Opinión

El Mundo: mirada global 2017, alerta mundial 2018 (1a parte)

Por Raquel Pozzi Profesora en Historia y analista de política internacional

El presente bosquejo de la primera parte del balance general del año 2017 en política internacional nos remite indefectiblemente a seleccionar hechos y por ende resaltarlos como trascendentales dentro de la agenda global anual.

Ineludiblemente la asunción del presidente republicano Donald Trump apuntaló los acontecimientos del año y generó una configuración de predicciones distintas en la agenda de los estados en un mundo multipolar. El año prometía inestabilidad, ciertos peligros e impredecibilidad porque el termómetro político se había instalado en Whashington DC específicamente en la Casa Blanca con los anuncios altisonantes de Trump asentado en la idea de la unilateralidad norteamericana: desde la construcción del muro con México hasta la guerra con Corea del Norte, pasando por políticas de destierro de inmigrantes de África y Oriente medio hasta desmadrar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TCLAN).

Inesperadamente y sorteando cualquier extrañeza, aparece en el escenario cavilando bajo, el hombre de hierro de la Federación Rusa Vladimir Putin exponiendo como fenómeno político el “Rusia-gate” aguando la fiesta y ensombreciendo el tablero de ajedrez moviendo a contramano las piezas, causando confusión y agitación por la suspicaz alianza para derrotar a Hillary Clinton en las elecciones, por supuesto que el centro de atención global giró hacia Whashington y Moscú, ya que esta alianza encubierta descorchaba el elixir del misterio amigo-enemigo, Vladimir Putin había puesto en funcionamiento el nervio más poderoso de la inteligencia rusa para sentar en el sillón y compartir el poder global al otro caudillo personalista, Donald Trump.

Así comenzábamos el año

La Unión Europea afrontó desafíos en la consolidación de sus sistemas políticos tanto en Francia con la llegada de E. Macron y Alemania presidida por el socialdemócrata Walter Steinmeier y la defensa del liderazgo ministerial por Angela Merkel. Esto no puede ser minimizado en un balance que presume ser acotado pero contundente, ya que los sonidos del redoblante de las extremas derechas estaban al acecho, tanto la Alternativa por Alemania (AfD) como el Frente Nacional de Marine Le Pen (quien tuvo oportunidad de reivindicar su liderazgo de opositora en 2da. Vuelta).

Claro estaba que si éstos partidos euroescépticos y xenófobos ganaban la partida el tsunami de otros espacios políticos de extrema derecha restregaría sus manos ante tan suculento escenario, pero con suerte y el embate de la prensa mundial en favor de políticos de centro, el turno de lo nefasto paso a cuarto intermedio.

Pero la caja de pandora ya había sido abierta por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte con el Brexit, ahora tocaba resolverlo y para ello la primer ministro Teresa May removió más el río con las elecciones legislativas anticipadas dando como resultado un claro debilitamiento de su gobierno, pero la obcecada ministro ajustó su falda y decidió enfrentar el inicio formal de la salida de UE con la frente en alto y con gran tozudez ante una ciudadanía alterada y acongojada por el brete en el cual sumergieron a la potencia del S. XIX muy alicaída en los albores de este siglo y debiendo cumplir con los costos del divorcio al activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa que inicia formalmente la separación, sin saber cuál es el puerto que les espera en el naufragio impensado tanto para los galos, escoceses, ingleses e irlandeses, la marea roja sería la cifra que le impone el Consejo económico europeo, aproximadamente 65.000 millones de dólares es el cálculo para firmar la definitiva ruptura y una salida cuasi decorosa del Reino Unido.

Teniendo en cuenta la puerta abierta dejada por el Brexit, los separatismos en Europa comienzan a mirarse entre sí para aunar criterios y comenzar la escalada de peticiones secesionistas, quien arroja la primera piedra es Cataluña en medio del clima de terror que habría dejado el terrible atentado sobre la rambla barcelonesa adjudicado por el Estado Islámico. Hasta el día de hoy no he dejado de re pensar el escenario del atentado y la premura con la cual la Generalitat en manos de Carles Puigdemont utilizaría la sensibilidad social para imponer sus necedades políticas.

Es comprensible que las ansias independentistas de los catalanes se manifiesten, pero la imprudencia del tiempo fue hostigado por parte de Puigdemont en una batalla a lo pírrico dónde el daño causado fue importante pero “casi” se convirtió en la peor derrota económica con la huida de los bancos e industrias que desmantelaron a los catalanes. Sigo pensando en el atentado y la automática declaración de la independencia (DUI)…

Cataluña en escena

El presidente español Mariano Rajoy con la armadura puesta aplicó el artículo 155 del capítulo III “de las comunidades autónomas” de la constitución, determinando para el 21 de diciembre 2017 las elecciones en Cataluña dentro de los lineamientos institucionales y apelando al derecho constitucional. Sin horizonte más que los barrotes de la cárcel junto a sus colegas independentistas, Puigdemont exiliado en Bélgica busco la protección legal de los separatistas flamencos y desde allí presenció la victoria parcial del 21D.

Fue casi un dislate pensar que el propio Nicolás Maduro podría estar de acuerdo con el separatismo catalán, es que la furia contra la derecha puede juntar las tempestades, Venezuela de Nicolás Maduro, ahogada con una deuda externa de 150 mil millones de dólares, hiperinflación del 2000%, corrupción, financiamiento político del narcotráfico, muerte – encarcelamiento y exilio de opositores, pobreza y hambre capitaneada por el caudillo que no pudo capitalizar el carisma de su comandante Hugo Frías Chavez, se pronunciaba a favor del separatismo. Es que con sólo pensar en otro personaje tan tosco, torpe y con alta cuota de cinismo aparece en el escenario Corea del Norte con Kim Yong Un que con las pruebas de misiles intercontinentales Hwasong 12 y 14 con trayectoria vertical (no parábola) y las amenazas a la isla de Guam en el Pacífico Occidental (territorio no incorporado perteneciente a EEUU) fue la espada de Damocles ofrecida a Donald Trump quien prometió “Fuego y Furia”. Cerremos esta sesión: Trump-Putin-Maduro-Kim Yon Un. Es sólo un prefacio…continuaremos muy pronto con la Parte II de Mirada global 2017 y alerta mundial 2018.

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