La voluntad del propietario es que la vajilla que resultó ilesa sea entregada a la comunidad, preferentemente a las familias afectadas por el siniestro. Se pretende ayudar y además evitar que los artículos sean sustraídos de entre las ruinas, como ya habría ocurrido.
Luego de recorrer las ruinas de la distribuidora Torres y Liva, el propietario de la empresa destruida por el voraz incendio expresó su voluntad de donar a la comunidad todos los productos que se salvaron del fuego.
Varias horas después del siniestro, acompañado por personal de Bomberos, Defensa Civil y del Emvial, Carlos Torres recorrió cada uno de los rincones a los que fue autorizado a acceder y allí encontró, entre los escombros, distintos artículos que estaban guardados en cajas en el depósito de la distribuidora.
Según pudo saber LA CAPITAL, el propietario expuso su voluntad de que todos los elementos que se salvaron del incendio (cajas llenas de todo tipo de vajilla) sean donados a la comunidad marplatense, preferentemente a las familias afectadas por la tragedia.
La idea le surgió durante el recorrido, cuando justo a la mitad de la manzana donde hasta el domingo había un depósito de más de 600 metros cuadrados, encontró platos, tazas, cubiertos y más elementos de cocina que no fueron alcanzados por las llamas.
Al recorrer el lugar, el dueño de la empresa debió pasar por encima de lo único que mantiene una apariencia similar a lo que alguna vez fue: la vajilla. De un calor blanco que se destaca entre los tonos oscuros que pintaron las llamas, una montaña de tazas se vislumbra todavía entre los escombros.
Por el momento, la familia empresaria mantiene firme su postura de guardar silencio en torno a lo ocurrido y se limitó a comunicar que cumplirá con el pago del aguinaldo y el sueldo de diciembre a los casi 67 trabajadores de Torres y Liva.
Torres comunicó hoy simplemente su voluntad de que todos aquellos artículos que yacen todavía en condiciones en el lugar, lleguen a manos de quienes puedan utilizarlos.
La cantidad de productos no fue especificada y ni siquiera contabilizada hasta el momento, pero para evitar que la vajilla sea sustraída -como habría ocurrido en las últimas horas- el deseo del propietario es que estos elementos sean cedidos en su totalidad, preferentemente a las familias de los edificios linderos que resultaron afectadas por el incendio.