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La Ciudad 16 de octubre de 2022

El oficialista camuflado y la dama radical, bomberos de Montenegro

Nicolás Lauría volvió a jugar decididamente para Juntos por el Cambio. Y la presidenta del Concejo cobró más protagonismo que nunca. El recinto, inexpugnable para la oposición.

Nicolás Lauría, de Creciendo Juntos, será el presidente de la Comisión de Hacienda.

Por Ramiro Melucci

Ni cuando fue primer candidato a concejal de la lista de Montenegro, ni cuando ocupó una banca de concejal por el oficialismo, ni cuando ejerció la jefatura del bloque más cercano al intendente Nicolás Lauría resultó tan funcional a Juntos por el Cambio como ahora, cuando se vende como opositor responsable pero siempre termina actuando como un oficialista más. 

El último jueves, en la sesión del Concejo Deliberante, el edil de Creciendo Juntos le dio un golpe inesperado al proyecto del Frente de Todos que buscaba extender a 180 días el servicio de seguridad en playas. Inesperado por los vínculos del edil con los guardavidas y por lo que le había adelantado a la dirigencia de uno de los gremios, no por la relación con el kirchnerismo, dañada desde el día en que se mostró a favor del proyecto de fotomultas.

En el gobierno municipal dijeron que hasta la noche anterior habían repasado el texto del veto que iba a firmar el intendente. Comentaron que se había decidido vetar la ordenanza “enseguida”. La decisión hubiera significado una fuerte tensión con los guardavidas. Hubiesen pasado del “avance histórico” que pregonaba al Frente de Todos a la desilusión de quedarse sin nada en pocas horas. El rechazo legislativo tampoco agrada, pero genera un contraste menos tangible: entre lo que hay y lo que pudo haber.  

A las razones económicas que había dado el Ejecutivo para rechazar la iniciativa, el interbloque oficialista sumó en la sesión, con menos disimulo, la opinión que más disgusta a los guardavidas: consideró innecesario desplegar un operativo completo en octubre. Palabras más, palabras menos, sostuvo que las temperaturas máximas son bajas y que casi nadie se mete al mar.

Desde que en marzo anunció su postura favorable al convenio con fotomultas –que de todas formas nunca llegó al recinto y Montenegro aplicó sin aval legislativo–, Lauría no paró de darle satisfacciones al intendente. Con su voto decisivo, el gobierno municipal logró aprobar la ordenanza de Zona Roja. Y ahora, mientras en la calle los carteles avisan que tiene intenciones de renovar su banca, le otorgó en una misma función el pliego para licitar la operatoria del predio de residuos y el golpe determinante al expediente de seguridad en playas.

Argumentó que el tratamiento de la iniciativa había sido “apresurado” y que se pretendía llevar el expediente “a las patadas”. También recordó que tres dependencias municipales (el Emtur y las Secretarías de Hacienda y Gobierno) se habían pronunciado en contra. La mueca de alivio del jefe comunal es inversamente proporcional a la decepción de los guardavidas. Fue el costo que decidió pagar.

Habría que observar el escenario completo. Cada vez que Montenegro necesita acordar con el ex basquetbolista empodera, por una cuestión matemática de la distribución del Concejo, a la presidenta del cuerpo, Marina Sánchez Herrero. El voto de Lauría le sirve al interbloque oficialista para empatar 12 a 12. El doble de la radical es el que desemparda. De allí que la última sesión no solo se recordará por el punto antes de la chicharra de Lauría, sino también por el protagonismo de Sánchez Herrero, que desempató dos veces en favor de Montenegro y, de paso, bajó a lucirse como miembro informante de la ordenanza de Ficha Limpia.

 

Marina Sánchez Herrero, el jueves, al exponer sobre Ficha Limpia. Debió desempatar dos votaciones en favor de Montenegro.

Marina Sánchez Herrero, el jueves, al exponer sobre Ficha Limpia. Debió desempatar dos votaciones en favor de Montenegro.

 

Otra carambola dejó en manos de la UCR la definición del pliego para la operatoria del predio de residuos. El Frente de Todos, que en comisiones se había abstenido, cambió su voto: decidió pronunciarse en contra en la sesión. “Rompieron un acuerdo”, protestaron cerca del jefe comunal, aunque admitieron que la “palabra” que tenían no era del bloque local, sino “de más arriba”. El Sindicato de Camioneros también renegó. Lo concreto es que el Frente de Todos facilitó el trámite legislativo allí donde Juntos por el Cambio tiene más inconvenientes –las comisiones– y soltó la mano en el ámbito en el que siempre aparecen votos para el oficialismo –el recinto–.

El vaivén generó tensiones hasta dentro de JxC. El gobierno primero le negó al radicalismo las modificaciones que pretendía realizar y luego, cuando se enteró que el Frente de Todos iba a votar en contra, aceptó incorporarlas. El voto final, en definitiva, sería radical.

A medida que la relación de Lauría con el oficialismo fluye, el vínculo de Montenegro con Acción Marplatense se diluye. De aquella correspondencia forjada sobre la base de los acuerdos por los presupuestos municipales va quedando cada vez menos. Las acusaciones de los concejales de Gustavo Pulti contra Juntos por el Cambio son cada vez más contundentes. Las respuestas que reciben, también.

El debate por el pliego fue una muestra gratis. El jefe del bloque de Acción Marplatense, Horacio Taccone, hizo con naturalidad lo que antes parecía patrimonio kirchnerista: poner en un mismo plano la gestión de Montenegro con la de Arroyo y cuestionar a los que permiten el avance de los proyectos oficiales. Las vueltas de la política: los que antes eran tildados de cómplices ahora señalan complicidades.

El interbloque oficialista empieza a acostumbrarse a cruzarlo. Esta vez fue a través de Daniel Núñez. El radical fustigó al gobierno de Pulti por el estado del predio previo a la llegada de Ceamse. El pase de facturas en materia ambiental lleva décadas. Pueden intercambiarse infinidad de argumentos. Quizás la verdad nunca sea una sola ni esté completamente de un lado. Pero la historia también suele estar mojonada por hechos incontrastables. Uno de ellos es que el basural a cielo abierto que colapsó y se incendiaba databa de administraciones radicales.

 

A medida que la relación de Lauría con el oficialismo fluye, el vínculo de Montenegro con Acción Marplatense se diluye.

 

No todo pasa por el Concejo. La visita del director general de Cultura y Educación, Alberto Sileoni, puso en escena otras tácticas. El funcionario bonaerense recorrió las obras realizadas en la Técnica 3, anunció la extensión horaria de las primarias de la región y entregó las llaves del nuevo edificio de la secundaria 38, en 20 de Septiembre 4373, donde antes funcionaba el colegio San Marcos.

El agradecimiento de la directora de la Anses, Fernanda Raverta, mediante una videoconferencia exhibe su mayor protagonismo político de cara al año electoral. El exitoso festival Marea ya le había otorgado otro tanto durante el fin de semana largo.

A cada acción kirchnerista el oficialismo local parece tenerle reservada una reacción. “Bienvenidos los eventos”, dijo Montenegro mientras el presidente del Emtur, Bernardo Martín, repetía que Mar del Plata podría recibir más turistas si el Gobierno nacional dispusiera una mayor conectividad aérea y más servicios de trenes. Desde el Consejo Escolar, las representantes de JxC recordaron la gestión compartida por la secundaria 38 y lamentaron no haber sido convocadas al acto. Está a la vista: el año próximo, todo entrará en disputa y la educación tendrá un capítulo especial. 



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