La Ciudad

“El gran desafío es transformar la recuperación en crecimiento genuino”

Diego Coatz, economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA), afirma que la actividad económica empresarial es "mejor a la esperada hace unos años", pero asegura que "reina la incertidumbre pensando en el futuro, más con los temas cambiarios y la inflación".

Por Natalia Prieto

El director ejecutivo y economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA), Diego Coatz, pasó por la ciudad, brindó un curso en la Universidad Nacional y recorrió algunas empresas del Parque Industrial, como la planta de Cabrales.

“Mar del Plata refleja un poco el potencial que tiene el país. Después de la pandemia, el turismo se vigorizó pero sabemos que viene la economía del conocimiento. Hay una base productiva interesante, lo traspasa al sistema educativo, el tema es como articular estos sectores para impulsarlo”, dijo.

Además, resaltó que el país “necesita una política de desarrollo nacional, tiene mal ocupado el territorio”. “Se necesita que las ciudades importantes tengan nivel de dinamismo para no generar más concentración en el Gran Buenos Aires, el Gran Rosario o el Gran Córdoba”, aseguró.

En ese sentido, destacó que “Mar del Plata es una ciudad de calidad que puede ganar espacio y generar más empleo formal”. “Ese es el objetivo, más hoy con las nuevas tecnologías. Esas son las oportunidades que tenemos que aprovechar”, sostuvo.

Este es un fragmento del diálogo mantenido con LA CAPITAL:

– ¿Qué análisis hacés de la situación actual económica del país?

– Te diría que primero hay que ver de dónde partimos. El 2020 fue muy duro para la economía, en particular para la producción, por la situación financiera del gobierno anterior y por la pandemia. Desde fines del 2020 y el 2021, hay una recuperación importante de la actividad, sobre todo de la industrial. El gran desafío es cómo transformás esa recuperación, que venía de niveles muy bajos de producción, en un crecimiento genuino en los próximos años. Ahí aparecen todas las incertidumbres que reinan en la actualidad. Parte tiene que ver con los problemas macro que tiene Argentina de arrastre y a eso le sumás las tensiones internacionales, que hasta el año pasado era la pandemia y ahora la invasión de Rusia a Ucrania. Si le preguntás al empresario hoy, la actividad se recuperó, la situación es mejor a la esperada hace unos años. Ahora reina la incertidumbre pensando en el futuro, más con los temas cambiarios y la inflación.

– Hablaste mucho de incertidumbre, ¿los ruidos políticos que hay entre el Presidente y la vicepresidente acentúan esa incertidumbre?

– Claramente todas las tensiones e incertidumbre y las discusiones políticas no colaboran, pero lo que manda es la macroeconomía. Si me decís que la situación macro, la inflación está controlada y el Banco Central tiene más reservas, las brechas se reducen, hay sensación que la actividad se mantiene. Por ahí las tensiones políticas no tienden a afectar tanto. Pero en un escenario donde todavía hay temas cambiarios, la inflación se está acelerando y cuesta construir previsibilidad, estas tensiones políticas agudizan un poco las cuestiones económicas.

– En el contexto actual, ¿cómo se genera empleo registrado?

– La condición para generar empleo es el crecimiento formal, vigoroso y sostenible. En los últimos años vimos que la informalidad y el cuentapropismo le fueron ganando espacio al empleo formal. Ahí ya entran temas vinculados a ayudar al sector desde el sistema tributario, porque la presión tributaria es muy alta, entonces hay que mejorar el sistema tributario y crear incentivos a la generación de empleo formal. Los costos no salariales son altos si querés formalizar, por eso hay que tener una combinación entre incentivos tributarios y laborales para la generación de empleo formal. Pero de nada sirve esto si no hay una macroeconomía previsible y un crecimiento vigoroso.

– ¿Por qué con los índices altos de desocupación existente es tan difícil encontrar mano de obra calificada en diversos rubros?

– Un gran desafío que tenemos es dejar de monologar con la coyuntura y los temas recurrentes y pensar en temas estratégicos. Ocurre mucho en una economía tan diversificada como la de Mar del Plata, con la digitalización, la industria 4.0, las nuevas tecnologías y la formación profesional a tal efecto. Ahí está el desafío. Esta informalidad fragmentó el mercado del trabajo, entonces tenés un sector universitario, con procesos de formación, y otro que trabaja en la informalidad, que le cuesta muchísimo formarse. Tenés como quebrado el mercado de trabajo, sobre todo para aquellos que no pudieron acceder a una buena educación primara y secundaria. Ahí el gran desafío es conectar empresa y mundo educativo y también todo lo que tiene que ver con la educación técnica profesional, los centros de formación profesional y los oficios. Hay una brecha entre el mundo de la educación y formación y la necesidad de la empresa. Pasa también en ciencia y tecnología. Es difícil porque la educación depende de cada provincia y la Nación es indicativa y en materia pedagógica queda relegada la discusión. Hay avances sobre todo porque hay una demanda pujante. Acá tienen la radicación de empresas como Globant, Accenture, los astilleros, Cabrales, Pepsico, la metalmecánica que hacen que demanden a la provincia y a la Municipalidad que genere carreras acordes. Eso es positivo, porque empuja a generar políticas públicas, lo negativo es la velocidad con que se forma a esa gente.

– Con el 50 por ciento de los menores bajo la línea de pobreza, ¿es viable el país?

– Hay que intentar salir de la coyuntura y mirar la estrategia. Argentina tiene muchas oportunidades. Incluso la invasión de Rusia y Ucrania, que genera dolor a corto plazo pero por los precios genera oportunidades. Hay una agenda de sustentabilidad y los principales países del mundo (Estados Unidos, Rusia, China e India) generan gran parte de la energía sobre el carbón, que es lo que más emisiones genera. La transición energética es vía gas natural y Argentina tiene la reserva natural no convencional más grande del mundo. Rusia es un gran productor de gas natural, en el corto plazo habrá problemas de gas, porque falta el gasoducto, pero en el mediano plazo la seguridad energética y alimenticia nos pone en lugar para abastecer al mundo si explotamos los recursos. Ahí aparecen oportunidades. El desafío, lo que trabajamos en la UIA, es que no alcanza con el recurso natural, lo tenés que vestir y darle valor agregado.

– O sea que falta un plan.

– Y la verdad es que no son magias. Por un lado tiene que haber previsibilidad macro que genere crecimiento y después incentivos concretos.

– ¿Cree que en el corto plazo se puede desacelerar la inflación?

– El objetivo que tenemos que tener es que esta inflación, que se aceleró fuerte en marzo y abril, no se proyecte para lo que queda del año. Argentina viene de una inflación alta, y si a eso le sumás el impacto de la inflación internacional, para este año hay que intentar rápidamente volver a los niveles anteriores al impacto internacional. Es un objetivo difícil, la clave es que las expectativas apunten a eso.

– ¿Hay riesgo de hiperinflación?

– No, es muy bajo porque el privado no está endeudado en moneda extranjera y el sistema financiero es muy chiquito pero está muy robusto. El Banco Central tiene pocas reservas pero todavía hay cierto margen para tratar de administrar las cuestiones cambiarias que son muy complicadas. El desafío es que no se acelere, con los precios de costos y la proyección internacional.

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