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La Ciudad 19 de enero de 2017

El escorpión característico de esta zona no es peligroso para las personas

Cada año, en el Museo Scaglia reciben decenas de consultas por ejemplares de estos artrópodos arácnidos hallados en cercanías de viviendas de barrios de la ciudad. El entomólogo Juan Farina explicó como reconocerlos.

Decenas de personas se acercan cada año al área de Entomología del Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia con pequeños alacranes o escorpiones que han encontrado en cercanías de sus hogares, generalmente en barrios de la ciudad. Según explicó el especialista Juan Farina, en la gran mayoría de los casos se trata de ejemplares de Bothriurus flavidus, el escorpión característico de esta zona que, afortunadamente, no reviste peligrosidad para las personas. Se trata de animales de hábitos nocturnos, más visibles, justamente, en épocas de primavera y verano y “prácticamente no se han reportado incidentes”. Escasas veces le llevaron ejemplares peligrosos. Farina recuerda específicamente dos casos de escorpiones peligrosos en la ciudad: uno llegado de corrientes en un cajón de frutas y otro hallado en la habitación de un hotel en el que se habían quedado huéspedes provenientes de San Juan.
“El sudeste bonaerense tiene sus especies de escorpiones características pero ninguna de ellas reviste peligrosidad para los seres humanos, su veneno posee efectos leves en las personas y por ende no requiere suero específico ya que solo se procuran tratamientos locales y observación médica del paciente por si no ocurre shock anafiláctico por si se tratara de alguien alérgico” explicó, en diálogo con este medio Farina. En ese sentido apuntó que “la especie más común en la zona es Bothriurus flavidus y muy frecuente en algunos barrios marplatenses”. En ese sentido, ejemplificó que han recibido “muestras” de Alfar, Constitución, Sierra de los Padres. En tanto, en los últimos días, vecinos de Termas Huinco -una vecina picada- y de La Trinidad, reportaron presencia de escorpiones.
El tamaño de un ejemplar adulto “no supera los 35 mm de longitud, es una especie poco agresiva que durante el día, como todos los de su grupo, yacen ocultos descansando bajo objetos caídos o rincones y de noche salen a comer o a reproducirse. A veces se los encuentra circulando a pleno sol pero suele deberse a circunstancias de quedar expuestos al ser removido su lugar de refugio (troncos caídos, ladrillos, arena, etc) y transitan buscando un nuevo refugio. Durante el invierno permanecen ocultos en el subsuelo, cavidades del terreno, grietas, escombros apilados, etc. Durante la primavera avanzada salen de sus escondrijos y se hacen visibles, sobre todo durante el verano”.
En cuanto a las picaduras, explicó que “en contadas ocasiones hubo incidentes y nunca con consecuencias graves, solamente efectos leves. En caso de picadura, solo se recomienda poner en el sitio alguna compresa de frío para atenuar el dolor, colectar el ejemplar para identificar la especie e ir a un centro de salud para prevenir cualquier reacción secundaria del veneno, sobre todo en aquellas personas hipersensibles a los venenos de artrópodos y teniendo en cuenta que en niños y ancianos el efecto siempre puede ser mayor”, apuntó.
El entomólogo aclaró que “no es recomendable fumigar por prevención, ya que los escorpiones están generalmente ocultos y el efecto de los venenos no llega a esos sitios. Por otra parte, se derribarían otros invertebrados beneficiosos y tendríamos otro tipo de plagas”.
Las recomendaciones en cuanto a la prevención incluyen “en primer lugar aprender a reconocerlos correctamente para poder discernir entre los peligrosos y los que no lo son a los fines de evitar preocupaciones y malestares innecesarios cuando aparecen. También es prudente evitar la acumulación de leña, escombros u otros objetos que puedan servir de refugio cerca de las casas, sobre todo en aquellos domicilios donde la presencia de estos animales es habitual”.

Artrópodos arácnidos

Los escorpiones o también llamados alacranes, “pertenecen al grupo de los artrópodos arácnidos ya que comparten la misma jerarquía taxonómica que arañas, ácaros y otros órdenes menos conocidos como los solífugos y los seudoescorpiones, entre otros”, explicó Farina.
Agregó que, como las arañas, también tienen ocho patas, aunque su cuerpo es alargado, con un par de pinzas fuertes, y una cola también alargada en cuyo extremo se halla el aguijón, conectado a una glándula de veneno, a diferencia de las arañas, en las que el veneno está asociado a los quelíceros, que son dos afiladas estructuras que se
encuentran cerca de la boca.
“El veneno de los arácnidos está asociado no solo a la defensa del animal sino que interviene en la alimentación, ya que lo utilizan para paralizar a sus presas, las que generalmente son de mayor tamaño y también el veneno en muchos casos actúa en la predigestión de la presa” indicó.
Si bien los escorpiones son animales temidos, “solo pocas especies en el mundo, unas 30, llegan a ser mortales para el hombre. En Argentina de las aproximadamente 60 especies de escorpiones, solo tres especies del género Tytius son riesgosas para las personas habiendo provocado accidentes fatales registrados principalmente en el centro y norte del país” aclaró.
De todas ellas, la más frecuente es Tytius trivittatus cuya distribución llega hasta la provincia de Buenos Aires, donde no son propios pero se han instalado y proliferado desde hace varios años, sobre todo en los alrededores de Ciudad Autónoma de Buenos Aires y La Plata. “Según algunos autores esta es la especie de escorpión que mejor se ha adaptado a convivir con el hombre, siendo más frecuentes en el ambiente humano que el natural. Miden entre 43 y 62 mm de long y se caracterizan por ostentar tres bandas oscuras sobre su dorso, una medial y dos a sus flancos, intercaladas por áreas claras, de ahí el nombre ‘trivittatus. También, sus pinzas son estrechas y largas y en el telson, donde está el aguijón, hay otra estructura punteaguda que se denomina ‘apófisis subaculear’, característica de esta familia de escorpiones que no poseen las especies que no son peligrosas” describió el especialista.
En ese sentido aclaró que “esta especie no ha sido hallada aún en Mar del Plata y alrededores, solo se han reportado algunos individuos aislados provenientes del norte del país y accidentalmente transportados en cargamentos de frutas. Incluso hace varios años picó a un operario del mercado de abasto cuyo ejemplar fue traído al Museo, corroborando la identidad de esta especie y posteriormente se siguió el cuadro de salud de la persona afectada. Si bien no se le suministró el suero específico se recuperó sin secuelas”.



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