El 10 de diciembre asumirá como intendente de General Pueyrredon.
Detrás del próximo intendente de General Pueyrredon hay un hombre de 40 años que nació y creció en Mar del Plata, que lleva el apellido con orgullo, que habla con emoción de su abuelo y que todavía lleva a sus hijas al colegio todas las mañanas.
“Soy marplatense de cuarta generación —dice Agustín Neme—. Mis hijas también nacieron acá. Tengo toda mi vida en esta ciudad. Por eso, para mí ser intendente no es un salto político, es un compromiso personal”.
En la entrevista con Mesa Chica, el programa de streaming de LA CAPITAL y Canal 8, Neme recuerda entre risas una anécdota familiar: “Mi familia –evoca– siempre se ríe porque de chico decía que quería ser intendente de mi ciudad. Era algo que repetía, sin saber muy bien lo que significaba. Hoy mis viejos y mi abuela todavía me lo recuerdan”.
Cuenta que la política le interesó desde temprano, aunque primero lo llevó por el lado académico. “Estudié Ciencia Política, pero orientado al ámbito privado, en consultoría. Después la vida me fue llevando hacia la gestión pública. No fue algo que busqué, se fue dando”, relata.
Su admiración por Mauricio Macri fue, según dice, el motor que lo llevó a involucrarse directamente. “Cuando apareció la figura de Macri me sentí identificado. Me motivó a participar, a involucrarme. Después vino la oportunidad de trabajar con Guillermo Montenegro, que me convocó a su equipo y me enseñó muchísimo”, completa.
A lo largo de la charla, el recuerdo del abuelo aparece varias veces y se le quiebra la voz al mencionarlo. “Me encantaría que mi abuelo estuviera acá. Estaría orgulloso. Siempre me decía que había que cuidar el apellido, cuidar a la familia. Esos son los valores que me marcó y que trato de transmitir a mis hijas”, señala y cuenta que cuando era chico lo esperaba los domingos con los diarios bajo el brazo. “Era mi ejemplo. Me enseñó el amor por la ciudad, el respeto por el trabajo y por la palabra. Vengo de una familia de laburantes, y eso no se pierde”, dice.
La vida en España y el regreso
En el año 2000, cuando tenía 16 años, su familia decidió emigrar a España. “Nos fuimos por la crisis, como tantos. Mis viejos, mis hermanos y yo. Vivimos en Madrid. Me faltaba el último año del secundario y lo terminé allá”, recuerda. Y añade: “El desarraigo fue durísimo. Dejamos todo, amigos, abuelos. Pero también aprendí mucho. Hice un curso de guardavidas y trabajé con eso. Con una ayuda de mi viejo pude venir al viaje de egresados, y fue la última vez que vi a mi abuelo”.
Al poco tiempo volvió definitivamente a Mar del Plata. “Una noche, mi papá me dio un papel: era el pasaje de vuelta. Me dijo ‘volvé’. Y volví. Me puse a trabajar en la mueblería familiar y empecé la facultad. Volvimos con menos de lo que nos habíamos ido, pero con más fuerza. Esa decisión nos marcó”.
Cuando se le pregunta cómo imagina su nueva vida como intendente, responde sin dudar: “Quiero seguir siendo el Agustín de siempre. El que lleva a las chicas al colegio, el que hace las compras, el que se cruza con los vecinos. Quiero seguir caminando la ciudad como siempre”.
Dice que la familia es su refugio y su motor. “Mis hijas, mis viejos, mis hermanos… son mi sostén. Cuando tengo un día difícil, son ellos los que me bajan a tierra”, admite. “Todos tenemos días buenos y malos. Pero en mi casa siempre hay una palabra de aliento. Eso me mantiene en equilibrio”.
Neme junto a sus dos hijas.
Entre el deporte y la política
Antes de la política, hubo deporte. Neme jugó al básquet en Quilmes desde los cuatro años hasta que se fue a España. “Siempre fui del básquet. En el fútbol, me ponía al arco”, bromea. “Sigo jugando cada tanto con mis hermanos. Me encanta el arco, me gusta atajar. Pero ahora tengo que cuidarme un poco más”, dice, entre risas.
Esa mezcla de vida cotidiana y compromiso es la que quiere mantener durante su gestión. En tal sentido, reflexiona que “no quiero cambiar por el cargo. Soy el mismo tipo que va al súper, que charla con los amigos o que lleva a las chicas a los cumpleaños. Me gusta la cercanía. No quiero perder eso nunca”.
Durante la charla habla con orgullo de su historia familiar: una mueblería con más de 50 años, fundada por su abuelo. “Ahí crecí. Entre el trabajo, el esfuerzo y la responsabilidad. Esos son los valores que me acompañan. Hacer las cosas bien, con humildad, es un montón”, reflexiona. “Mi objetivo es simple: hacer las cosas bien por mi ciudad. Porque voy a seguir caminando por acá, voy a seguir viviendo acá. No quiero que me cambie el cargo, quiero que me defina la coherencia”.
Al final de la entrevista, Neme resume su manera de ver las cosas con la misma sencillez con la que empezó: “Amo Mar del Plata. Es la ciudad más linda del mundo. No siempre la valoramos como deberíamos, pero tenemos que cuidarla entre todos. Ponernos la camiseta de Mar del Plata y tirar para el mismo lado”.