Cuatro imputados en una mega causa por narcotráfico y lavado de activos se negaron a declarar y esta semana está citado el principal acusado, quien hablará con el juez Santiago Inchausti por videoconferencia desde el penal de Marcos Paz. Inmuebles, vehículos y lujos que no condicen con los ingresos de ninguno de los involucrados.
Silencio. El clan alrededor del narco boliviano Darwin Alarcón Carreño guardó silencio ante el juez federal Santiago Inchausti y todos se negaron a declarar. En los próximos días será el turno del principal acusado, quien tendrá la oportunidad de hablar desde el penal de Marcos Paz, acusado de liderar una banda dedicada al narcotráfico y al lavado de activos.
La causa se inició a partir del trabajo del Departamento de Operaciones contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Narcotráfico de la Policía Federal, en conjunto con organismos como la AFIP, la ANSES y la DNRPA, que permitieron delinear un perfil patrimonial y fiscal de los sospechosos, que figuran en algunos casos como monotributistas que reciben beneficios sociales, como la Asignación Universal por Hijo.
De acuerdo con los informes, Carreño no registra actividad fiscal ni bienes a su nombre. Sin embargo, está vinculado con propiedades en Sierra de los Padres –donde se construyó una vivienda de 300 metros cuadrados– y con un departamento en Catamarca al 3100 valuado en 215 mil dólares, entre otros inmuebles.
Los investigadores detectaron además que sus allegados, con ingresos declarados bajos o irregulares, aparecen como titulares de terrenos, comercios y vehículos de alta gama adquiridos siempre en efectivo. Entre ellos, una camioneta cero kilómetro Ford Maverick comprada en julio de 2024 por 36,7 millones de pesos, además de autos Volkswagen, Peugeot, Ford y motocicletas.
También figuran dos lavaderos de autos –uno en Tripulantes del Fournier al 10.000 y otro en Necochea al 200–, además de un local en 25 de Mayo al 3100.
Entre los imputados figuran una de las parejas de Carreño, C. J., beneficiaria de asignaciones familiares y monotributista en el rubro indumentaria, pero con movimientos financieros que superaron los 51 millones de pesos en 2024; Cristian J., inscripto en la categoría más baja del monotributo, quien sin embargo movió casi 16 millones de pesos en una sola billetera virtual y es titular de propiedades y vehículos; y B. C., quien pese a no declarar actividades económicas adquirió vehículos de alta gama y reside en una vivienda en el sur de la ciudad. También se investiga a G. J., otra pareja de Carreño, inscripta en el monotributo como esteticista, que percibe asignaciones y aparece vinculada a varios automotores.
En este contexto, el juez Inchausti citó a los cinco imputados a prestar declaración indagatoria. Todos se negaron, salvo Alarcón Carreño, que será escuchado en los próximos días por videoconferencia desde la cárcel de Marcos Paz.
Para el Ministerio Público y el juzgado, los imputados habrían actuado en forma coordinada y con roles asignados, valiéndose de personas interpuestas, comercios y operaciones financieras para dar apariencia lícita a fondos cuya origen real estaría vinculado al narcotráfico. El informe sostiene que el aporte individual de cada integrante fue esencial para canalizar dinero en el sistema y ocultar su procedencia, mediante compras de inmuebles, vehículos y movimientos en cuentas y billeteras virtuales incompatibles con su capacidad económica declarada.
El análisis de movimientos bancarios en entidades como Banco Provincia, Nación, Credicoop, Santander, BBVA, HSBC y billeteras virtuales como Mercado Libre y Mercado Pago revela acreditaciones millonarias que no guardan relación con la capacidad económica declarada.
Darwin Alarcón Carreño.
No figura inscripto con actividad fiscal ni titularidades formales de bienes; sin embargo, aparece vinculado a propiedades —entre ellas, dos lotes en Sierra de los Padres con una vivienda de 300 m² en obra avanzada— y a un departamento en Catamarca al 3100, valuado en USD 215.000.
C. J. (mujer, pareja de Carreñp).
Beneficiaria de asignaciones familiares y monotributista categoría G (venta de indumentaria). Solo en 2024 habría tenido ingresos que superan el tope anual de su categoría. Consta un lote en Sierra de los Padres a su nombre.
Cristian J. (hombre).
Beneficiario de AUH y programa Hogar; inscripto en monotributo categoría A desde abril de 2025. Los reportes señalan movimientos bancarios y en billeteras virtuales por montos millonarios muy por encima de lo declarado: por ejemplo, entre $9,4 millones (octubre 2024–enero 2025) y más de $15–16 millones (octubre 2024–abril 2025) solo en cuentas de Mercado Libre/Mercado Pago. Figura con la titularidad de un inmueble en Sierra de los Padres, un lavadero de autos en Necochea al 200 y varios vehículos.
B. C. (hombre).
Inscripciones intermitentes en monotributo categorías D y C (altas y bajas entre 2019 y 2024) y baja definitiva en agosto de 2024 por cese. A pesar de no registrar impuestos activos ni actividades económicas declaradas en 2020–2022, efectuó compras y en 2024 las compras superaron a las ventas. Residiría en Tripulantes del Fournier al 10.700 y estaría vinculado a un lavadero en Tripulantes del Fournier al 10.800. Adquirió en efectivo vehículos en simultáneo, entre ellos una camioneta 0 km el 29/7/2024 por $36.700.000.
G. J. (mujer, pareja de Carreño).
Monotributo categoría A (tratamientos de belleza) desde mayo de 2024 y percepción de asignaciones (UVHI y SUAF) desde agosto de 2023. En los últimos 10 años no presentó DD. JJ. ante el fisco; no obstante, aparece vinculada con varios automotores relacionados con los sindicados.
Darwin Alarcón Carreño utilizaba diferentes identidades que tenían vida propia. Se hacía llamar Alejandro Camaño, en pareja con una mujer llamada C.J. y también Fernando Matías Villagrán Castillo, casado con G. J..
Pero Darwin Alarcón Carreño, en realidad, era uno de los narcos más buscados por la Justicia Federal de Mar del Plata, de nacionalidad boliviana, con pedido de captura internacional y alerta roja de Interpol por lavado de activo.
Sin embargo, en septiembre de 2024 la detención de Carreño no estuvo vinculada al tráfico de droga o un delito similar, si no más bien a su doble vida: tenía dos parejas, utilizaba dos nombres falsos y su amante denunció que lo había secuestrado una banda de Rosario.
En septiembre de 2024, na mujer se presentó en la comisaría segunda (Castelli al 2000) para denunciar que habían secuestrado a su pareja: Alejandro Camaño. La mujer, llamada C., explicó que había hablado por última vez con el nombre por Whatsapp a las 21.27 y habían quedado en encontrarse en su casa. Sin embargo, al no encontrarlo allí lo llamó al celular y al tercer intentó una voz masculina le atendió: “Lo tenemos, juntá plata y alahajas, sabemos que tenés un Maverick, somos de Rosario”.
Los secuestradores no dieron más información y tras presentar la denuncia, los policías llamaron a la Justicia Federal ante el posible secuestro extorsivo y fueron con la víctima a la guardia de la Dirección Departamental de Investigaciones, donde se activó el protocolo de rigor para estos casos.
Esa madrugada, un llamado al 911 alertó a la policía que un hombre deambulaba con las manos precintadas a su espalda por calle 435 y Colectora de Playa Serena, por lo que personal del Comando de Patrullas fue hasta el lugar.
Al llegar la policía, el hombre se presentó como Fernando Matías Villagrán Castillo, de nacionalidad boliviana y con su documentación encima para constatar su identidad. El hombre explicó que la mujer que hizo la denuncia es su amante, que como lleva una dobla vida le había dicho que su nombre era Alejandro Camaño.
El hombre narró que había sido interceptado en Castelli y La Rioja por varios sujetos, quienes le taparon los ojos con un cuello de tela, lo golpearon y lo obligaron a subir a un vehículo, una camioneta según explicó la víctima por el ruido que hacía el motor. Además, denunció que le robaron la mochila, el teléfono -que dijo no recordar cuál era su número- y 200.000 pesos. Dijo que no le quitaron su documento boliviano ni el registro de conducir, que efectivamente tenía en sus bolsillos.
Para los policías la narración de Villagrán Castillo (o Alejandro Camaño) fue, cuanto menos, dubitativa. En las pericias no se encontraron lesiones en la víctima contestes con los golpes que dijo haber sufrido y, además, los investigadores solicitaron el relevamiento de las cámaras de seguridad de la zona y que se le tome declaración a la otra pareja del hombre.
Ante el aumento en la inconsistencia de los relatos de Villagrán Castillo, en cuanto al horario que ocurrió el secuestro, la forma y el lugar dónde sucedió, los policías de la Dirección Departamental de Investigaciones pudieron establecer que la verdadera identidad del hombre era la de Darwin Alarcón Carreño, un hombre de nacionalidad boliviana de 40 años que es de los narcos más buscados de Mar del Plata, con captura activa internacional pedida por el juez Santiago Inchausti y alerta roja de Interpol.
Al confirmarse la identidad de la víctima del supuesto secuestro, desde la Justicia Federal ordenaron su inmediata detención y que se realicen actuaciones por separado: una en la que figura como víctima de secuestro extorsivo, que de comprobarse que no fue tal podría quedar imputado por “falsa denuncia”; y otra en la que el hombre está acusado de ser parte de una banda narco.
Además se supo que Carreño posee diversos viajes a Bolivia entre 2013 y 2018, que podrían estar vinculados con los delitos que se le atribuyen. Según declaró en la frontera, los propósitos fueron “Transito Vecinal Fronterizo” o “Residente Transito Turista”. En sus viajes utilizó el paso fronterizo Salvador Mazza, de Salta y en una oportunidad, en 2015, lo hizo en una embarcación particular en “Puerto Chalanas”