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Interés general 30 de mayo de 2021

El Hospital Privado de Comunidad cumple 50 años

El Diario LA CAPITAL publicó este domingo un suplemento especial junto a su edición impresa, con entrevistas y testimonios de profesionales de la institución que celebra medio siglo de vida y trabajo junto a la salud de los marplatenses.

En el marco del 50° aniversario del Hospital Privado de Comunidad (HPC), LA CAPITAL publicó este domingo un suplemento especial junto a su edición impresa, con una serie de testimonios y valoraciones de los profesionales de la institución que está cumpliendo y celebrando medio siglo de vida y trabajo.

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El presidente de Fundación Médica de Mar del Plata, Dr. Miguel Ángel Statti, el vicepresidente, Dr. Fernando Santomil y el director del Hospital Privado de Comunidad, Dr. Pablo Malfante, analizaron juntos los 50 años del HPC, su historia, sus valores, la experiencia de la pandemia y los desafíos del futuro para una de las instituciones más prestigiosas y reconocidas de la ciudad.

– Un hospital pensado para cuidar implica la búsqueda de la calidad médica, pero sin dudas también tiene que ver con la calidad humana ¿Cómo es el vínculo entre ambas?

– Dr. Miguel Ángel Statti: Creemos en los dos valores. La calidad médica apunta a la solución del problema que nos trae el paciente y la calidad humana a poder contener a él y a su familia en un contexto adverso. No es fácil lograr esta conjunción, es una línea de trabajo permanente. Si bien una puede darse sin la otra, lograr compatibilizar ambas es la tarea que nos compete como cuidadores de la persona, a fin de lograr el compromiso necesario de parte del paciente para que la tarea específicamente médica pueda llevarse a cabo con las mayores posibilidades de éxito.

– Dr. Fernando Santomil: La sensación que uno tiene es que el paciente nos interpela y nos lleva a reflexionar permanentemente desde dónde se posiciona el médico. Si la definición de Salud sólo fuese la recuperación de un proceso biológico, que claramente no lo es, el médico podría llegar hasta ahí nomás. Pero la Salud implica también el bienestar psíquico y social, la reinserción a actividades culturales, a la profesión del credo, entre muchas otras cuestiones. Hay gente que elige que el médico resuelva su tema biológico, pero hay quienes necesitan que también le dé su aliento, comparta su problemática. De lo que sí estoy seguro es de que el modelo hegemónico de “usted haga lo que yo digo” no existe más.

– Dr. Pablo Malfante: El cuidado no se puede lograr sin humanidad. Hoy hablar de la humanización de la medicina es casi una verdad de Perogrullo. Estoy seguro de que la medicina tiene que ser humanizada, porque no se puede concebir de otra forma.

– ¿Qué creen que el Hospital representa para la ciudad de Mar del Plata y la zona?

– MAS: La intención de los Fundadores fue lograr un centro con la mayor calidad médica y técnica posible para ofrecer al mayor número de pacientes. Corresponde a nuestra comunidad juzgar si ese objetivo se cumple. Desde nuestra óptica, la institución realizó y continúa realizando todos los esfuerzos posibles a fin de lograrlo.

– PM: A lo largo de estos 50 años, una de las cosas que se mantuvo siempre en el Hospital es poder ejercer la medicina con total libertad y eso obviamente impacta muchísimo en la comunidad y en la atención de los pacientes.

– FS: Hay mucha heterogeneidad en los sistemas, pero creo que el HPC representa, aún en esa heterogeneidad, un lugar en el cual el paciente está en el centro. Los pacientes hoy tienen la posibilidad de chequear cómo es la realidad de las instituciones, y creo que el Hospital es elegido porque la gente se siente representada con este modelo.

– ¿Cuánto impacto tiene en la historia institucional haber apostado a la formación continua?

– PM: La formación te da una gran posibilidad, que es seguir aprendiendo. La persona que ejerce la docencia lo va a entender: ser docente tiene que ver con seguir aprendiendo para poder seguir transmitiendo conocimiento. Es una cuestión de mejora continua en la formación profesional que se traduce también en la mejor atención. Por eso el hecho de tener no solamente residentes sino también rotantes de universidades obliga a que uno esté en permanente actualización.

– FS: Hay dos maneras de hacer medicina: no involucrarse en la educación o estar todo el tiempo educando. Todo el tiempo se educa, porque hay nuevos alumnos y maestros y analizando los procesos, tenemos que aprender a enseñar. El futuro no va a definirse por resonadores infinitamente superiores, en el futuro está el paciente con los mismos interrogantes, y está el médico, interpretando cada respuesta, cada acto, cada gesto, en un consultorio, en los pasillos.

Dr. Fernando Santomil, vicepresidente de Fundación Médica de Mar del Plata; Dr. Miguel Ángel Statti, presidente de Fundación Médica de Mar del Plata; Dr. Pablo Malfante, director del Hospital Privado de Comunidad.

Dr. Fernando Santomil, vicepresidente de Fundación Médica de Mar del Plata; Dr. Miguel Ángel Statti, presidente de Fundación Médica de Mar del Plata; Dr. Pablo Malfante, director del Hospital Privado de Comunidad.

– ¿Puede una institución transitar 50 años sin reinventarse?

– PM: La innovación es algo que tiene que ser un objetivo constante en cualquier institución de Salud, y tiene que ver no solamente con la tecnología sino también con la renovación de procesos, con la formación de personas. Todo esto ha sido constante y continuo en el tiempo. Pero también es cierto que hay cuestiones de invariancia, que hacen a la identidad de la organización y esas obviamente no se cambian. Por ejemplo: el hecho de tener una dedicación exclusiva como profesionales a este hospital. Eso es algo que se ha sostenido en el tiempo, que caracteriza a la institución y genera una cantidad de ventajas. Y como ese ejemplo hay muchos otros, que creo, así como se mantuvieron 50 años, también se mantendrán los próximos 50.

– MAS: 50 años representa dos generaciones. Es muy difícil mantenerse vigente sin adaptarse a los cambios técnicos y sociales que se sucedieron. Necesariamente se debe desaprender y reaprender permanentemente. Sin embargo, nuestro objetivo primordial, la mejor atención del paciente, es la meta que no cambia y mantiene nuestra identidad.

– ¿Cuál es la importancia de la innovación tecnológica en una institución médica?

– MAS: La innovación no solo es maravillosa por lo sorprendente, también lo es por la ayuda que representa a la hora de salvar vidas. Ya en el estatuto fundacional se planteaba mantenerse al día con las innovaciones tecnológicas. En tantos años de historia hemos pasado de un laboratorio artesanal a máquinas que realizan mediciones biológicas antes impensadas. Pasamos de una radiología convencional elemental a equipos que pueden mostrar al organismo en todos sus detalles. De una cirugía convencional con unos pocos instrumentos, a la cirugía laparoscópica, endovascular, percutánea y de trasplantes. Entonces, podemos decir que todo esto fue posible por el desarrollo tecnológico. Tiene mucho, mucho que ver con salvar vidas.

– FS: La innovación echa luz, quita sombras. La medicina venía de las sombras, pero tampoco es que la innovación mejora todas las incertidumbres. Mi mirada sobre la innovación es que permite que los médicos hayamos podido dejar de ver sombras y podamos tener certezas. También genera un muy interesante debate para discutir bioética y hasta adónde se va a llegar.

– ¿Se pueden elegir los hitos médicos y tecnológicos más importantes de estos 50 años?

– PM: Son muchísimos. Creo que el primero es cómo se constituyó la organización. Ya eso es un hito. Después, a lo largo de los años, uno de los hechos fundamentales y que la institución fue pionera fue el trasplante, fundamentalmente el trasplante renal. Antes del trasplante renal, la creación de la residencia médica. Esto también fue otro de los grandes avances y fue casi cercano al nacimiento del hospital.

– MAS: Es cierto, son realmente muchos. Yo podría destacar el Centro de Diálisis para los pacientes con falla renal. Y el primer trasplante renal en la ciudad en 1985. El primer donante renal vivo relacionado, cuyo riñón fue extraído por laparoscopia en 2001. El trasplante hepático y hepatorrenal. La cirugía laparoscópica de avanzada en tumores renales, suprarrenales, hepáticos, pancreáticos y de colon. La cirugía mini invasiva en el manejo de colecciones abdominales y de obstrucciones de vía biliar. Cirugía toracoscópica monotrocar, criobiopsias pulmonares, ecobroncoscopias. Litotricia extracorpórea en litiasis renal, así como litotricia por láser endoureteral. Cirugía pediátrica laparoscópica de avanzada. Cirugía endovascular en patología cardíaca y aórtica. Cirugía endovascular de patología vascular cerebral y ACV. Pusimos uno de los primeros tomógrafos en el país: no estaba descripto para qué se podía utilizar. Había indicación para cerebro, pero para el resto del cuerpo no se había llegado a manejar el conocimiento. Nosotros encontramos nuevas alternativas de uso y se fue haciendo historia. Eso pasa mucho en el Hospital, la historia se incorpora, empezamos a ser parte, porque no está todo escrito. Lo mismo puede pasar ahora con el Covid, no hay reglas, porque no había conocimiento, la realidad no había pasado todavía.

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– Es inevitable hablar de la experiencia del Covid, aunque sea apenas poco más de un año en la historia del Hospital. ¿Cómo puede describir lo que sucedió a nivel institucional con la llegada de la pandemia?

– PM: Fue y es algo totalmente inédito. A los que nos tocó llevar adelante la institución, nos encontró también al inicio de la gestión. Fueron las dos cosas a la vez: empezar con una gestión en el contexto de una pandemia. Y lo que nos planteamos fue fundamentalmente que teníamos que transformar la organización. El hospital lógicamente que estaba preparado para brindar todos los cuidados necesarios frente a cualquier situación de salud, pero una pandemia es algo excepcional, en donde cualquier organización necesita un proceso de transformación para llevar adelante esto sin perjudicar a nadie. Sin perjudicar a los pacientes que tienen Covid, ni tampoco a los pacientes que no lo tienen porque también tienen que seguir recibiendo nuestra atención.

– FS: Mi duda personal era si estábamos a la altura de las circunstancias ante un panorama que se presentaba tan catastrófico. Pero hubo una visión de conjunto, más global, como la del Dr. Statti, que nos permitió mantener la calma. Hubo mucho compromiso, se fueron sumando terapistas y también sectores que no estaban preparados para terapia, pero terminaron acondicionados y equipados como tales. Psicólogos y psiquiatras entraron a sectores Covid con el equipo de protección personal para aliviar, asistir y acompañar a los familiares. Se estuvo a la altura y se crearon permanentemente recursos para resolver el tema.

– MAS: Coincido. Fue un golpe multidimensional. Entramos al río de la historia igual que todos, con la diferencia que los organismos internacionales plantearon pautas, algunas fueron felices, y otras no tanto. Decidimos desde el inicio darle la pelea que merecía, entendimos que era un desafío muy importante y que necesitaba de todos nuestros esfuerzos.

– PM: Nos llevó a una transformación organizacional a todo nivel. Desde el sector de higiene hospitalaria pasando por enfermería, y cuestiones estructurales: teníamos que armar una estructura donde atender los pacientes con Covid, teníamos que disponer de un quirófano y también de una sala de partos separadas para poder atender tanto los pacientes que necesitaban cirugía, como a las pacientes que iban a necesitar dar a luz.  Realmente fue una transformación enorme que se hizo en toda la organización. Como siempre digo, aprendiendo de todas las cosas que tuvimos que modificar. La pandemia siempre y por definición es dinámica y todo lo que tuvimos que ir modificando tenía que ver con eso, con adaptarse al ritmo que la pandemia impone. Eso nos sirvió muchísimo también para seguir adelante.

– MAS: Por eso desarrollamos una estrategia desde antes del combate. Preparamos la recepción aparte, caminos diferenciados. Una zona de internación solamente para Covid, una nueva área de terapia con ocho nuevos respiradores. Derivamos la atención de los llamados telefónicos al área de telemedicina para el mejor asesoramiento en los pasos a seguir de los potenciales enfermos. Activamos la atención virtual de las consultas médicas, a fin de evitar la congestión hospitalaria, sin dejar de dar respuesta a las diferentes problemáticas de los pacientes. Dictamos clases de formación del recurso sanitario incorporando las medidas de seguridad ajustadas a cada situación. Incorporamos los diferentes componentes de protección personal. Se definió un área especial de la guardia para atención de los pacientes febriles a fin de separarlos de los demás pacientes. Remodelamos primero una sala para la atención de los cuadros menos graves, que fue progresivamente acompañada por la adecuación de otras dos salas para esta patología. Se incorporaron ocho nuevos monitores multiparamétricos para el mejor control de los pacientes. Direccionamos en forma protegida la cirugía ambulatoria a fin de no mezclar los pacientes programados con los posibles enfermos. Participamos de un ensayo clínico multicéntrico sobre el plasma de convalecientes en el tratamiento de los casos graves, que fue publicado en una revista de primer nivel internacional. Esto nos permitió armarnos. Gestionar, y enfrentar lo que se vino después.

– ¿Algo de lo que trajo el COVID llegó para quedarse?

– FS: Cuando uno lee las historias de las epidemias, en general, luego de una o dos generaciones siempre ocurre el olvido. Nos olvidamos de las epidemias del siglo pasado. Hay que preguntarse ¿Qué nos pasa en las catástrofes? Sin duda, habrá cosas que perduren una generación, quizá dos, pero en las siguientes quizá se pierda. Una de las grandes virtudes y también defectos del ser humano es el olvido. Pero, a pesar de eso y en la heterogeneidad de los sistemas que hablábamos recién, hay instituciones que capitalizan lo aprendido. Y esta es una de esas instituciones. Un médico, dentro de 25 años, se va a dar cuenta de lo que hay que hacer, todos nosotros sabremos qué hay que hacer en el futuro.

– PM: Hay cosas que llegaron para quedarse y muchas otras que se aceleraron. Creo que todas las organizaciones en todo nivel, no solamente en el sector salud, están teniendo lo que se llama una transformación digital. Y esto nos ocurrió a una velocidad muchísimo mayor de la que veníamos. Un ejemplo que hace a esto que estamos hablando, es la receta electrónica: poder realizar todo un proceso de confección de la receta de manera tal que la persona directamente concurra a la farmacia sin necesidad de traer el papelito donde dice el nombre del remedio, volver a buscarlo, ir y venir. Esto seguramente no va a volver para atrás.

– MAS: También es importante resaltar que gracias al espíritu emprendedor de muchas personas de la institución ya contábamos con el suficiente desarrollo informático, por ejemplo, la historia clínica digital contaba con 12 años de desarrollo, la telemedicina estaba ya implementada un par de años atrás al igual que las recetas electrónicas. Debemos reconocer que la urgencia de utilización de estas herramientas se multiplicó de una manera imprevista y empujó a múltiples trámites a desenvolverse en forma digital, cosa que habitualmente hubiera tomado años. No quiero dejar pasar este momento sin agradecer al Sr. Alfredo Campos, quien, con su visión adelantada a la época, ya había logrado que muchos de estos procesos se encontraran operativos cuando la pandemia llegó.

– ¿Se podría pensar en un cambio radical del sistema, con menos presencialidad, más virtualidad y medicina a distancia?

– MAS: No creo que migremos y que todo el mundo pase a hacer telemedicina. Puede ser importante, es una posibilidad, pero las interrelaciones humanas siguen siendo fundamentales. Todo lo que sea simplificación de trámites, recetas, autorizaciones, todo eso se va a haber beneficiado, una disminución del trámite presencial personal, pero la cuestión humana de lo médico no va a ser suplantado salvo en casos estrictamente inevitables.

– PM: Hay que hacer foco en las ventajas, y en que la misma persona pueda elegir. En ese sentido hay muchas situaciones que el Covid ha acelerado y creo que ha dejado instaladas. El teletrabajo por ejemplo es otra de las cuestiones que se va a sostener, pero coincido en que el aspecto humano de la medicina no podrá ser reemplazado.

– ¿Cómo enfrentó el personal del Hospital la extrema exigencia del Covid?

– FS: En marzo de 2020 el hospital se subió a un portaaviones y estamos en el mar, todavía no pisamos tierra firme. La gente está cada una en su rol, se despierta y se acuesta haciendo la actividad que le corresponde para poder seguir navegando. Lo que sí nos pasa es que hemos perdido la capacidad de celebrar, porque al lado nuestro hay alguien que sufre. El personal está 24 horas en ese portaaviones que hoy se llama Covid y está esperando que termine la guerra y volvamos a tierra. Incluso los que tuvieron temor, que es razonable y esperable, nunca generaron clima de queja, nunca un “hasta cuándo”. El personal también vio que todos estamos juntos, haciendo lo mejor posible. Dios quiera vuelvan las épocas de festejar.

– PM: Claramente que todo lo que venimos diciendo no hubiera sido posible sin el gran capital humano que tiene la institución. Y que ha demostrado, en un momento tan difícil como una pandemia, una fortaleza increíble. Siempre digo, y no me cansa repetirlo, un lema: “Ninguno de nosotros es tan importante como todos nosotros”. Y así fue como el gran equipo del HPC se ha comportado en esta pandemia. Y por eso siempre, y cada vez que puedo hacerlo, mi agradecimiento es pleno a cada una de las personas que forma parte de este gran equipo.

– MAS: Hay una realidad, que es que el mensaje social de temor y el peligro ante la enfermedad también impacta en el personal de Salud. Es lógico, pero se trabajó en conjunto en un esquema de protección de todos, y el personal aceptó el desafío de la atención de los pacientes, los más y los menos expuestos, todos aceptaron el reto. No hubo deserciones por temor. Fue muy gratificante ver que cada uno se mantuvo en su puesto. Por eso, nuestro enorme agradecimiento a todo el personal que todos los días se presentó a trabajar, para ayudar a los pacientes a enfrentar, sobrellevar y muchas veces curar esta enfermedad. A una institución la hace su gente, y todos estamos orgullosos de pertenecer.

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– Hay valores, prácticas, vida institucional ya consolidada. ¿Qué queda por consolidar, profundizar, seguir insistiendo?

– MAS: Es mucho lo que se ha logrado en 50 años en términos de cultura institucional. Sin embargo, el secreto está en el ejemplo del día a día. No hay mayor prueba para todo el personal que la de lograr mantener todos los días el fuego sagrado del espíritu de cuidar de los demás.

– FS: Siempre hay que estar parados en esa piedra fundacional, aunque la veamos en sepia. Tenemos que hacer lo que ellos, los fundadores, pensaron y revisar siempre los principios fundacionales. Cuando uno se pierde o se confunde, hay que volver a eso. ¿Queda por hacer? Todo lo que esté relacionado con reinsertar al paciente que necesita de nosotros a su vida social, laboral, cultural, religiosa y familiar. Lograr más y mejores cosas para acompañar al paciente en ese rol, con innovación, con tecnología, con todo, pero el futuro es mirar la piedra fundacional todo el tiempo, con el paciente en el centro.

– PM: Seguir apostando a que el centro de todo esto es el paciente. Y seguir creyendo que el cuidar de la persona tiene una potencialidad muchísimo más grande que el solo curar. Creo que esas serían las dos premisas que uno debería sostener en el futuro independientemente de la tecnología, de los avances informáticos.

– ¿Qué futuro imaginan para el Hospital?

– PM: Continuar creciendo como ha crecido hasta el momento. Creo que hay dos cuestiones que están bastante relacionadas. Por un lado, seguir apostando a la mejora continua y a la formación del recurso humano. Las organizaciones de salud son organizaciones de personas: esa es una de las grandes fortalezas. Y, por otro lado, la transformación digital. Es fundamental seguir apostando a procesos digitales, que nos faciliten y que les den velocidad a muchos procesos que, de otra manera, a través del papel se enlentecen o se hacen mucho más burocráticos. Yo creo que hacia esos dos lugares vamos y que están muy relacionados uno con otro.

– FS: El futuro no sé cómo es, pero hay que estar anticipado y preparado hoy para la semana que viene. Veo antropológicamente a un hombre, que tendrá sus problemas, y lo que sé es que tenemos que estar preparados para él. El pasado, el presente y el futuro son el paciente. Con las problemáticas de ese futuro. Las de ahora son las que conocemos y en 50 años serán otras, pero siempre estará el médico ante el paciente.
MAS: El siglo XXI es el siglo del saber. El saber cambia el mundo, y nuestro mundo está cambiando a la velocidad de los nuevos conocimientos y de las nuevas técnicas. Imaginamos alcanzar todo lo nuevo que hay por aprender, sin olvidar que es nuestro paciente de cada día el que da todo el sentido a nuestra tarea. Sabemos que podemos enfrentar los nuevos desafíos y tendencias, conscientes de que contamos con recursos insustituibles: un capital intelectual valioso, una sólida administración y gestión que busca la excelencia. Hoy si algo sabemos, es que la centralidad es del paciente, no está en el hospital. El paciente va a ser siempre el eje, no el hospital. En el fondo siempre va a estar el paciente: su necesidad, su predisposición o no, sus valores, sus decisiones. Y aquí estará el Hospital para cuidarlo.

Dos generaciones, un hospital

El actual presidente de la Fundación Médica, Dr. Miguel Ángel Statti, es hijo de uno de los fundadores, el Dr. Mario Statti, y analiza desde la mirada de su padre este sueño cumplido: “Para el grupo de los fundadores, el sueño de desarrollar este hospital fue central en su vida. Ellos pusieron en riesgo todo lo que hasta ese momento habían logrado, en la convicción de concretar el ideal que habían imaginado. Ya rondaban sus 50 años, tenían una trayectoria, y asumieron todos los riesgos en pos de fundar un hospital diferente, distinto a todo lo conocido”.

“Personalmente, lo veo con los ojos de mi padre, y veo algo que se maduró, se implantó, creció, se reinventó, porque se necesita estar atento a los cambios y modificar lo que haya que modificar sin perder los valores. Los fundadores, los doctores Brik, González Esquivel, Genoud, Areta, Ricaurte, Yohai y mi padre, deben estar muy contentos al ver su sueño creciendo día a día.

Testimonios

Arquitecta Mercedes Alsina, Fiscalizadora Titular del Consejo de Administración de Fundación Médica de Mar del Plata

Arquitecta Mercedes Alsina, Fiscalizadora Titular del Consejo de Administración de Fundación Médica de Mar del Plata

“Soy Miembro Fundador por sucesión de mi abuelo, Ing. Felix Rabino. Voluntaria desde 2008 y desde agosto de 2013 consejera en el Consejo de Administración. En estos años tuve el privilegio de asomarme al día a día de los pasillos del hospital. Compartir un poquito con las personas que trabajan allí; unos, atentos a la medicación, otros, en el reparto de alimentos e higiene, o la vigilancia de quienes circulan, operarios de mantenimiento, farmacia, en fin. Todos con el claro compromiso, responsabilidad y amor para con el paciente. Compartí los miércoles de Fundamigos, las inquietudes, la mística por la Institución. Tanta historia, tantos amigos allí. Y es un honor ser parte del Consejo de Administración. Representar a los Fundadores en ese espacio de decisiones es una gran responsabilidad que vivo con alegría, en un entorno es de amabilidad y respeto. Hoy, tengo el orgullo enorme de haber acompañado al Hospital hasta este presente”.

 

Dr. Sergio Díaz, Médico especialista en Clínica Médica

Dr. Sergio Díaz, Médico especialista en Clínica Médica

“En el momento que ingresé, ese primer día de residencia, entendí lo que significa ser parte de una institución que pertenece a la historia de muchas personas que pasaron momentos de alegría y momentos difíciles, pero siempre bajo su cuidado.  El hospital y las personas que lo integran te potencian, te impulsan a superarte, a dar siempre un poco más. El HPC genera una hermosa necesidad de querer ser mejor, de estar a la vanguardia para brindar algo mejor a cada persona que atendemos. Sentir esa energía que late dentro del hospital, me genera orgullo y pertenencia”.

 

Dr. Alfredo Gallardo, Médico residente de 4° año de Cirugía General

Dr. Alfredo Gallardo, Médico residente de 4° año de Cirugía General

“Elegí el HPC para especializarme en Cirugía General dado a que es un hospital escuela de alta complejidad, muy reconocido tanto a nivel local como nacional. Trabajar en esta institución para mí es un honor. Me siento orgulloso de poder formar parte de este equipo en donde se trabaja de forma interdisciplinaria en un clima ameno y que está a la vanguardia tanto en tecnología como en equipamiento médico, incorporando nuevos conocimientos día a día, con el fin de tratar a los pacientes desde una mirada integral del mismo y ofreciéndoles la mejor solución terapéutica”.

 

Karina Solís, licenciada en Enfermería

Karina Solís, licenciada en Enfermería

“El hospital me dio la posibilidad y el espacio donde desarrollarme como profesional. Adquiero y fijo conocimientos día a día, me permite evolucionar y así formar parte de este gran equipo de salud fortalecido por su capacidad científica, técnica y cuidados humanizados. ¡Agradezco la oportunidad y celebro estos 50 años de nuestro Hospital que es gigante y tiene tantas aristas de profesionales de calidad que permiten dar una atención mejorada!”

 

Kakisu Hiromi, Licenciada en Kinesiología y Fisioterapia

Kakisu Hiromi, Licenciada en Kinesiología y Fisioterapia

“En el contexto de una rotación en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) conocí el HPC. Es un espacio en el cual me siento cómoda y participo activamente. Aprendí que asistir a un enfermo crítico es mucho más que conectarlo y desvincularlo de un respirador, o ayudarlo a recuperar su fuerza. Nuestra labor también implica contener emocionalmente al paciente, ayudarlo a comunicarse, a aceptar su nueva condición de salud y muchas veces, a empezar a transitar un lento camino de recuperación. Destaco del hospital la permanente actualización, la posibilidad de desarrollar investigación, la formación de nuevos profesionales, el acceso a recursos técnicos, el trabajo en equipo y sobre todo, la humanización en el cuidado de los pacientes”.

 

• Lucía Zampino, administrativa del HPC

Lucía Zampino, administrativa del HPC

Tanto el Hospital como yo crecimos juntos y ese crecimiento me entusiasmó tanto que, durante los últimos casi 40 años compartimos las tareas y la vida. Estoy orgullosa de haberlo hecho. En mi caso, me desempeño en la Oficina de Compras. Superando los avatares del país, el HPC, hábilmente gestionado por sus directivos, pudo mantener la calidad y eficacia de sus prestaciones, prueba de ello es la permanente actualización de su equipamiento médico y la rigurosa selección de sus profesionales. Destaco el compañerismo, buena voluntad y dedicación de todo el personal, que permite una excelente atención al paciente. Felicito al HPC y me felicito por ser parte de él.

Verónica Andrea Díaz, paciente

“Hace 11 años aproximadamente que me atiendo en el HPC. Me he encontrado con un grupo humano excepcional de médicos. Una atención increíble. Mas allá de haberme encontrado también, con la tecnología siempre al día en lo que es equipamiento para cualquier estudio que me tenga que hacer, y en estos años también vi la evolución de toda esa aparatología, los cambios y la modernización. Quiero destacar el grupo humano tanto médico como no médico.

En este último tiempo, viví la experiencia del Covid. Estuve muy grave. Tuve que ser intubada y no fue suficiente. Por este motivo me conectaron a un ECMO (Oxigenación por Membrana Extracorpórea). Soy la primera persona en la ciudad que ha sido conectada a ese sistema, y me salvaron la vida. Pero también, más allá de mi gratitud por esto, quiero agradecer al grupo humano que me atendió en Terapia. Tanto al equipo de médicos que me apoyaron en todo momento, como también al grupo de enfermeras y de mucamas, que increíblemente cuando yo me desperté después de estar nueve días conectada y dormida, me brindaron apoyo y manifestaciones de afecto: “El vamos Vero, el ya salís adelante, estás mucho mejor”. Siempre buscando que yo esté cómoda, que esté bien y que salga adelante. Agradecida al HPC plenamente porque desde el primer día noté una humanidad que no es fácil de encontrar en un Centro de Salud”.



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