidad, “demuestra la voluntad del productor de día a día ordenar su producción”.
“Cabe aclarar que la calidad que se produce es de exportación, dado que gran parte de los productores cuenta con el asesoramiento de ingenieros agrónomos y capacitaciones permanentes”, mencionan.
A propósito, de acuerdo a los análisis realizados por Bromatología municipal sobre frutas y hortalizas en el marco del Programa de Muestreo y Control de Agroquímicos y Contaminantes Microbiológicos en Productos Frutihortícolas Frescos, el 91% de las 1.008 muestras efectuadas entre noviembre de 2013 y diciembre de 2015 fueron catalogadas de “aptas”. “Teniendo en cuenta que el pequeño porcentaje de ‘no aptos’ es mercadería que ingresa a la ciudad y mercadería de la zona, en cada caso detectado se realizó un seguimiento tanto por Bromatología como por Senasa y la Asociación”, comentan en la entidad. “Se detectaron los errores y se capacitó al productor que los había cometido con ingenieros agrónomos para que no les volviera a suceder”, acotan, y mencionan que el Partido de General Pueyrredon es el único en el país que realiza este tipo de control de residuos de agroquímicos.

Otras preocupaciones

Un tema que preocupa a los productores es la gran presión inmobiliaria por las tierras productivas para generar emprendimientos de recreación o barrios privados. Otro, la necesidad de que haya una legislación laboral acorde al sistema productivo.
“Se trabaja desde hace tres años en una legislación acorde al sistema de trabajo, que es el trabajador temporario a través de la corresponsabilidad gremial, como ya existe en otras provincias, pero no en Buenos Aires y no para producciones frutihortícolas”, informaron en la entidad a este diario.
También se trabaja en “un contrato asociativo para los que trabajan en sociedad”. Se trata de un sistema que se usa desde los comienzos de las producciones frutihortícolas. Según la asociación, los mismos trabajadores “prefieren” estos contratos dado que “tienen más rentabilidad que un sueldo”.
Para avanzar en estas iniciativas, en las últimas semanas las autoridades de la entidad mantuvieron reuniones con funcionarios nacionales y provinciales. En cambio, ante la falta de un secretario de Desarrollo Productivo, aún no lograron dar con un interlocutor en el gobierno municipal.