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La Ciudad 17 de marzo de 2017

El duro mensaje de la Dirección de la Mujer por la reincorporación de Pilotti al Emvial

Personal el área municipal que se encarga de impulsar políticas públicas con perspectiva de género, entre otras actividades, cruzó al Ejecutivo por la vuelta de un condenado por hechos de violencia a su puesto en la comuna.

La Dirección de la Mujer, perteneciente a la Secretaría de Desarrollo Social, manifestó una postura firme respecto a la reincorporación de Cristian Pilotti al Ente Municipal de Vialidad, espacio donde el joven trabajaba al momento de ser condenado por la brutal golpiza que le propinó a su entonces pareja, Victoria Montenegro, la noche del 7 de enero de 2015. “El cumplimiento de parte de la condena en una unidad penitenciaria no garantiza necesariamente reeducación“, señalaron.

A más de dos de los hechos, y tras haber accedido al régimen de libertad asistida por la pena de 3 años y 9 meses, la Justicia determinó que Pilotti debía retomar su antiguo trabajo en la comuna, alegando su derecho al trabajo y la reinserción en la sociedad.

Esta situación despertó polémica, especialmente en el área responsable de, entre otras cosas, impulsar políticas públicas con perspectiva de género y contener a las mujeres y niños que sufren el flagelo de la violencia de género.

A través de un comunicado enviado a los medios, bajo el título de “Los mensajes cuentan“, el escrito interpela al Ejecutivo e insta a que se le exija al flamante empleado a cumplir con un “tratamiento psiquiátrico y psicológico”.

“Como Dirección de la Mujer nos preguntamos: ¿Puede lo legal arrasar con lo legítimo? ¿Dónde queda el compromiso ético del municipio después de sancionar por unanimidad una ordenanza tan progresista (como la la ordenanza nº 22739 declarando la emergencia en violencia por motivos de género y diversidad en el Partido de General Pueyrredon)? ¿Cuál es el límite de nuestro compromiso al reincorporar sin más trámite y sin ninguna sanción reparadora a un agente que no ha tenido obligación de asistencia a tratamiento o programa alguno?”, expresaron.

A su vez, insistieron: “¿Qué impide al municipio plantear el cumplimiento de esta exigencia que con alguna suerte de ambigüedad se presenta en el oficio? La norma laboral ¿es tan unilineal y rígida que obliga indubitablemente a la reincorporación del agente?, ¿qué impide de esa misma norma obligarlo a asistir además a alguno de los dispositivos municipales para hombres que ejercen violencia?”.

Desde el área municipal señalaron que se debe bregar por “la seguridad de quienes trabajan con él” y evitar el “a ver qué pasa”. La posición fue contundente, al igual que la frase final: “¿Por qué no sostener coherentemente el mensaje de promoción de no violencia, igualdad y justicia? Los mensajes siempre cuentan“.