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La Ciudad 6 de julio de 2021

El italiano que convirtió el viejo puerto en un complejo turístico

Hace más de un siglo el ingeniero italiano Vicente Lavorante levantó en Punta Iglesia el complejo turístico más revolucionario de su tiempo. Un temporal y el olvido borraron su obra.

Las piletas Lavorante -precursoras de las Punta Iglesia, también desaparecidas- nacieron en el sitio donde funcionaron las barracas del antiguo puerto de Mar del Plata.

Por Gustavo Visciarelli

La historia de los muelles que prosperaron en la zona de Punta Iglesia desde los tiempos de Cohelo de Meyrelles es extensa, pero hoy nos interesa lo que ocurrió hacia 1905 cuando la Compañía Argentina de Navegación Angel Gardella construyó un embarcadero de madera, barracas y otras dependencias que concentraron la actividad portuaria. La estación marítima fue arrendada más tarde por un consorcio local identificado como “Lloyd Comercial” hasta que hacia 1916 apareció un concesionario que hizo historia: el ingeniero italiano Vicente Lavorante, quien era director de Obras Públicas de la Municipalidad, según sostiene el arquitecto Roberto Cova.

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El actual puerto estaba en construcción y los barcos de pesca y de carga empezaban a migrar a la nueva banquina, de modo que los días de la vieja estación portuaria estaban contados. Entonces el ingeniero italiano decidió refuncionalizarla como complejo turístico y empleando los sótanos de la antigua barraca, laboriosamente cavados en la piedra, construyó una piscina de agua de mar de casi cien metros. Confitería, vestuarios y el muelle, dedicado a actividades deportivas, conformaron aquel emprendimiento de avanzada que la ciudad conoció como “Pileta Lavorante”.

En 1924 un temporal destruyó los sueños del ingeniero italiano, que se apartó definitivamente del proyecto. Es sabido que luego la municipalidad se hizo cargo de las piletas, que volvieron a ser arrasadas por un temporal en 1950. Pasarían 16 años hasta su reapertura, en manos de un concesionario privado –Máximo Von Kotsch (“Lolo”)- quien las explotó hasta fines de la década del ’80. Sin nuevos oferentes, el lugar cayó en el abandono y hoy aquellas piletas, rellenas y parquizadas, funcionan como un paseo público donde nada recuerda su pasado.

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Con fotos y postales recreamos hoy el invento de aquel ingeniero italiano que hace más de un siglo levantó en Mar del Plata el más revolucionario complejo balneario de su época.