Opinión

El desafío de comunicarnos

Por Luis Albóniga

Epifanía: fiesta del Dios que se comunica.

La palabra “Epifanía” significa manifestación y es la fiesta por la que Dios se hace plenamente visible a la humanidad. Es lo que hemos celebrado en navidad y que renovamos el 6 de enero. Los pastores y los magos llegan a Belén atraídos por la presencia del Mesías. El amor es fuerza de atracción y en Jesús se manifiesta el Amor de Dios por los hombres.La manifestación de Dios es algo muy diferente a la idea de show, de farándula o de desfile… Se trata, más bien, del acercamiento humilde, respetuoso y tierno de quien quiere iniciar una comunicación.

El Dios hecho niño no es una fábula, sino una realidad histórica, es la provocación de Dios para entablar un diálogo con los seres humanos. De este modo, Dios mismo nos enseña que el camino de una adecuada relación entre las personas tiene que ver con el acercamiento y la comunicación. Ante la tentación de la exaltación de las diferencias (raciales, de género, ideológicas, políticas y de todo tipo), que llevan a la polarización, a la división, al enfrentamiento y que terminan empobreciendo toda sociedad humana; Dios introduce la fuerza del acercamiento respetuoso, de la escucha atenta, de la respuesta empática; en definitiva, el camino del diálogo como vía superadora que conduce a la comunión.

Por eso, a Belén van los Reyes y los Pastores, los ricos y los pobres, los sabios y los ignorantes, porque en la comunicación de Dios se desencadena la fuerza del encuentro y de la comunión.

¡Cuánto necesita el mundo y la Patria una renovada comunicación! ¡Cuánto lo necesitamos cada uno en nuestras familias! ¡Basta de enfrentamiento y de brecha!

La fiesta de la Epifanía es una invitación a revisar nuestras actitudes, nuestros modos de comunicarnos: ¿escuchás a los demás con atención? ¿tu modo de responder es respetuoso y empático? ¿Cómo podrías mejorar tu capacidad de diálogo en este 2020?

Epifanía: Dios se manifiesta para salvarnos y enseñarnos el camino del diálogo que hace crecer en el amor.

 

El autor es vicario general de la Diócesis de Mar del Plata.

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