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Policiales 1 de marzo de 2022

El drama de la joven atropellada frente a Rumencó que aún pelea por su vida

Malena Corvalán tiene 21 años. El 10 de noviembre fue arrollada por un auto que conducía su vecino y por las heridas perdió el bazo, la vesícula y parte del hígado. Estuvo en coma y al despertar pudo contar los detalles de lo ocurrido. Hace 6 días sufrió una recaída y volvió a quedar internada. Fuerte reclamo a la Fiscalía de Delitos Culposos.

Malena Corvalán se encuentra internada en el HIGA.

No quiero morirme acá, no quiero morirme acá“, gritaba Malena Corvalán luego de haber sido arrollada por un auto en la avenida Jorge Newbery el 10 de noviembre del año pasado. “Me voy a morir, por favor díganme si me voy a morir”, les preguntaba la joven de 21 años a los enfermeros que la llevaban directamente al quirófano, momentos antes de quedar en coma por 17 días.

Me acuerdo del accidente“, dice Malena a LA CAPITAL desde el Hospital Interzonal, donde se encuentra internada desde hace una semana por una recaída. Ese 10 de noviembre, Malena iba en su moto por la avenida Jorge Newbery y antes de llegar a la entrada de Rumencó vio que adelante de ella iba el Peugeot 504 de su vecino.

“Como esa calle es mano y contramano esperé a que pasaran los autos y pasé a mi vecino, pero en menos de media cuadra él me toca de atrás y la moto me empezó a bailar de un lado a otro. Yo sabía que si me caía él me iba a pasar por arriba porque lo acababa de pasar”, recuerda la joven guardavidas de 21 años.

Malena llevaba el casco puesto, por lo que no perdió el conocimiento y recuerda toda la situación que sucedió en pocos segundos como si fuese la escena de una película que revive en cámara lenta al cerrar los ojos. Recuerda su caída, al costado izquierdo de la avenida Jorge Newbery y luego ser impactada por paragolpes delantero del Peugeot 504. Luego el golpe contra el asfalto y su cuerpo abajo del auto, girando y siendo arrastrado a la vez por el auto que no frenaba su marcha.

Recuerdo el ruido del casco contra el asfalto mientras era arrastrada y, después de girar tres veces el momento en que la rueda trasera me pasa por el vientre”, dice la víctima.

En la desesperación Malena pudo sacar fuerzas para pararse y correrse de la avenida. Se sacó el casco, la campera y quedó tendida a la vera de la cinta asfáltica. Mucha gente se le acercó y le dio su teléfono a alguien, a cualquiera, para que llamaran a su madre y le avisaran.

“El auto no frenó. Me pasó por arriba y siguió dos cuadras. Al rato mi vecino vino caminando”, dice Malena, quien recuerda el dolor que sentía en todo el cuerpo, la presión en el pecho, la falta de aire.

“Cuando llegó mi mamá le decía que había sido el vecino y él ponía excusas, decía que yo iba muy rápido”, recuerda Malena y agrega: “Le decía a mi mamá que no me quería morir ahí. Yo sentí cómo el auto había pasado por encima mío y tenía miedo de morirme desangrada ahí”.

Por las heridas que sufrió, Malena perdió el bazo, la vesícula y parte del hígado. Estuvo en coma inducido desde ese 10 de noviembre hasta el 27 de ese mes, atravesó cuatro operaciones quirúrgicas complejas, en dos de las cuales su vida estuvo en riesgo, y recibió más de diez transfusiones de sangre. Además, bajó unos 12 kilos y le quedó una herida de más de 40 puntos en la zona del vientre y otra de 15 centímetros por donde le sacaron el hígado que ya está cicatrizada. “No lo podía creer, al despertar del coma tenía una herida completamente cerrada y otra que todavía estaba completamente abierta”, dice.

Cuando Malena Corvalán despertó se acordaba con detalles el accidente que le cambió la vida y cuando pudo declarar volvió a señalar a su vecino, único imputado en la causa, como el responsable.

Malena había festejado su cumpleaños días antes del accidente.

Malena había festejado su cumpleaños días antes del accidente.

Vivir a metros del hombre que la atropelló

El hombre que el 10 de noviembre atropelló a Malena Corvalán vive frente a su casa, lo que genera angustia en el día a día de la joven.

“Me lo crucé un día que fui a comprar algo con mi tía y me agarró un vacío en el estómago, se me aceleró el pulso. Me hizo muy mal verlo. No podía entender cómo él podía estar como si nada y yo con tanto dolor. Jamás se acercó a alcanzarme ni una gasa y él me pasó arriba con el auto”, lamenta Malena y agrega: “Si vos agarrás un pozo con el auto lo sentís, imaginate lo que es arrollar a una persona y hacerla girar. Él sintió mi cuerpo bajo el auto”.

Los familiares de Malena Corvalán aseguraron LA CAPITAL que denunciaron al hombre que arrolló a la joven para que le impongan una medida de restricción de acercamiento, ya que el día que declaró ante el fiscal Pablo Cistoldi el imputado fue hasta la casa y amenazó al padre de la víctima.

“Me pone muy mal que este cerca, que venga a amedrentar a mi familia. Me causa mucho dolor no poder continuar en paz”, concluye Malena.

Foto tomada durante su recuperación, días antes a volver a quedar internada.

Foto tomada durante su recuperación, días antes a volver a quedar internada.

Resiliencia para seguir adelante

La vida de Malena Corvalán antes del 10 de noviembre era muy diferente. La joven, guardavidas y apasionada de los deportes, entrenaba seis veces por semana, salía a correr mientras paseaba al perro, andaba en bicicleta y salía con amigas cuando tenía la oportunidad. Activa, sociable, había hecho un curso de modelaje y trabajaba por las mañanas.

“La recuperación es muy difícil, siempre entrené. Soy una chica de 21 años que me gustaba mi cuerpo, verme linda y ahora me veo una cicatriz que nunca imaginé tenerla y me deprime muchísimo. Pero nada que no se supere con el tiempo”, lamenta Malena.

Sus esfuerzos están puestos en superar este dolor, recomponerse de sus heridas y seguir adelante con su vida. En este 2022 aun le esperan dos cirugías más, una de reconstrucción de abdominales. “Ahora estoy internada por secuelas, si logro salir tengo pensado estudiar mecánica dental, que es algo que tengo que estar sentada sin hacer fuerza. Pienso viajar, seguir estudiando año a año carreras que se me presenten y me gusten”, dice.

“Todo pasa”, tiene tatuado Malena Corvalán, con la fuerza de voluntad intacta para seguir adelante. Resiliencia para superar el dolor.

Reclamo a la Justicia

La familia de Malena Corvalán se siente “decepcionada” y “abandonada” por el fiscal Pablo Cistoldi ya que nunca llamó a declarar como imputado al hombre que arrolló a la joven.

El abogado que representa a la familia Corvalán, Maximiliano Orsini, reclama al fiscal Cistoldi que “cita para tomarle declaración al hombre que fue señalado por la propia víctima”. “Se escuchó a la víctima, declaró y ahora pedimos que declare el imputado. La familia, aún, no tiene respuestas de la Justicia”, expresó.

Por otra parte, el abogado Orsini acusó al imputado de haber mentido en el inicio de la causa, ya que el hombre mencionó la participación de otra moto en el accidente que nunca existió. “Fue una burla a la familia y a todo el Poder Judicial, hubo un engaño absoluto. Esta persona mintió porque seguramente esperaba que Malena no saliera del hospital para declarar y decir la verdad”, expresó.

Por otra parte, si bien la familia de Malena le agradecen al intendente Guillermo Montenegro y a la secretaria de Salud Viviana Bernabei, reclaman que se haga una mejora en la avenida Jorge Newbery y se coloquen bicisendas para evitar futuros accidentes.

 

 

 



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