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Arte y Espectáculos 26 de marzo de 2016

“El espectáculo es vida que se mueve como la vida misma”

Miguel Angel Solá se despide con "El diario de Adán y Eva"

Junto a su esposa Paula Cancio, el actor Miguel Angel Solá volvió a Mar del Plata para desarrollar “El diario de Adán y Eva”, obra que había llevado a escena en el mismo Teatro Colón durante la década del `90. Entonces, era su anterior esposa, Blanca Oteiza, la coprotagonista de la pieza, que tiene autoría de Marck Twain. Ahora, junto a su nueva pareja realizará esta noche la última función de esta recordada historia, a partir de las 21.
-¿Por qué decidió reponer El diario de Adán y Eva? Volvió al teatro Colón de Mar del Plata, donde la hizo tantas veces. -Llegamos a Buenos Aires contratados por El Árbol y Telefe, para participar en La Leona -en pantalla actualmente-, que, debido a cuestiones de programación, fue postergando sus grabaciones. Paula y yo, veníamos de hacer en Madrid, con una repercusión muy fuerte, “Testosterona”. Pero “Testosterona” había sido estrenada por Veronese en Buenos Aires casi en la misma fecha que nosotros en Madrid, y, vaya a saber por qué misterio la obra, que es muy buena, aquí no funcionó. Al proponer reponer nuestra versión, para que la espera fuera productiva hasta que arrancase la serie, se nos aconsejó postergar la idea, porque no íbamos a encontrar el apoyo necesario para su lanzamiento. Entonces surgió de Jaime Nín Uría (nuestro escenógrafo, además), la idea de hacer El diario de Adán y Eva. Manuel (González Gil) aprobó y decidieron producirla entre ambos. Al principio nos desconcertó la propuesta, pero los argumentos eran excluyentes, y aceptamos.
-¿Le encuentra actualidad a esta obra?
-Más que “actualidad”, -palabra que me resuena a esos programas de televisión absolutamente prescindibles, en los que se suele bastardear la condición humana-, hablaría de valores, vigentes o no, si usted me lo permite. En ese sentido, digo que, mientras existan seres que comulguen con los valores de hoy: El Diario de Adán y Eva, de Mark Twain, la vida valdrá la pena de vivirse, aunque sea para encontrarlos. Trecientas maravillosas críticas dicen que sí, treinta y seis premios, a ambos lados del Atlántico, dicen que sí.
-¿Qué siente al volver a hacerla, recordaba el texto, tuvo que volver a aprenderlo?
-El texto fue escrito por nosotros, y reescrito y vuelto a escribir hasta hoy mismo. El espectáculo es vida que se mueve como la vida misma, siempre alrededor de un único tema: el amor al otro, el amor por el otro. Ese movimiento es el que garantiza la alegría del que lo hace y la alegría del que lo recibe, y, más tarde, transmite a otros. Así fue desde hace veinte años, en que lo hicimos por primera vez, hasta sobrepasar el millón quinientos mil espectadores y las tres mil funciones, hoy. Espectadores que fueron escribiendo la historia de esta historia desde las butacas de los cientos de teatros en los que la hemos representado. La verdad es que recordaba bastante del texto, claro, pero llevaba diez años sin hacerlo nacer de mi alma y mi boca, y fue muy placentero volver a hilar, reconstruir, y, luego, asimilar las nuevas ideas e indicaciones que Manuel propuso para hacer aún más bella la belleza de esta obra. Y más arriesgado el riesgo de atrapar al público desde la casi inacción.
-¿Cómo es actuar junto a su pareja?
-Como el agua para el que tiene verdadera sed. La veo crecer desde que subió -por primera vez en su vida- a un escenario, a pelear otro mano a mano con mis cuarenta y cinco años de experiencia teatral: Testosterona fue su bautismo de público. Es una actriz corajuda y de una enorme capacidad de transformación. Muestra con absoluto desparpajo su facilidad para generar estímulos. Prueba todo con límites precisos. Tiene una hermosa voz, y un gran oído que le permiten guiar a voluntad la excelente factura de su decir, que muta en cada personaje que aborda. Además, es tan bella que resulta magnética.
-¿Elige actuar con su pareja?
-En tanto puedo, claro que sí. Y si, le suma que es una actriz excelente, ¿cómo voy a eludir trabajar con quien amo? El placer se multiplica. Y, en teatro, que es noche a noche, no se sabe hasta cuándo, el placer es imprescindible. Es una muy buena compañera de trabajo, y la mejor actriz para la mejor obra. Por eso la elijo. Paula es una sorpresa permanente.
-Se da la coincidencia de que también en los ?90 actuó con quien era su compañera, Blanca Oteiza.
-Una muy buena compañera de trabajo, también, con características muy diferentes.
-¿Qué opinión tiene de este presente de Argentina?
-Argentina es su gente. Argentina será lo que su gente decida. Creciendo o en decadencia, siempre será obra y arte de su gente. Atreviéndose o no a convivir; tolerando o no a su clase dirigente; soportando o rebelándose ante mentiras y canalladas o creando verdades.



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