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Policiales 15 de julio de 2019

El misterio del “tesoro” hallado en una cava de Mar del Plata

Abril de 2000. La convertibilidad tambalea y se huele una crisis que explotará pronto. En las canteras de Rizzo aparecen miles de billetes de 10, 20, 50 y 100 pesos destruidos y enterrados en bolsas. La ciudad se convulsiona...

Vecinos de distintos puntos de la ciudad buscaron reconstruir los billetes encontrados en la cava. Algunos lo hicieron por curiosidad, y muchos otros por necesidad.

Por Bruno Verdenelli

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No ocurrió en Springfield. No fue un presagio propio de un capítulo de Los Simpson. Aunque bien podría haberlo sido. En el año 2000 Mar del Plata se tornó escenario de un hecho que generó, sobre todas las cosas, las reacciones más inverosímiles de los ciudadanos.

El caso comenzó con un grupo de chicos que jugaba en una cava del barrio Las Canteras. Entre corridas y bromas, uno de ellos detectó un trozo de papel. Y a pocos metros otro. Y otro. Y uno más, hasta que avistó, en un sector cercano de la enorme parcela, una gran cantidad de tierra removida.

Con el paso de las horas, los demás vecinos del sudoeste de la ciudad empezaron a enterarse del rumor: en el lugar donde estaban los jóvenes se hallaban enterradas decenas de millones de pesos, en billetes de 10, 20, 50 y 100, prolijamente cortados.

No era dinero falso. Un análisis a simple vista permitía inferir rápidamente que se trataba de unidades de moneda que en ese entonces era “de actual nominación” y “de curso legal”. Esas conclusiones nacían de la observación de la calidad del papel, su color, el filigranado, el tornasol verificado a contraluz, y el altorrelieve de los escudos y figuras.

La inmensa fortuna estaba enterrada en una cava propiedad de Rizzo, y se reducía a picadillo. Antes de que la gente comenzara a aparecer en el lugar para cersiorarse de que lo que se decía era cierto, luego de que LA CAPITAL lo hiciera público el domingo 23 de abril, alguien había marcado la zona con una inmensa cruz blanca. Los testigos estaban en presencia de un auténtico hallazgo, cargado de misterio e incertidumbre.

El lunes siguiente ya casi todos los marplatenses sabían lo que acontecía y se presentaban en la cava heterogéneos personajes. El motor de todos era el mismo: recolectar los billetes. Aunque sus objetivos eran claramente distintos.

Buscadores de tesoros, linyeras, jóvenes curiosos, algunos empresarios -siempre entusiastas en cuanto a aumentar, lo más fácilmente posible, las cifras de sus arcas-, y hasta una artista plástica que, cual Marta Minujín, imaginaba alguna obra estrambótica que acaso ofreciera un cuestionamiento histórico del capitalismo. No tardaron en arribar, también, los periodistas de los diferentes medios nacionales que se hicieron eco de la noticia.

Por toda la ciudad

Mientras el fiscal Oscar De Niro comenzaba una investigación para determinar el origen de los trozos de papel moneda hallados, algunos comerciantes se comunicaban con LA CAPITAL e informaban que se repetían una y otra vez las situaciones en las que diversos clientes intentaban abonar los productos que compraban con extraños billetes, armados en base grotescas cantidades de cinta adhesiva.

Eso demostraba algo previsible en tiempos pre crisis de 2001: no todos tomaban el hallazgo en broma y más de uno intentaba reinsertar la plata en el circuito.

También aparecían entonces, en distintos puntos de la ciudad, bolsas con “tiritas de dinero”. Según las crónicas de aquellos días, dos de ellas fueron encontradas en las puertas de una discoteca de la Avenida Constitución.

“Prender un cigarrillo con trozos de billetes de 100 pesos (en ese momento eran equivalentes a 100 dólares) ante el azoramiento de los testigos, es una de las bromas que mayor efecto surtió”, reza una de las notas publicadas.

Y hubo, por supuesto, casos más originales. En el diario se citó el del hombre que, en su fiesta de cumpleaños, sorprendió a la concurrencia con original cotillón: serpentina de billetes de curso legal. Todo un lujo en plena recesión.

Después de varios días de misterio, el Banco Central reveló la incógnita y se supo cuál era el origen del dinero en efectivo hallado en el sudoeste de Mar del Plata.

Después de varios días de misterio, el Banco Central reveló la incógnita y se supo cuál era el origen del dinero en efectivo hallado en el sudoeste de Mar del Plata.

Fin del enigma

La incógnita fue revelada cuando el gerente del tesoro del Banco Central, Ismael Salvatore, aclaró que la montaña de billetes destruidos había sido depositada en la cava por personal de la Municipalidad, a pedido de ese organismo.

El funcionario no disimuló la sorpresa que le despertó el singular hallazgo, debido a que se trataba de un procedimiento habitual, aunque el dinero en desuso se colocaba en bolsas negras de residuos y debía quedar tapado por la tierra.

En ese contexto, el arquitecto Domingo Barilaro, entonces integrante del directorio del Ente Municipal de Servicios Urbanos (Emsur), admitió que aquella dependencia comunal se ocupaba de trasladas y enterrar los billetes “trozados” cada vez que el banco se lo pedía.

“Tres o cuatro veces al año vamos a Mar del Plata, donde tenemos una agencia, a destruir los billetes que están en desuso”, contaba a Salvatore a LA CAPITAL.

Debido a que en el Partido de General Pueyrredon rige una ordenanza que prohíbe la incineración para evitar la contaminación ambiental, el papel era enterrado en predios habilitados para ese fin. Si bien no se dieron mayores detalles, pudo saberse que los billetes en cuestión habían sido destruidos como parte de una tarea de “depuración” que había concluido en marzo de 2000, con la quita de circulación de decenas de millones de pesos por parte de entidades públicas y privadas, tras comprobar que se trataba de papel moneda deteriorado y desgastado.

Habían terminado las horas de misterio y también de especulación: esas en las que muchos ciudadanos habían llegado hasta imaginar que la fortuna, en realidad, le pertenecía a un millonario de la construcción que no estaba en condiciones de justificar su origen legalmente. Era el fin de otro insólito episodio ocurrido en Mar del Plata.

“Las bolsas las desenterraron unos
amigos míos y armaron tres billetes”

Laura Rodríguez era tan sólo una adolescente cuando en abril de 2000 sus amigos encontraron el “tesoro” en la cava del barrio Las Canteras. Los medios de comunicación, sin embargo, fueron en busca de su testimonio y diversos periodistas de todo el país la entrevistaron en el lugar del hallazgo.

“Las bolsas las desenterraron unos amigos míos que pudieron armar un billete de 10 pesos, uno de 20 y uno de 100”, dijo entonces, con el candor de la juventud.

La menor se domiciliaba en la zona, por lo que su versión sonaba fidedigna. “Mis amigos pasaron por el lugar y vieron una gran cruz blanca pintada sobre la tierra. Fueron a buscar una pala, excavaron y sacaron las bolsas con dinero”, agregó en diálogo con LA CAPITAL.

“La mayoría son tiritas de billetes, pero hay pedazos más grandes. Por eso mis amigos pudieron armar tres”, concluyó mientras la Justicia y la prensa, inclusive, realizaban sus propias investigaciones al respecto.
Desde el Banco Central acabarían por aclarar que en otros lugares del país el entierro del dinero se hacía en los predios de disposición final de residuos, pero que en Mar del Plata eso no era así porque en el organismo tenían referencia “de que allí todos los días hay mucha gente que cirujea, y la aparición de este tipo de bolsas podría generar algunos problemas”. Ocurrieron, de todos modos.